Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

lunes, febrero 27, 2012

Wake me up when September ends - Capítulo 24: Wake me up when September ends.




Parte de esto fue escrito la semana antepasada en medio de una montaña. Parte de esto fue escrito hace meses en un bloc de notas. Parte de esto fue escrito hace un mes en un cuaderno. Parte de esto fue escrito hace más de un año, y parte de esto fue cambiado unas treinta veces. Pero bueno, al fin logré terminar este capítulo que me atormentó buena parte de mis vacaciones, ya que, originalmente, iba pegado al capítulo anterior.
Como verán (o deberían ver), decidí incluir unas cuantas canciones de vez en cuando. Si quieren, les hacen click. Si no, da igual. Intenté coordinarlas para que calzaran, pero bueno, mi lectura no es la misma que la de todos.
Finalmente, blogger anda extremadamente estúpido y no me ha dejado subir la foto aún, espero conseguirlo antes de que mucha gente lea esto xD
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No se puede querer lo que quiero, y en la forma en que lo quiero, y de yapa compartir la vida con los otros. Había que saber estar solo y que tanto querer hiciera su obra, me salvara o me matara, pero sin la rue Dauphine, sin el chico muerto, sin el Club y todo el resto.
RAYUELA, CAPÍTULO 36 – JULIO CORTÁZAR.

-Papá, ¿por qué te saludó así? –Los cuatro adultos nos quedamos en silencio.- ¿Papá?
-Joey, hay cosas que es mejor que no sepas –musité.
Palideció más aún.
-¿Estuviste con riesgo de muerte o qué? –Miré a mis amigos, sin saber qué decir o hacer.- ¿Papá?
-Dile la verdad.
El murmullo de Mike fue bajo, pero bastó para hacer que me estremeciera por dentro. Suspiré.
-El viernes, cuando me fui de la casa... No me fui a hacer nada de la banda como dijo su madre, o a emborracharme como ella cree que en verdad hice... Yo... Intenté matarme.
-¿QUÉ?
Para mi sorpresa, me encontré sintiendo cómo mi hijo daba fuertes puñetazos en mi estómago. No me moví, me lo merecía por idiota, pero Tré decidió que lo mejor era sujetar a su ahijado, para que me dejara.
-Joey, no hace falta que golpees a tu padre, ya está bien y no volverá a pasarle nada parecido, ¿cierto, Billie?
-Cierto. Fue un error.
Un error premeditado que intenté repetir y que aún me daba vueltas, pero un error al fin, y eso era lo que mi hijo debía creer
-No lo golpeo porque me asusta lo que hizo, lo golpeo porque ¡es un idiota egoísta!
Torcí una mueca.
-Tienes razón. Soy un idiota egoísta. Pero estoy intentando cambiar, por ti, tu hermano y tu madre.
Aunque no podía negar que la idea de desaparecer completamente volvía a hacérseme atractiva. C’est la vie.
-No te creo. Empezaba a confiar en ti de nuevo, ¿sabes? Pero ya veo que no vale la pena.
Se soltó de Tré y se fue a otro lugar del estudio.
-¿Qué mierda fue eso? –preguntó el baterista, al tiempo que yo me pasaba la mano por el pelo, nervioso- ¿A qué se refiere con “de nuevo”?
-A nada –mascullé, ahora empezando a pasearme de un lado a otro-. Creo que mejor voy a hablar con él.
Fue necesario que John me sujetara por los hombros, deteniendo mi paseo, y me diera un suave empujón en dirección hacia la puerta, para que me dirigiera hacia mi hijo.
-Joey... –musité, cuando estuve detrás de él- Dime qué quieres que haga, y lo haré, pero por favor, no te enojes...
-¿Mamá sabe de esto?
Reí.
-Claro que no. ¿Acaso quieres que me mande a un loquero?
-Creo que hasta te haría bien.
Touché.
-Quizás. Pero tú dijiste que querías que siguiéramos todos juntos, como una familia, y para eso creo que es mejor que esté aquí, ¿no?
Asintió, para luego voltearse, y vi que tenía lágrimas en los ojos. Apenas se percató de que me había dado cuenta, bajó la mirada.
-No quiero que te mueras –farfulló-, sólo quiero que mamá y Jake sean felices.
-Y lo serán. No me pienso ir a ninguna parte ahora, no estoy para andar jodiendo todo, para mentir y para engañarlos –murmuré-. Mientras siga siendo capaz de hacer feliz a tu madre, me quedaré.
Aun si eso me hace el ser más miserable y triste del universo. En fin, lo abracé, estrechamente, y, tras un rato ahí, cuando estaba seguro de que no se iba a echar a llorar de nuevo, lo solté.
-Ya, papá tiene que trabajar. Puedes mirar con John, o ver televisión aquí, ¿de acuerdo? –Mi hijo asintió.- Bien, voy para allá.
Y me acompañó, decidiéndose a quedarse con John. Mis amigos me miraron inquisidoramente, pero descarté el hablar del tema con un gesto de mi mano. Pasamos a distraernos tocando lo que John o Joey nos pidieran, ya que, honestamente, no tenía nada nuevo que mostrarles. Tocamos hasta las dos y media, hora a la que me fui a buscar a Jake al colegio.
-¿Vuelvo a las cuatro?
-De hecho... ¿Les interesa ir a mi humilde hogar a las cinco? Tengo noticias que dar –murmuró Tré, algo sonrosado-. Si quieren llevan a todas sus familias, Ramona y Frankito también estarán para que jueguen los niños...
Mile End by Pulp on GroovesharkMike, John y yo intercambiamos una mirada: Definitivamente había algo raro.
-Bueno, ahí estaremos –dijo el bajista.
Así que nos despedimos y me fui con Joey al colegio, del cual salió Jake.
-¿Cómo te fue hoy? –le pregunté, apenas se sentó en el asiento trasero junto a su hermano- ¿Te ha dolido la cabeza?
-Me fue bien y no me ha dolido –respondió, con una alegría más que notoria.
Al menos había un aspecto de mi vida que no me haría sentir miserable jamás.
