Frank Wright Tercero (más conocido por ustedes como Tré Cool) se encontraba dando vueltas de un extremo a otro de la cocina de su casa. La llamada de Jennifer lo había dejado tanto preocupado como ansioso, por lo que, deseoso de que los diez minutos que tardaría su amiga en llegar pasaran, se dirigió a la cocina. Puso a andar la cafetera, sirvió un paquete de galletas y esperó, impacientemente, a que la cafetera terminara lo suyo.
Apenas sirvió los tazones, el timbre de su gran casa (no le digo mansión porque no me gusta la palabra) sonó, haciendo que casi botara los tazones y corriera a ver.
-¡EXPLÍCATE! –le gritó a Jenny, apenas la vio allí, sin siquiera saludarla, a la vez que la hacía pasar.
-¡Cálmate! –exclamó ella.
-¿Cómo quieres que me calme? ¡Me llamas urgente, pidiendo rumores de gente que está muerta hace años, rumores que perfectamente te los pudieron haber dicho Billie o Joey! ¡¿En qué dimensión eso es urgente?!
-Porque… -más que nada por paranoia, miró a su alrededor. Había varias personas en la calle- Mierda, mejor te lo digo adentro
-Ok… -comenzó Jenny-. Desde el martes hay un tipo que llama por teléfono a mi casa… En la primera llamada nombró a un montón de músicos muertos y me amenazó a muerte y…
-¡ESPERA! –la interrumpió Tré- ¿Te amenazaron a muerte y no has llamado a la policía?
Ella suspiró.
-No, porque no tengo pruebas. En todo caso, creo que con alguien que sepa mucho de música podría encontrar a alguien a quien todos conocían y que Billie igual conozca…
-¿Billie? ¿Qué tiene que ver Billie en todo esto? –inquirió Tré, atónito.
-Bueno que…
Tré atinó a silenciarla con su dedo índice.
-Vamos al sótano y ahí me cuentas todo –masculló.
Jenny sólo asintió, sin preguntar el porqué no podía contarle todo ahí mismo. Después de todo, Tré tenía varias excentricidades, y esa no era de las preocupantes.
El sótano de Tré era una habitación bastante amplia. A un lado estaban todos los instrumentos, mientras que en el otro había sofás, una mesita, un minibar, estanterías con premios y muchas estanterías más repletas de discos, ordenados en un orden que nadie podía descifrar. Jenny se sentó en uno de los sofás y Tré, tras cerrar la puerta, se sentó en el que había frente a ella.
-Ya, ¿qué tiene que ver Billie en todo esto? –preguntó Tré, un tanto más relajado, pero aún estresado.
-Mi padre me contactó y me hizo juntarme con él en el Café Okay –empezó Jenny-. Ahí me dijo que no les interesaba yo, sino que van en pos de Billie Joe.
Tré asintió, bebiendo de su café.
-Y… ¿Billie sabe que van detrás de él? –inquirió.
Jenny negó.
-Me acabo de enterar –se excusó.
Tré suspiró.
-¿Por qué me llamaste a mí? Entiendo el porqué no hablaste con Billie o Joey, pero ¿por qué no Mike? Digo… ¡Hasta vive más cerca! –Tré sonaba un tanto desesperado.
-Por tres razones: Primero, Mike es el confidente de Billie Joe, por lo que lo llamaría de inmediato, y no quiero decirle nada hasta estar completamente segura; segundo, Brittney no deja que Mike hable solo con otras mujeres; y tercero, pero no menos importante, necesito a alguien que sepa los detalles y crea en que todo esto es una conspiración. Lo siento mucho, pero ese alguien eres tú. Si no quieres decirme nada, por miedo de que vayan por ti, está bien, me las arreglaré, pero me gustaría tu ayuda.
Él volvió a suspirar, pero no cansinamente ésta vez, sino que como si estuviera pensando como continuar.
-No sabes lo feliz que estoy de decirte que viniste al lugar indicado.
