Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

miércoles, mayo 04, 2011

Simple Twist of Fate - Chapter seventeen: Is it just one of your lies?


Confiésame todas las mentiras entre nosotros, todas las mentiras entre tú y yo.
PICTURES OF YOU – THE LAST GOODNIGHT

Jenny entró a su hogar, aún intentando asimilar la conversación con su padre, la conversación con Tré… Y el beso con Billie. Sumarle a todo eso el hecho de que había dormido muy poco, hacían que lo único que Jenny quisiera fuera dormir y quedarse en blanco. Sin embargo, tenía que fingir que nada ocurría ante su familia, que simplemente había hablado con su padre y que se había demorado pensando. Todo eso para no involucrar ni a Joey ni a nadie más en aquel embrollo.
¿Quién era el psicópata que dedicaba su vida a matar músicos? Debería tener, al menos, unos setenta años, cosa que carecía de completo sentido…
-¿Qué quería? –preguntó Joey, despegando la vista de un libro que leía sentado en un sofá del living, libro en cuya portada había un arma rodeada por pétalos de rosas, justo sobre dos gemelas: El primer libro de Jennifer.
-¿Y los niños? –inquirió ella, mirando a su alrededor.
-Jess se durmió y Jack está viendo televisión en su cuarto –respondió Joey.
Jenny suspiró.
-Él quería volver a tener un “lazo” conmigo –musitó, simulando las comillas pertinentes. Se sentó al lado de su marido-. Y también quería decirme que mamá tiene cáncer.
Joey la miró, asombrado.
-Lo siento mucho –masculló él, sin saber que decir.
-No te preocupes, no hablo con ella desde los quince –dijo ella, restándole importancia-. En todo caso, probablemente me dé una vuelta por allá para pagarle el tratamiento.
Joey se acercó a ella y la abrazó. Ella sonrió, levemente, y lo abrazó de vuelta, poniendo su cabeza en el hueco que había entre el cuello y el hombro del hombre.
-¿Hay algo que pueda hacer por ti? –preguntó él.
Ella se separó un poco de él y lo besó, dulcemente.
-Ya lo estás haciendo –musitó-. Estar aquí conmigo es lo mejor que puedes hacer.
Él la besó en la frente, demostrándole su apoyo.
-¿Sabes? Hay otra forma en la que podría apoyarte –musitó él, con una expresión pervertida en su rostro. Jenny lo miró, sorprendida-. ¿Qué? Dicen que el sexo ayuda en los momentos de tristeza.
-Nunca cambiarás –dijo ella, en un suspiro.
-Podría cambiar si tú quisieras –dijo, en un bajo tono de voz, rozando sus labios.
Estaban a punto de pararse para ir a su habitación, cuando el celular de Joey comenzó a sonar. Él maldijo, sacó el aparato de su bolsillo y contestó. No dijo nada en un principio, tras lo cual dijo “ya” y colgó.
-Tengo que ir a ensayar –musitó, molesto-. ¿Continuamos luego?
Ella lo besó.
-Por supuesto.
Él se incorporó.
-¿Estarás bien? –Ella asintió.- ¿Segura? –Volvió a asentir. Él suspiró.- Cuídate.
Se inclinó, le dio otro beso y salió de la casa, dejando a Jenny sola en el living, con muchos pensamientos en su cabeza.
¿Por qué buscaban llegar hasta Billie Joe  a través de ella? ¿Por qué no, simplemente, lo mataban de una buena vez, en lugar de amenazar? ¿O acaso no querían matarlo, sino asustarlo? Pero ¿por qué a través de ella? ¿Por qué no a través de Addie?
El timbre sonó. Distraída, Jenny se incorporó y fue a ver, para encontrarse con su suegro.
-Hola –saludó ella, extrañada-. ¿Qué haces aquí?
Él entró y cerró la puerta tras de sí.
-Quería hablar contigo –dijo-. Respecto a… -Suspiró.- Jenny, ¿alguna vez ha pasado algo entre tú y Mike?
Jenny sintió cómo todo se derrumbaba a su alrededor.