Llegamos a la casa. Addie nos esperaba con la mesa puesta y el almuerzo servido. Me saludó de un beso en los labios. Almorzamos, Jake nos contó de su día, con Joey le dijimos a Addie que Tré nos había invitado a su casa a la tarde, y accedió a acompañarnos.
-¿Y no tienen idea de qué noticia quiere darles? –me preguntaba, un buen rato después, mientras lavábamos la loza.
-Nop. Se ha comportado de una forma ligeramente sospechosa, pero no tanto como para que pudiéramos preguntarle directamente. Bueno, hoy al fin sabremos qué pasa por la cabeza del loco Tré. –Terminé de lavar y cerré la llave, tirando la esponja de cualquier forma en el lavaplatos. Miré a mi izquierda, que era donde Addie iba secando, pero me sorprendí de encontrarla tan sólo parada ahí, mirándome.- ¿Tengo algo en la cara?
Se sonrió.
-No, pero te ves lindo cuando haces las cosas de la casa.
Se me acercó y, al igual que en la oficina de la profesora de Joey, me plantó un beso, y tuve que volver a aplacar las ganas de salir corriendo en dirección contraria.
-Ya, me iré a duchar para no llegar tan hediondo –musité, separándome, forzando una sonrisa igual de auténtica a la de mi esposa.
Ya en el baño, me cubrí el rostro con ambas manos; no quería ni ver mi expresión de dolor en el espejo. Tras un par de minutos así, abrí la llave de la ducha, pero no me metí a ella: Ni siquiera había transpirado en el corto ensayo, simplemente quería una excusa relativamente sincera para estar lejos de mi esposa, al menos el rato suficiente como para controlar las ganas de desaparecer del mapa. Le había prometido a Joey a que me quedaría mientras pudiera hacer feliz a Adrienne, y ella aún era feliz conmigo. Simplemente tenía que aprender a ser feliz con ella también...

Llegamos a casa de Tré a eso de las cinco. Fue Ramona quien nos abrió. Quedé sorprendido al ver lo grande que estaba. Para mi horror, no tardé en recordar que era apenas un par de meses mayor que Joey.
-Papá ya viene, tienen que esperarlo en el living –nos indicó, tras saludarnos-. Tío Mike ya está aquí.
-Gracias, Ramona –le agradeció Addie-. ¿Todos los niños estarán ahí también?
-No, a nosotros nos dejaron quedarnos en el patio –se explicó ella, con una sonrisa, para dirigirse a Joey y Jake-. ¿Vamos?
Mis hijos, obviamente, accedieron. Addie me tomó la mano apenas estuve a su lado en el interior del vestíbulo. Era como si me quemara al hacerlo, pero me limité a sonreírle y a guiarla al living, donde Mike ya estaba con Britt.
-¿Aún no hay ninguna idea de lo que quiere anunciar?
-Nope. John apuesta a que va a salir el clóset, y Vincent a que va a casarse de nuevo.
Recién ahí me percaté de la presencia de mi amigo y del hermano de Britt en el sofá contiguo. Reí.
-¿Y tú qué crees, Michael querido? –pregunté, sentándome junto a John en su sofá; Addie se sentó a mi lado.
-¿Yo? Creo que se compró una cabra y quiere que juguemos a desmayarla, duh.
Ahora todos reímos, tras lo que añadí:
-No, yo creo que compró un mono.
-Pero eso no se desmayaría, querido Billie. –Todos nos sobresaltamos al escuchar a Tré, que había entrado por la puerta que me daba la espalda y que llevaba al comedor.- Lo siento, pero ninguno ganó la apuesta.
Todos maldijimos.
-Algún día tendré mi oportunidad –bromeó John. Bueno, creo que bromeaba... La verdad, eso esperaba-. Entonces, ¿qué tienes que decirnos? ¿Descubriste cómo hacerte crecer un tercer brazo?
Tré se sonrió y volvió a abrir la puerta del comedor. Los que estábamos en mi sofá, nos volteamos cómo pudimos, para ver cómo el umbral era atravesado por una mujer, que tanto Mike y yo reconocimos, él más lentamente que yo:
-¡ALE! –gritamos, mientras los demás miraron sin entender. Pero no me importaba. Junto a Mike, corrí a abrazarla, siendo este abrazo mucho más sincero que cualquier expresión de afecto que había tenido con Adrienne esa tarde.
-Por favor, ¡dime que al fin están juntos! –exclamó Mike, sin soltarla.
-No, lo siento, estoy aquí porque sí –ironizó ella-. ¡Claro que sí!
-Ah, y no sólo eso... –Intervino Tré.- Tayler nos dio el sí, así que ¡nos casaremos el próximo mes!
Ahora pasé a abrazarlos a los dos por el cuello, ignorando los “quién es Tayler” de los demás, quienes no sabían que Tré había tenido un hijo hacía ya diecisiete años. En mi cabeza, eso carecía de total importancia, el hecho de que dos de mis mejores amigos de la adolescencia al fin iban a darse la oportunidad que les correspondía me hacía más feliz que cualquier hecho de la última semana.
Celebramos el resto de la tarde. A eso de las siete, pasamos a cenar todos, niños incluidos. Conocimos a Tayler, quien resultó ser un adolescente bastante simpático, y con los mejores rasgos de nuestros dos amigos. Así la tarde perfecta dio paso a la noche, momento en el cual todos empezamos a irnos.
-¿Y ella iba a la secundaria con ustedes?
-A la que era mía y de Mike, sí, aunque vivía al lado de Tré... Su casa era genial, ella dormía en el tercer piso. Con Tré éramos capaces de llegar hasta su ventana por medio de una escalera de mano que afirmábamos en el balcón del segundo piso, al que llegábamos por la misma escalera... ¡Y él podía hacerlo ebrio!
Con Addie estábamos en la cocina de mi casa, tomando un café. Los niños ya se habían acostado (pese a que Joey se resistió un poco, con la excusa de que no tenía clases por su suspensión), y nosotros decidimos quedarnos en pié un ratito más, para conversar.