Sin decir nada, se incorporó y se dirigió a una de las estanterías, de las cuales tomó varios discos.
-¿Sabes en qué se diferencian mi sótano con el de Billie, Joey y Mike? –inquirió.
-¿Qué los discos están ordenados, pero nadie entiende cómo, excepto tú y Brian? –preguntó ella, consiguiendo que Tré riera.
-No. Se diferencia en que, además de ser a prueba de sonido, mi sótano impide que los celulares tengan señal, que entren otras redes a escuchar y muchas mierdas similares –respondió él, con una sonrisa-. Así que nada de lo que hablemos aquí, será escuchado.
Jenny lo miró, sorprendida.
-¿Estás bromeando, no?
-Por supuesto que no –respondió-. Por algo siempre ensayamos aquí, ¿no? Bueno, cuando ensayamos algo nuevo, claro. Bueno… ¿Qué rumores quieres saber?
Ella lo miró sorprendida y tomó un sorbo de su café.
-¿A quiénes han visto vivos? ¿Quiénes murieron en circunstancias extrañas? –preguntó.
Tré asintió.
-Repíteme la lista –pidió.
-Janis Joplin, Jimi Hendrix, Jim Morrison, John Lennon, Kurt Cobain y Dee Dee Ramone –recitó ella. Para entonces, ya se la sabía de memoria.
-Ok… Entonces… Hay dos nombres que están totalmente fuera de lugar en esa lista: Lennon y Ramone. Dee Dee sí murió por sobredosis de heroína, y tenía problemas y todo, mientras que Lennon fue asesinado. Los demás todos murieron bajo extrañas circunstancias… Si analizas el reporte policial de Cobain, notarás que…
-Que el arma estaba en una posición imposible –completó Jenny.
-Bueno, Janis… Ella murió con una heroína demasiado pura, y nunca se encontraron jeringas, así que pudo haber sido un asesinato… Jim Morrison “murió” de un infarto, pero la verdad es que se ha visto varias veces (estoy seguro de haberlo visto en… bueno, tú entiendes donde) y Hendrix… Bueno, LSD más vómito, mala mezcla.
Jenny asintió.
-¿Hay alguien a quien los tres conocieran?
-Bueno… Probablemente Dylan –ella rió, levemente-. Pero no creo. Brian Jones… No, porque murió antes que Hendrix… De seguro hay más, pero ninguno vivo que yo sepa.
Silencio.
-¿Por qué yo y no él? –preguntó Tré. Ella lo miró sin entender- Sabes que hablo de Mike.
Ella lo miró, un tanto molesta.
-Tú sabes el porqué –musitó.
Él la miró, atónito.
-¿Aún no hablan de eso? –Ella negó, un tanto avergonzada.- ¡Han pasado como diez años!
-Nueve –lo corrigió ella-. Pero no es un tema un tanto cómodo… ¡Es como que te hubiera pasado lo mismo con Billie!
-Eso no sería tan raro –musitó él, pensativo. Ella rió-. Así me gusta. Bueno, espero haberte servido de algo. Si descubres algo, vienes a contármelo, no me llamas por teléfono.
-Espera, ¿me estás echando? –dijo ella, fingiendo molestia.
-Jenny, sé que no te agrada verme besuqueándome con Brian, así que te lo digo por tu bien, ya que llegará en cualquier minuto…
Una aclaración que ustedes pudieron haber resuelto hace varios párrafos: Tré había salido del clóset en el 2015. No había sido una sorpresa para nadie, de hecho, se veía venir desde su segundo divorcio. Contó con el apoyo de todos sus amigos y familiares, y Brian era su novio desde el 2017. Vivían juntos desde el 2019 y no podían ser más felices.
-Ok, ok, con eso me convences –dijo ella, riendo. Lo abrazó-. Muchas gracias, Tré.
-Cuando quieras.
Se despidieron de un beso en la mejilla y ella salió del sótano, para luego salir de la casa, pensando en cuánto tiempo más pasaría antes de atreverse a preguntarle a Mike por ese… incidente.
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