No podía creer que Mike le hubiese contado todo a Billie Joe. Se supone que no le dirían a nadie hasta discutirlo entre ellos, discusión que habían ido aplazando desde hacía nueve años.
-¿Por qué preguntas eso? –inquirió ella, fingiendo extrañeza, en un intento de retardar el momento de confesarle toda la verdad a Billie Joe.
-No me mientas, Mike me contó que despertaron juntos poco después de que rompieras con Joey –masculló él, molesto, perdiendo la calma que aparentaba ante ella-. Así que, te vuelvo a preguntar, ¿pasó algo entre tú y Mike?
Ella suspiró.      
-No lo recuerdo. Sólo sé que él me indicó en qué pieza podía dormir yo y luego todo se vuelve borroso –respondió.
Él la miró.
-Jenny, no había pasado ni una semana desde… Desde que rompiste con Joey. ¡Y ya te estabas metiendo con alguien más! –exclamó Billie.
-¿Por qué te molesta tanto, de todos modos? –inquirió ella.
-¡Me molesta porque no sé si esa vez estabas siendo sincera! ¡Me molesta porque no sé si era sólo otra de tus mentiras! –exclamó.
-¡Yo nunca te he mentido, Billie Joe! ¡Nunca! –contestó ella- Te juro que no sé si pasó algo con Mike o no. Sólo te puedo asegurar una cosa: Nunca nos besamos en los labios.
Él la miró, aún molesto.
-¿Y por qué no me lo dijiste, si es que nunca me has mentido? –preguntó.
-Porque no hablábamos mucho en esos días, ¿recuerdas? Nada que fuera más allá de “pásame el salero” y sin mirarnos a los ojos –musitó ella-. Además, con Mike nunca aclaramos lo ocurrido, por lo que no sabía qué decirte.
Silencio.
-¿Por qué? –preguntó, tras varios minutos.
Ella sonrió, amargamente.
-Estábamos borrachos y, enfrentémoslo, no quedé bien después de eso –dijo.
Otro silencio.
-Perdóname por llegar así –musitó Billie, un tanto avergonzado-. Es que… No había pasado ni una semana desde la noche en la que terminaste con Joey y ya estabas metiéndote con alguien más y… No sé, quedé dudando si realmente lo amabas.
Jenny volvió a sonreír, aún amargamente.
-Tú no estás aquí por eso, y lo sabes –musitó-. En todo caso, sólo fue una vez y estoy segura de que no pasó nada, casi completamente.
Billie asintió, generando un tenso silencio alrededor de ambos.
-Ya que estamos hablando de estas cosas, podrías decirme ¿qué fue lo de hoy en la mañana? –preguntó ella, intentando adoptar un tono desinteresado de voz.
-Ah, eso… -susurró él, pensativo- Diría que un impulso. ¿Qué opinas tú?
Jenny sonrió, ahora auténticamente.
-Sí, lo mismo –dijo, con sinceridad-. ¿Algo más que quieras echarme en cara?
Él negó, sonrojado.
-Sólo una pregunta. –Ella lo miró fijamente, demostrándole que escuchaba atentamente.- ¿Recuerdas la mañana en la que terminamos? Ya sabes, cuando estuvimos juntos tres días. –Ella asintió.- ¿Por qué no te molestó que fuera a ver a Adrienne? Digo… me pongo en tu lugar, y me habría enojado, y bastante, especialmente porque después llegué y casi te… Tú entiendes.
Ella se quedó pensativa unos segundos.
-No me molesté porque sabía que tu corazón le pertenecía a Adrienne, como siempre lo había hecho. Y yo sabía que, lo que tú y yo teníamos, era una especie de “aventura-pasajera”. Divertida, entretenida y demás, pero no llevaba a ningún lado.
Billie volvió a asentir.
-Olvidemos este día –susurró.
-Sí, así es mejor –susurró ella de vuelta. Se escuchó un llanto desde el segundo piso. Ella suspiró-. Jessica despertó, voy a verla…
-Te acompaño, hace tiempo que no veo a mis nietos.
Sin más, subieron al segundo piso, intentando ignorar lo incómoda que había sido aquella conversación.

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