-Hablas de Ale como si hubiesen sido cercanos, ¿por qué nunca me habías contado de ella antes?
Me encogí de hombros.
-Tré quedó mal cuando ella se fue a Nueva York, así que con Mike y él nunca la mencionábamos. Dios, ella era como mi otra madre. –Reí recordando las veces que la había molestado con problemas idiotas.- La primera vez que llegué a su ventana por el balcón, fue porque no sabía qué hacer por Jesus.
Addie no sabía si reír o no. Optó por continuar como si no hubiese hecho ese último comentario:
-¿Seguro que es por eso y no por Ella?
Disimulé el dolor que sentí repentinamente por su pregunta, tomando otro sorbo de café.
-Seguro, y de verdad.
Me creyó. Genial. Bostecé.
-Creo que tienes sueño.
-Crees bien. –Me paré.- Voy a buscar ropa para mañana a la pieza y me voy a dormir.
Dejé el tazón en el lavaplatos, y sentí cómo Addie me abrazaba por la espalda.
-¿No quieres dormir en la pieza conmigo?
Me volteé, para sonreírle.
-Pero sólo dormir, ¿eh? Estoy cansado.
Me dio un beso. Volví a bostezar, ante lo cual ella sonrió.
-Bueno, sólo a dormir.
Al día siguiente, desperté siendo abrazado por mi esposa, quien tenía una sonrisa en su rostro. Bien por ella. Lo que es yo, ya me sentía miserable, lo cual no sé porqué seguía considerando algo digno de mencionar como “novedoso”.
Ese martes, me levanté en silencio. Desperté a Jake, y estuve a punto de hacer lo mismo con Joey, cuando recordé que seguía suspendido, y que no tenía para qué llevarlo al colegio. Así que pasé de largo de su cuarto, y me dirigí a la cocina, donde hice el desayuno... Es decir, hice café, serví leche, y serví un cuenco de cereal con leche... Nada especial, no me sentía hambriento, así que no fui capaz de comer algo. Me senté con el café en la mano, intentando que me reconfortara de verdad, pero la verdad fue que terminé aprovechando el rato a solas para no fingir sonrisas... Rato a solas que terminó apenas escuché a Jake bajando por las escaleras.
-Hola, campeón.
Me miró, con curiosidad.
-Hace tiempo no me dices así, ¿pasa algo? –preguntó.
Me encogí de hombros, molesto por lo atento que era mi hijo.
-Simplemente me había olvidado de decirte así, no sé si me entiendas... Ya, desayuna, que vamos a llegar tarde.
Mi hijo obedeció. Luego subió a lavarse los dientes. Yo fui a hacer lo mismo a mi habitación, y luego me dirigí a Adrienne. Únicamente para guardar apariencias, la cubrí bien con las mantas, y le di un beso en la frente. Ella abrió un poco los ojos.
-¿Ya te vas?
-Sí, vuelvo a la hora de almuerzo, y después me voy al estudio de nuevo...
Se sonrió.
-Yo iré a buscar a Jake. Quédate en el estudio todo lo que quieras, no hace falta que hagas tantos viajes por día.
Me sonreí: Menos tiempo en casa, menos tiempo con ella, menos tiempo intentando amarla.
-Gracias, cariño –susurré, dándole otro beso, ahora en la mejilla.
Sabía que ella quería uno en los labios. Lo sabía. Pero no me vi capaz. Simplemente tomé mi celular, mi bolso de todos los días y bajé, para encontrarme con que Jake ya me esperaba. Me puse la chaqueta que había en el colgador del vestíbulo, y fui a dejar a mi hijo a la escuela.
-Pórtate bien, ¿sí?
-Sí, papá –me respondió, con una sonrisa, para luego irse corriendo a su aula.
Lo vi correr hasta el interior del edificio. Recién ahí, aflojé la sonrisa, pisé el acelerador y me dirigí al estudio. Los chicos aún no llegaban. Me serví un sándwich, decidiendo que intentar tocar con el estómago vacío era una mala idea. Luego de eso, me senté en el sofá, cuaderno y lápiz en mano. Debía componer algo, debía vaciar mi cabeza, si no, iba a estallar. Pero lo único que se me ocurría eran canciones muy explícitas sobre lo mucho que mi vida apestaba. Cerré los ojos, intentando pensar...
Deep Blue Day by Brian Eno on Grooveshark-Estás atrapado entre lo que quieres ser y lo que simplemente eres. Y, al final, todo se reduce a eso, a lo que eres y a lo que quieres ser.
Me sobresalté al escuchar la voz de Jesus tan claramente en mi cabeza. Y, como siempre que recordaba esas palabras, me quedaron dando vueltas. Lo terrible, es que, según esa definición, ya no era nadie, puesto que quería algo que no podía querer, me sentía como un pobre perdedor que estaba imposibilitado de tener lo único que de verdad quería y sentía. Y por eso, quería ser alguien que no existiera, para así ahorrarme todo el sufrimiento. En conclusión, al menos en mi cabeza, ya no era. Básicamente, no existía, en especial porque ya había intentado acabar mi existencia realmente. Ni siquiera estaba seguro de seguir mi razonamiento...
-¡Perdón la tardanza! –gritó Tré, entrando, causando que me sobresaltara y casi me cayera del sofá, sobre el cual me había recostado en algún momento. Con eso, Tré se dio cuenta de que Mike no había llegado aún- ¿Cómo que estás solo?
Me encogí de hombros.
-O llegué muy temprano, o ustedes siguieron celebrando en sus hogares.
Tré se sonrojó.
-La verdad que apenas dormí. No sé qué le habrá pasado a Mike.
Torcí una mueca.
-Probablemente se quedó con Britt un rato más.
Tré me miró, extrañado.
-El ninfómano eres tú, ¿qué haces aquí tan temprano? Normalmente, habrías dejado que Addie llevara a los niños a la escuela, o simplemente los habrías llevado tarde. –Volví a encogerme de hombros.- ¿Está todo bien con Addie?
-La verdad, sí, me dejó volver a la pieza con ella...
