El cuarto estaba muy oscuro. Demasiado. Jenny no sabía si era por la ausencia de ventanas o porque aún no amanecía. En casa de Tré, todo era posible... Inclusive el que ella durmiera abrazada por Billie Joe.
¿Por qué la había besado? No tenía sentido. Él amaba a Adrienne y ella lo sabía. Todos lo hacían. ¿Por qué la había besado? ¿Por qué la había abrazado para continuar besándola? ¿Por qué se había quedado dormido a su lado? ¿Y por qué ella le respondió cada beso, cada caricia?
-¿Despertaste? –le preguntó alguien a su derecha.
Jenny se separó de Billie y se sentó, para encontrarse con Mike, quien también dormía en el sofá.
-No, suelo abrir los ojos mientras duermo –Mike rió, despacio, para no despertar ni a Billie ni a Tré-. Vamos a otro lado, por favor.
Mike asintió y se pararon del sofá, para salir al patio.
-¿Sabes? Tré y yo estábamos seguros de que no faltaba mucho para que ustedes dos tuvieran algo, pero creímos que Billie nos diría algo antes.
Jenny lo miró extrañada.
-Que yo sepa, no hay nada entre nosotros –dijo ella.
-¿Y qué fue lo de anoche entonces? –inquirió él, extrañado.
-Un Billie borracho –contestó una voz detrás de ellos. Se voltearon y encontraron a Billie Joe, muy despeinado y con grandes ojeras en su rostro-. Tan borracho que no recuerda una mierda. ¿Qué pasó?
Mike y Jenny intercambiaron una mirada.
Billie empalideció y miró a la sonrojada joven.
-Mejor los dejo para que aclaren las cosas –farfulló Mike, mientras volvía al interior de la casa, dejando a los dos amigos solos.
-Billie, ¿por qué lo hiciste? –musitó ella.
Él negó.
-No lo sé. Me gustaría creer que sé lo que siento, pero no puedo... –dijo- Aunque estoy casi seguro de que te besé porque, al estar borracho, te confundí con Jennifer Lovett, así que lo siento mucho –la miró con suspicacia-. ¿Por qué me respondiste los besos?
Jenny se sonrojó, y mucho.
-No tengo idea –respondió, honestamente-. Simplemente... No me vi capaz de decirte que no o algo. Tal parece que parte de mí te ve desde le punto de vista de ella...
Él sonrió tristemente y le dio un beso en la frente.
-Olvidemos esto, ¿sí? –se dijeron a la vez. Rieron- Así está mejor.
Se abrazaron y volvieron al interior semi-abrazados.
-Ok, ¿qué me perdí? –preguntó Tré, entrando a la cocina, al verlos conversar con Mike de lo más bien.
Luego de desayunar, Jenny y Billie se fueron a su hogar.
-Tenemos que ir a comprar cosas para el almuerzo –comentó Billie, a eso de la una.
-Vamos entonces.
Con gran pereza, se pararon del sofá y salieron del departamento. Bajaron los siete pisos en ascensor y caminaron las pocas cuadras que los separaban de un supermercado, donde compraron todas las cosas que necesitaban.
-¿Para qué compraste el diario? –Preguntó él, extrañado.
-Alguien tiene que comprarlo de vez en cuando, ¿no? –dijo ella, con tono de obviedad.
Pagaron todo y volvieron al departamento, donde Billie comenzó a hacer el almuerzo, mientras que Jenny abría le periódico en el living.
-Está listo –dijo él, yendo al living, varios minutos después. Se sorprendió al encontrarla pálida-. ¿Qué sucede?
Jenny alisó la hoja del diario y comenzó a leer en voz alta el artículo que leía.
-Adrienne Nesser, más conocida como la esposa del cantante y guitarrista de Green Day, Billie Joe Armstrong, ha confirmado ante la prensa que ya no está casada con él y que el hombre con quien se ha visto tantas veces es su prometido.
Billie la miró sorprendido y, sin saber qué hacer, se dejó caer al suelo.
Y así era como perdía al amor de su vida.
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