Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

miércoles, mayo 04, 2011

Simple Twist of Fate - Chapter six: I can't count the tears of a life with no love.


Muchos de ustedes se preguntarán cómo fue que Jenny y Joey comenzaron a salir. Yo creo que primero deben saber cómo comenzaron a gustarse.
Desde la vez que vio cómo Jenny se iba del colegio, Joey sentía algo por ella. Algo pequeño, algo controlable. Mas ese algo fue creciendo con la llegada de la pelirroja a su hogar, llegando a ser una carga inaguantable. Aún así, había logrado aprender a controlar sus emociones, al menos lo suficiente como para que ella no las notara.
Por su parte, Jenny no sentía nada por él. Estaba muy ocupada intentando olvidar al idiota de C.H. Lo bueno era que su ex saldría de la ciudad durante las vacaciones de verano, las cuales comenzaban en dos días.
-Qué envidia me das –comentaba el muchacho de catorce años, mientras flotaba tranquilamente en la piscina, al lado de la joven, de dieciséis.
-¿Por qué? –inquirió ella, con risa- Sólo te quedan dos días más…
-Y después tendré que volver. Y no me digas que lo extrañas, porque será mentira. –Suspiró.- ¿Qué tiene de malo hacer lo que se me dé la gana, aprender sólo lo que me interesa?
Jenny sonrió.
-Tenías que ser el hijo de tu padre –musitó ella, mirándolo.
Nunca supo qué fue lo que pasó, qué fue lo diferente. Quizás fue el ángulo de la luz reflejada en el agua, quizás fue porque era día par. No sabía qué fue lo que le hizo encontrar a Joey tan lindo, tan perfecto…
Y fue ahí cuando Jenny sintió por primera vez qué era enamorarse por completo de una persona, sensación que había creído sentir sólo una vez en su vida, en una cafetería de Portland.
-¿Jenny? ¿Estás ahí? –inquirió Joey, extrañado de encontrarla en “trance”.
-Eh… sí, tuve un pequeño flashback, lo siento –se disculpó.
Su amigo rió, lo que provocó que perdiese el equilibrio y se hundiera hacia un lado. Jenny quien se había puesto de pié, rió, intentado despejar su mente.
-Suficiente –se quejó Joey-. En todo caso, te quería hacer una pregunta.
El joven se sentó en el borde de la piscina. Extrañada por la repentina seriedad de su amigo, se sentó a su lado.
-¿Qué ocurre? –preguntó ella.
-Tú y papá… -comenzó él. Suspiró.- ¿Tú y papá fueron algo alguna vez?
Jennifer se sonrojó, y mucho. Odiaba cuando le preguntaban eso, ya que se veía obligada a asentir, mientras su interlocutor la miraba extrañado o asqueado. Sin embargo, con Joey fue diferente. Él, simplemente, asintió, dándole a entender que comprendía la situación
-¿Cuándo? –preguntó.
Jenny suspiró.
-Tenía que escribir una escena en un bosque, poco después de conocerlo. Así que fuimos a un bosque y de algún modo salió a la luz el que yo nunca había dado un beso. Entonces, él se me acercó y… Bueno, me besó.
De haber estado más atenta, habría notado como Joey apretaba el puño, demostrando algo similar a los celos.
-¿Y después? –preguntó él, titubeante.
Ella cerró los ojos, recordando.
-No pasó nada hasta un tiempo después. Ahí nos dimos cuenta de que nos gustábamos, por lo que empezamos a salir. A los tres días, habíamos terminado porque él aún amaba a tu madre –y Jenny recordó cuando Billie Joe le dijo que la amaba-. Nunca pasó nada más.
Él asintió, con una pequeña sonrisa.
-Joey… -comenzó la pelirroja, pocos minutos después- ¿Por qué cuando estaba dando esa clase me preguntaste si tenía novio?
Fue el turno de Joey para enrojecerse, y lo hizo más que la joven.
-Bueno, lo que pasa es que…
-¡Joey, te busca una Cindy! –exclamó Adrienne, desde el interior de la casa, mientras salía al patio trasero- Dijo algo de… Oh.
Vio a los dos adolescentes en traje de baño, conversando, y se arrepintió de no haberle dicho a Cindy que su primogénito no estaba. Ese arrepentimiento aumentó más aún cuando vio lo cerca que estaban las manos de ambos.