-Pero ustedes no han... Ya saben... –Sólo por lo divertido que era verlo teniendo problemas con la conversación, alcé la ceja, fingiendo no entenderlo.- ¿Han tenido relaciones últimamente?
Fingí entenderle, siendo que lo había hecho hacía un buen rato.
-No, no realmente. No desde.... –Me callé. La última vez había sido con Sarah. Ya ni recordaba la última vez con Addie.- No es importante, hemos llegado al punto en que la relación sobrevive más allá de eso.
Es obvio que Tré no creía ni una palabra de lo que decía, pero no me importó. Me limité a cerrar el cuaderno, frustrado, aunque un tanto extrañado: No recordaba el haber dibujado una flor, la típica que le daba a Jesus. En fin.
Mike no llegó hasta un buen rato después, y nos encontró tocando canciones viejas, de la gira pasada. No tardó en unírsenos.
-¡Mierda, son las tres! –exclamó Mike, mirándome.
-Addie va por los niños hoy –lo tranquilicé-. De a poco vuelve a darme libertades, aparentemente.
Asintió, comprendiendo. Decidiendo que lo mejor era no preguntar, Tré se puso a tocar otra cosa, y nosotros nos limitamos a seguirlo. Estuvimos ahí hasta las ocho y media, hora a la que decidimos que ya era lo suficientemente tarde como para poder irnos sin sentirnos culpables de no haber tocado todo lo que queríamos. Llegué a casa justo a tiempo para cenar, tras lo cual, como de costumbre en los días anteriores, me dediqué a lavar la loza utilizada. Esta vez, sin embargo, Addie no me ayudó ni me acompañó, si no que se me acercó por la espalda y me susurró al oído.
-Voy a acostar a los niños... No tardes mucho.
Sentí un escalofrío para nada agradable recorriendo mi espalda. No hacía falta ser un genio para saber cuáles eran las intenciones de mi esposa, y estas no me agradaban en lo más mínimo. Pero tendría que pretender que sí, tendría que ser capaz de actuar... Mierda.
Lavé la loza, demorándome lo más posible. Pasé al baño del primer piso. Luego, ordené un poco el living. Pero cuando ya no quedaba ni el más mínimo rastro de ruido desde el segundo piso (ni siquiera el suave sonido distante del paso de una hoja a la siguiente de una historieta), ya no tenía excusas. Debía subir.
Vamos, Armstrong, es sólo sexo, ni que fuera algo terrible.
Pero en realidad, sí era algo terrible. Tanta intimidad con Addie, con la mujer que había prometido pasar la eternidad, con la mujer por quien apenas lograba sentir el mínimo de atracción actualmente, haciendo lo mismo que había hecho con Sarah, la mujer a la que amaba, hacía tan poco tiempo...
Subí la escalera, intentando convencerme, con cada peldaño que subía, que hacía lo correcto, que no tenía para qué pensarlo tanto, que no tenía para que sufrir ante la idea de...
¿En qué momento había llegado a la puerta de mi habitación? Tragué aire, y, silenciosamente, con la secreta esperanza de que Addie se hubiese quedado dormida esperándome, entré.
-Tardaste más de lo que creía –susurró Addie. Tenía las luces apagadas, pero había encendido unas cuantas velas en la habitación, sólo unas pocas, pero que eran más que suficientes para que yo pudiera ver que se encontraba sólo en ropa interior, recostada en la cama, mirándome con una pícara sonrisa-. Creo que nos hemos ganado esto.
Sonreí, fingiendo verdadero interés.
-Querrás decir que crees que me lo merezco, ¿no? –susurré, sacándome las zapatillas, y acercándome a ella.
-No te pongas grave y ven aquí, ¡mierda! 
Strings That Tie To You by Jon Brion on GroovesharkAmplié mi sonrisa. Creo que hasta había una parte de mí que quería seguir... Y dejé que esa parte me guiara, mientras me sacaba la camisa y los pantalones. La miré un par de instantes, recostada ahí, consciente de que ella me recorría con la mirada, tras lo que me recosté sobre ella, tan sólo mirándola. Aún sin estar seguro de ser capaz de continuar, le di un beso. Y otro. Y otro... Simplemente, dejé que ella me guiara, dejé que ella me besara el cuello, dejé que llevara mis manos a su sostén, porque, pese a estar poniendo todas mis intenciones en continuar, mi mente estaba en otro lado. Imágenes de momentos pasados se sobreponían en mi cabeza.
-Cierra tus ojos y te besaré –susurré, mirándola.
-¿Qué? –preguntó Sarah, sorprendida.
Ahí era ella quien estaba con Jesus, no yo... Ahí le había dicho que me gustaba, y ella me había mandado a la mierda. Pero luego terminaron, y yo le dije que la amaba...
-¿Sabes que, si seguimos caminando así, nos vamos a empapar más aún?
-Sí, y no me interesa –masculló ella, fingiendo enojo.
Otro silencio.
-¿Qué hora es? –le pregunté.
-Eh... –Sarah se detuvo y revisó su reloj- Las c... ¿QUÉ HACES?
Eso había sido el día anterior a navidad del mismo año, un par de meses después. Íbamos caminando muy lento, así que le tomé la mano y la obligué a correr. Aún no estábamos juntos. Recuerdo haber llegado a hacer casettes compilados, todos dedicados a ella. Me pregunto si aún tendría el compilado de canciones amor, no recordaba haber quemado ningún cassette. Quizás lo andaba trayendo con ella el día en que la perdí...
-Al final… ¿para quién era Paper Lanterns?
Y se atrevía a preguntarme semejante idiotez.
-No hace falta que lo preguntes, es obvio: Era para tiLo haría de nuevo
-¿Qué cosa?
-Escribirte ese montón de canciones.
Y lo hice. Decenas y decenas de canciones, algunas escritas, otras sólo en mi cabeza, muchas publicadas.
-¿Te puedo preguntar algo?
-Claro, ¿qué pasa?
-¿Aún sientes cosas por mí?
Podía recordar perfectamente lo rápido que latía mi corazón en el instante en que hizo esa pregunta, podía recordar el cosquilleo que había sentido, el calor expandiéndose en mi interior, la necesidad de acercarme, el impulso que me llevó a acariciarle la mejilla, lo apropiado que me pareció el muérdago sobre nuestras cabezas. Aún recuerdo lo seguro que me sentí de dejar todas las drogas por ella, sin saber que pronto sería un idiota y cagaría todo.
-¿Te dije que te ves hermosa?
Y ahí la besé, ahí empezamos a salir por primera vez, esta vez de verdad, ahí nos dimos nuestra primera oportunidad real... Y la arruiné, tal como había arruinado la última oportunidad que había tenido, tal como había arruinado la última noche que había tenido con ella, tal como había arruinado toda mi vida...
-Billie, ¿estás bien?
-Prometí no dejarte ir.
-No nos queda otra opción.
“Uno”, había dicho Nathan...
-Te amo, te amo, te amo...
-Yo a ti, y te prometo que volveré en cuanto pueda.
Si tan sólo hubiese sabido la fecha, si tan sólo la hubiese sabido. Nathan contó el “dos”.
-No te vayas. Por favor, por favor, no te vayas.
-No me quiero ir...
Pero se había ido, se la habían llevado, y así la había perdido para siempre...
-¿Billie?
Me separé de Adrienne, quien me miraba preocupada. Quién sabe hace cuánto rato que habían empezado a brotar las lágrimas de mis ojos, quién sabe hace cuánto rato que Addie me hablaba, intentando que reaccionara, que volviera al mundo tangible, que abandonara aquel oscuro mundo de los recuerdos... ¿Cómo explicarle que sólo en ellos podía ser feliz?
Me recosté de espaldas junto a mi esposa, cubriéndome el rostro, sintiendo las lágrimas caer. Por tercera vez, Addie dijo:
-¿Billie?
-No puedo –sollocé-. No puedo, no puedo, no puedo.
Suavemente, me tomó las manos, y las retiró de mi rostro, para luego obligarme a devolverle la mirada.
-¿Qué es lo que no puedes?
Me zafé y volví a cubrirme; no quería que viera cómo lloraba.
-No puedo ser feliz –susurré.
Sentí cómo soplaba las velas que yacían en los veladores, con furia. Me descubrí los ojos, para encontrarme en la penumbra.
-¿A qué mierda te refieres con que no puedes ser feliz? ¿Qué mierda posible le puede faltar a tu vida? –Negué.- Si eres tan miserable como pareces ser, ¿por qué sigues aquí?
La miré, fijamente a los ojos, para que viera que aún corrían lágrimas por mis ojos, y que la verdad que le decía no era por ser cruel con ella, si no que porque realmente no daba más.
-Porque se lo prometí a Joey. –Vi cómo la furia abandonaba rápidamente su rostro, para ser reemplazado por el dolor.- Ese viernes que me perdí... No estaba con John, si no que con Sarah. Me acosté con ella. Joey lo descubrió y me hizo prometer mantener la familia junta y feliz. Pero ya no puedo, las mentiras pesan mucho. Ya no puedo seguir así. La otra noche, cuando me fui “a emborracharme”, estaba intentando matarme. Y casi lo logré. Y lo haría de nuevo, porque no vale la pena seguir vivo, si todo lo que vivo es una maldita mentira. No vale la pena seguir vivo si lo único que hago vivo es hacer sufrir a todo quien me rodea y a mí mismo.
Se quedó mirándome, en silencio, por varios minutos, tras lo que:
-¿Y ella?
I Wonder by The Willowz on Grooveshark-No lo sé, ni siquiera está en el Estado, creo... Ya no puedo verla. 
-Te perdono.
La miré, sorprendido.
-¿Qué?
-Te perdono. ¿Acaso no es eso lo que hace falta para que podamos volver a la normalidad? ¿Acaso no es eso lo que quieres?
No pude evitar mirarla con la máxima de las incredulidades. Addie ya sabía lo que había hecho, y sabía lo que pensaba de mi miserable vida, y seguía dispuesta a estar conmigo. ¿Tanto me amaba? ¿Acaso su amor era tan puro que era capaz de perdonarme todo, con tal de no perderme? Aceptar su perdón sería fácil, muy fácil. Sólo tenía que decirle que lo sentía de corazón, y que no volvería a hacer ninguna de las cosas que nos habían traído tantos problemas a nuestra relación. Era muy simple. Mi felicidad, finalmente, estaba a una simple acción de distancia.
-Yo... –Tan simple, tan fácil, sólo debía decirle que nunca volvería a hacerle mal. Y fue en ese preciso instante en el que me di cuenta.- ¿Es que no entiendes? Quiero querer estar contigo. Quiero querer estar aquí, contigo y los niños, siendo feliz y haciéndolos felices. Quiero querer decirte que te amo, todos los días y a toda hora. Y quiero poder decirlo en serio. Pero no puedo, no puedo querer hacer ninguna de esas cosas. Ya te he hecho bastante daño forzándome a hacerte creer que sí quiero hacer todas esas cosas, y creo que recién ahora me estoy dando cuenta de todas las consecuencias. Te he dañado mucho, y no quiero hacerlo más.
Por primera vez en quién sabe cuántos años, sentí cómo el aire que inhalaba llegaba por completo a mis pulmones. Por primera vez, no sentí la ya familiar presión en el pecho, la cual ya consideraba permanente e incurable. Por primera vez, respirar no dolía.
Y me di cuenta que Addie me miraba paralizada, sin saber qué decir, probablemente incapaz de pensar. Y me di cuenta que otra lágrima se había resbalado desde mi ojo por la mejilla. Y no era una lágrima de tristeza; era alivio.
-¿Es eso lo que quieres? ¿Dejar de hacerme daño? –Asentí.- ¿Ya no me amas, ni siquiera un poco?
Negué, con una mueca.
-Lo si...
-Anda.
La miré, más que extrañado. ¿Había oído bien?
-¿Qué?
-Sólo… Sólo anda.
Iba a preguntarle “a dónde”, cuando me percaté que sus ojos estaban llenos de lágrimas. Por algún motivo, ver llorosos aquellos ojos castaños no me causaba el mismo efecto que ver a los azules de Sarah. Y ahí supe dónde debía ir, cuál era el lugar en el que debía estar.