Aquí hay algo digno de aclaración: Adrienne Armstrong opinaba que su hijo y Jenny harían la pareja perfecta.
-Voy –masculló él, poniéndose de pié, dejando a Jenny y a Addie en el borde de la piscina. La mayor se quitó los zapatos, se sentó en el borde y metió sus pies al agua.
-Angie es la única que puede dormir con semejante calor –comentó Addie, sacándole una breve risa a la joven-. Y tú deberías usar un bikini de vez en cuando.
Jenny hizo una mueca.
-No me atrae el mostrarme tanto –musitó ella.
Addie se encogió de hombros.
-¿Cómo va la vida amorosa? –preguntó, rato después, realmente interesada.
Otra mueca de parte de la joven, dando a entender que no iba para nada bien.
-Addie… -empezó la joven, pensando cuáles eran las palabras que resumían las preguntas que tenía en su mente- ¿Cuándo te diste cuenta que querías pasar el resto de tu vida con Billie?
La castaña sonrió.
-Él me había pedido matrimonio varias veces. Supongo que eso lo sabías –Jenny asintió-. Sin embargo, me di cuenta de que lo quería a mi lado para siempre en un parque. Estábamos sentados en una banca y él se agachó a recoger una flor cualquiera, mientras cantaba “Love” de John Lennon. Fue tan… Bueno, algún día me entenderás.
Jennifer sonrió. Su amigo solía cantar esa canción. Decía que le recordaba a Addie y que la quería para su funeral.
-Y… ¿Cuándo supiste que te gustaba? –preguntó la joven.
Addie sonrió, levemente.
-Cuando intentó besarme por primera vez. No pudo hacerlo por culpa de mi hermano, que había entrado a la sala de la fiesta en la que estábamos –hizo una breve pausa, en la cual sonrió más ampliamente, recordando el momento-. No fue por el hecho de que hubiese intentado besarme, sino que fue el cómo me miraba, el cómo se comportaba… El cómo era. Sentí que alguien me gritaba al oído lo que sentía.
Jenny sonrió, intentando ocultar que tan rápido latía su corazón en ese instante: Había sentido exactamente lo mismo por Joey. Adrienne, por su parte, se limitó a mover sus pies en el agua.
-Extraño sentir algo real por alguien –musitó Jennifer, repentinamente.
Addie sonrió.
-Ya llegará alguien te haga sentir querida y completa –dijo.
Jenny sonrió, irónicamente.
-Esa es mi relación con Billie Joe, y no siento nada de ese tipo por él.
Sin embargo, un lado de su mente, sabía perfectamente que él había sido el único que había merecido gustarle a la joven. No era algo que le agradara admitir, pero no solía enamorarse… Cosa que le daba miedo. ¿Qué ocurriría cuando finalmente se enamorara de alguien? ¿Sufriría? ¿Cuánto?
-Creo que Joey y esa Cindy tienen para un buen rato, así que me voy a vestir –dijo Jenny, saliéndose de la piscina.
-Sí, y yo voy a ver a Angie –musitó Addie, quien lucía pensativa. Pese a que Jenny no lo sabía, Addie había tomado aquel último comentario muy en serio.
Jenny se envolvió en su toalla, tras quitar el exceso de agua y estrujarse el cabello. Se puso las hawaianas y entró a la casa, donde se llevó una gran sorpresa, para nada agradable: Joey y la chica se estaban besando. Fue en ese instante que corroboró los sentimientos por su amigo. Conteniendo la tristeza, pasó por detrás de ellos, sin mirarlos, en dirección al cuarto de visitas, con una única frase en mente, extraída de una vieja canción: “I can’t count the tears of a life with no love”.
Llegó a su cuarto, donde, tras finalizar el secado y vestirse, se encerró a escribir, como hacía un buen tiempo que no hacía, sin saber que Joseph no dejaba de imaginar que estaba besando a la pelirroja, siendo que se encontraba besando a una de sus estúpidas compañeras de clase.

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