-Lo sien...
-¡Anda!
Consciente de que tenía muchos objetos a su alcance para lanzarme, y de que no escucharía la disculpa más honesta que le daría en nuestra relación, aún si se la gritase, le obedecí. Me salí de la cama, para tomar un par de zapatillas, un pantalón y una polera. Sin ser capaz de dedicarle una última mirada, salí de la pieza, no sin antes escuchar un sollozo desde el interior que abandonaba, dejando atrás una vida que ya no podría recuperar. Suspirando, me puse los pantalones y me cambié la polera, para luego tomar la libreta que estaba en la mesa del pasillo y escribir la disculpa que mi esposa no me dejaba pronunciar: Un simple “lo siento”. Y era increíble lo mucho que abarcaban esas dos palabras. No era tan sólo un “lo siento” por irme, sino que por todo lo pasado. “Lo siento” por las lágrimas derramadas, un “lo siento” por las caricias malgastadas”. “Lo siento” por los besos sin sentido, por los años perdidos. Era un “lo siento” por los falsos “te amo” y por haberla privado de una felicidad real que tenía más que merecida. Era un “lo siento” por cruzarme en su vida, cuando era obvio que su lugar no era el mío. Es un “lo siento” por haberte permitido conocerme, Addie. Un insuficiente “lo siento”, porque este fue el adiós.
Salí de la casa y me subí al auto, para atravesar la ciudad y, antes de lo esperado, encontrarme a mí mismo cruzando el puente que me separaba de San Francisco. Quizás de verdad se había ido para siempre, pero no perdía mucho yendo a revisar. Después de todo, ya no tenía nada, sólo esperanzas y vagas ilusiones por un viejo amor, que esperaba me correspondiese de igual forma. Aunque debía ser realista: En el mejor de los casos, me permitiría intentar conquistarla de nuevo. Y en un ataque de autoestima que se me hizo bastante desconocido, creí que era más que capaz de lograrlo. 

Life in Technicolor by Coldplay on GroovesharkY así llegué a la calle de Sarah. Dejé el auto junto a la acera, bajé y subí la escalinata que me separaba de la puerta, para golpearla con desesperación con mi puño izquierdo, mientras que tocaba el timbre con la otra mano. No recibí respuesta alguna.
A lo mejor salió... O está revelando fotos.
Aún no era medianoche. Era posible. Hacía frío, así que, en vez de esperar desesperadamente fuera de la casa, decidí irme a un hotel a dormir, para pasar el rato...
Obviamente, ya dentro de mi nuevo cuarto, recostado en la cama y todo, fui incapaz de dormir: La ansiedad era mucha. A las siete y media, ya no aguanté más, y salí de la habitación, desesperadamente. El hotel estaba cerca de la calle de Sarah (por eso lo había escogido en primer lugar), así que ni siquiera me molesté en sacar el auto. Simplemente, bajé por el ascensor, caminé a la salida, y, una vez del otro lado de la puerta, eché a correr, cuan rápido daban mis piernas, para llegar a su casa, y repetir el procedimiento de la noche anterior, más agregándole un:
-¡SARAH! ¡SÉ QUE ESTÁS AHÍ!
En realidad, no lo sabía. No tenía idea. Un lado de mí albergaba la esperanza de que nunca se hubiese ido en realidad, y que todo hubiese sido una mentira para que no la volviera a molestar... Pero era hora de ser realistas. Llevaba diez minutos golpeando, y no me contestaba nadie. Dudaba seriamente que estuviera en el cuarto de fotos, pese a que fuera la explicación perfecta para no contestarme, y lo dudaba porque dudaba que estuviera en la casa.
-¿Buscas a la chica que vivía aquí?
Dejé de golpear y miré hacia mi izquierda, donde un hombre bajo y robusto me miraba, con un cigarrillo en sus labios y un lápiz tras la oreja.
-Sí... Soy un viejo amigo.
Rió, sacando una pequeña libreta del bolsillo trasero de su pantalón, la cual comenzó a hojear rápidamente hacia atrás.
-¿Viejo amigo? Quince de septiembre, viniste como a las siete y no te fuiste hasta bien entrada la noche.
Ok, el vecino de Sarah era un fisgón.
-Sí... Bueno, quiero hablar con ella, y no me contesta. ¿Tiene alguna idea de dónde puede estar?
Torció una mueca.
-La última vez que la vi fue el viernes pasado, con una maleta roja, subiéndose a un taxi.
Se me aceleró el pulso.
-¿Y no sabe dónde fue?
Negó.
-Yo no hablaba con ella, realmente... –Eso no me sorprendió.- La otra vecina interactuaba más con ella, pero no sé si tanto como para saber su destino.
Se agachó, recogió el diario, le echó un vistazo a la primera plana y suspiró.
-El mundo está mal, ¿no?
Cuánta razón tenía. Yo no debería estar ahí buscando a Sarah a las (casi) ocho de la mañana, hablando con un sujeto que parecía espiar todo lo que ocurría en el barrio, yo ya debería estar con ella, donde fuese que estuviese. Deberíamos estar juntos, deberíamos estar juntos y siendo felices.
En fin, me despedí del sujeto y fui hacia la puerta que estaba en la casa de la derecha, para tocar el timbre. Me abrió una tipa de mi edad, en una sudadera y pantalones de buzo. Su cabello castaño estaba amarrado en una tirante cola de caballo y, por algún motivo, se me hizo conocida.
-Hola, perdón por la hora, pero estoy buscando a tu vecina, Sarah, y me preguntaba si sabías dónde podría...
-¡VINISTE! –gritó, abrazándome con fuerza- ¡AL FIN VINISTE POR ELLA!
Me separé, extrañado.
-¿Disculpa?
-Billie, soy yo... ¡Iris! ¿Secundaria?
Abrí mucho los ojos al recordarla.
-¡Iris! Mierda, tanto tiempo.
-¡Sí! Sarah nunca me dijo que seguían en contacto, pero bueno, nunca hablábamos mucho, es como si no quisiera relacionarse con nada que le recordase a ti... O a Mike, claro. ¿Por qué tardaste tanto?
-Es una larga historia, que se alarga más con cada instante que conversamos –murmuré-. ¿Sabes dónde fue? Te prometo que vendremos a contarte todo una vez que la encuentre.
Su expresión cambió a una triste.
-Me encantaría ayudarte, Billie, en serio... Pero se fue sin decirle nada a nadie. Supuse que sería algo de trabajo, porque llevaba el bolso de cámaras, pero no sé nada más. –Suspiré, causando que ella me mirara con más tristeza aún.- ¿No quieres pasar a tomar algo? Podrías conocer a mi esposo mientras desayuna, o algo... ¡O a Belén, mi hija! Ahora está estudiando, pero puede detenerse a saludar... Tenemos tanto de qué hablar... ¿Has sabido de Ale? Se devolvió de New York después de mí.
Sonreí ante el vano intento de animarme.
-Vendré otro día. Lo prometo.
Y lo dije en serio. Nos despedimos y caminé calle abajo, en dirección al centro de San Francisco, buscando la famosa agencia de Sarah, pese a que no sabía muy bien dónde estaba. Tras un par de vueltas innecesarias demás, la encontré. Lo que no tenía en cuenta, era que no abría hasta las diez de la mañana. Así que tuve que gastar una buena hora en un café cercano, comiendo distraídamente un pastel y bebiendo... Bueno, un café. No me había dado cuenta de lo famélico que estaba.
Justo cuando me terminaba el café, mi celular empezó a sonar.
Puede ser Sarah preguntándome si era yo tocando la puerta...
Era una idea descabellada, pero sonó convincente en mi cabeza, por lo que no tardé ni dos segundos en sacar el celular y contestar. Sólo ahí leí que en la pantalla decía “Addie”. Maldije en mi cabeza.
-Hola, Addie –murmuré, a modo de saludo.
-¿Ya estás con ella?
No era Addie quien me hablaba, si no que Joey. Suspiré.
-No... ¿Cómo está tu madre? ¿Y Jake?
-Mamá está encerrada en su pieza, creo que llorando... Pero llevó a Jake a la escuela de todas formas. Fue al volver que me despertó y me dijo lo que había pasado... Está un tanto enojada porque no le dije que habías estado con Sarah.
Suspiré.
-Cuídala, ¿sí?
-Tú deberías ser el que hace eso.
Di el último sorbo a mi café.
-Joey, lo intenté, pero no pude seguir, sólo iba a terminar haciéndole más daño.
-Lo sé... –Suspiró.- Llámame cuando la encuentres, ¿sí? Para preparar a Jake.
Me colgó antes de que pudiera siquiera pensar en una respuesta decente. Guardé el celular, y me cubrí el rostro con ambas manos, echando la cabeza hacia atrás. A pesar del café, me sentía, súbitamente, somnoliento.
Pero no. El dormir podía esperar. Pedí la cuenta, dejé el dinero y, tratando de no pensar en cómo sería el reencuentro con mis hijos (si es que Addie me dejaba verlos, claro), dejé el dinero, para salir de inmediato, en dirección a la agencia, que encontré cerrada. Maldije y, decidido a no irme sin respuestas, me senté a la entrada, fumando un cigarrillo, cabizbajo y en silencio, por varios minutos que se me hicieron horas.
-¿Puedo ayudarlo?
Levanté la mirada, para encontrarme con una joven de pelo corto, cargada con una cantidad de carpetas impresionante.
-¿Trabajas aquí? –Asintió.- Entonces sí.
Apagué la colilla del cigarro contra el pavimento, y me puse de pié, al tiempo que ella, de alguna forma, se las arreglaba para abrir la puerta de la agencia y entrar, siendo seguida por mí.
-Bueno, soy la encargada de asignar a los fotógrafos, dígame Vale –se presentó, sentándose ante su escritorio; me senté en el asiento que estaba frente al suyo-. Si gusta en decirme el tipo de evento a realizar, le entregaré el formulario a llenar para solicitar fotó...
Reí, levemente, interrumpiéndola.
-No, no necesito fotógrafos.
Me echó un rápido vistazo.
-Creí que el aviso para un nuevo fotógrafo saldría la próxima semana, pero bueno, muéstrame tu currículum...
-No, tampoco quiero trabajo. Estoy buscando a alguien... ¿Sarah Horowitz?
La tal Vale torció una mueca. 
The Ballad Of The Beaconsfield by Foo Fighters on Grooveshark-La verdad que es por ella que estamos buscando un nuevo fotógrafo. El viernes pidió vacaciones, y ayer llamó para dar su renuncia oficial.
Maldije en mi mente.
-¿Y no tienen ningún teléfono de contacto que puedan facilitarme?
Por qué, ¿por qué dejé que Joey borrara el número?
Negó.
-Lo sentimos, señor, aún si la tuviéramos, no podemos entregar esa información, en especial si no sabemos la relación entre el solicitante y la empleada... Bueno, ex empleada.
Ya estaba irritable por la falta de sueño y por lo desmoronada que se estaba tornando mi vida, y eso bastó para que perdiera la poca paciencia que me quedaba, y fuera subiendo el tono de voz con cada palabra que decía:
-Escuche, conozco a Sarah desde que tenía catorce años. Fuimos novios. Después su padre se la llevó a Ecuador, y no volví a saber de ella hasta que se casó con mi mejor amigo. Luego se divorciaron, pasaron los años, nos reencontramos, tuvimos una especie de aventura, fui un idiota y preferí a mi esposa, pero ahora me doy cuenta que fue un error, le confesé todo a mi cónyuge, y ahora quiero encontrar a Sarah, así que ¡dígame lo que sepa!
Vale me miró, con una triste sonrisa en su rostro.
-Lo siento, Billie, pero no dejó nada. Sólo su dirección, que ya no sirve de nada.
Me quedé mirando fijamente el piso, por unos instantes, maldiciendo en la mente y recuperando la calma, tras lo que me di cuenta de un detalle.
-¿Cómo sabes mi nombre?
Negó con la cabeza.
-No hacía falta que me dijeras todo eso: Sarah me dijo que tenía un motivo para irse, y en qué consistía... Parecía estar bastante segura de que no volverías por ella... Veo que se equivocaba. –Ya no pude contenerme de maldecir en voz alta.- Lo único que dijo fue que tenía cosas que pensar, y que prefería hacerlo lejos de ti.
La miré a los ojos, y supe que decía la verdad, que no había ninguna intención oculta, y que no quedaba nada sin decir. Suspirando, me puse de pié.
-Supongo que no tienes su celular guardado por ahí... –Negó, aún con la sonrisa triste en su rostro.- Gracias de todas formas.
Me fui, ignorando los cuchicheos del par de personas que había entrado mientras yo estaba ahí, y que, probablemente, se preguntaban quién era y por qué gritaba.
Como no tenía idea de qué hacer para encontrar a Sarah, me dediqué a dar vueltas por San Francisco, a ver si algo se me ocurría, ignorando las llamadas que me hacían Mike y Tré por turnos. Hubiera caminado toda la tarde, pero a eso de las tres me dio hambre, así que entré a un local. Me indicaron una mesa disponible, al fondo y lejos de la ventana. Eso me agradó. Me senté, y leí la carta, por mera costumbre, ya que sabía que iba a terminar ordenando una cerveza y una hamburguesa, como siempre que iba a locales de ese tipo.
-¿Le puedo tomar su orden?
Alcé la mirada, y me encontré con una camarera de cabello morado, el cual me recordó a alguien al instante.
-Nadia...
-¿Disculpe?
Salí de mi súbito ensimismamiento.
-Sí, la promoción tres, por favor.
Me sonrió, disimulando su extrañeza, y se fue, para volver al rato con mi pedido. Comí rápido y le dejé unos quince dólares de más, a modo de agradecimiento por darme una idea de cómo encontrar a Sarah: Tan sólo tenía que hablar con Nadia. Y para ello sólo tendría que hablar con mi madre. Ya eran las cinco y media, llegar a Rodeo tan sólo me tomaría un par de horas... Pero primero debía ir al hotel a buscar mi chaqueta, pagar la pieza, y sacar el auto...
Llegué al hotel, pero, una vez en mi cuarto, me dejé caer bocabajo en la cama, agotado por no haber dormido en toda la noche y por haber caminado durante todo el día, y, de no ser por el celular que me despertó a eso de las once, hubiera seguido durmiendo.
-¿Aló? –respondí, somnoliento.
-Hola, Billie.
Era Addie. Y su voz sonaba afligida. Me di vuelta para quedar de espaldas sobre la cama, y poder hablar más fácilmente.
-Hola... ¿Pasó algo?
Suspiró.
-Si quieres venir a buscar cosas, ven mañana, cuando los niños no estén. No creo que sea buena idea que te vean ahora...
Torcí una mueca, que ella no podía ver.
-¿Hablaste con Jake?
-Sólo le dije que te fuiste de viaje, y que no sabía cuando volverías. Me preguntó si íbamos a separarnos... –Corta pausa.- Le dije que era posible.
Me sonreí.
-Joey me llamó en la mañana, diciendo que prepararía a Jake cuando... Bueno, cuando sea oficial.
-¿O sea que aún no estás con ella?
-No... Ni siquiera sé dónde está.
No me molesté en camuflar la frustración que esté hecho me generaba, pero luego me arrepentí: Se notaba que Addie aún no estaba bien con la idea de que nos separáramos. Ni siquiera habían pasado veinticuatro horas desde mi partida.
-Bueno, será mejor que vengas mañana, entre las ocho y las tres, a buscar ropa y... No sé, tu cepillo de dientes, cualquier cosa vital que hayas dejado.
Me sonreí.
-Gracias por ser tan comprensiva...
Volvió a suspirar.
-Deja tu llave en mi pieza, tampoco estaré. –No le pregunté dónde estaría y el porqué no estaría, entendía que el verme no le facilitaría las cosas, no aún al menos.- Y gracias por al menos haberme dado la oportunidad de estar contigo. 
Vagabond by Wolfmother on GroovesharkMe colgó. Dejé el teléfono en el velador. Empecé a hacer una lista mental de las cosas que me llevaría (no tenía dónde quedarme, así que las guitarras se quedarían dónde estaban), pero no llevaba tres cosas en lista cuando volví a quedarme dormido, para no despertar hasta las cinco de la mañana. Sabía que no volvería a dormirme, así que paré de la cama, y me saqué los zapatos y la ropa, para entrar al estrecho baño hacer mis necesidades y lavarme las manos y la cara. Ya empezaba a tener barba, pero no tenía cómo afeitarme, ni me importaba. Simplemente me duché, me vestí y, tras asegurarme que no dejaba nada, salí de la pieza, en dirección al lobby, donde entregué la llave de mi habitación. Tras ello, subí al auto, para partir en dirección a Oakland. Llegué a eso de las siete. Decidí detenerme en el centro a desayunar, para hacer hora, así que, para cuando entré a mi desierta casa, ya eran más de las ocho.
Saqué un bolso del armario en que los guardábamos, y lo llené de ropa. También tomé mi desodorante, mi afeitadora y mi cepillo de dientes (tras utilizarlos todos, claro está, me hacía falta). Luego tomé mi bolso más pequeño, y ahí eché el cuaderno que actualmente utilizaba para intentar componer, un par de lápices, mi pasaporte, el cargador del celular, las tarjetas de crédito que se me habían quedado y unos cuantos dólares de más. Tras ello, fui a la pieza de Joey, a recuperar mi cuaderno de química. Estaba guardándolo, cuando mi celular volvió a sonar. Esta vez, era Mike, y decidí contestarle.
-¿Dónde mierda has estado? ¿Por qué no llegaste a ensayar ayer? Estábamos preocupados, no contestabas, Addie dijo que no sabía dónde andabas, y...
-Me fui de la casa, Mike.
Mi amigo interrumpió su monólogo al instante.
-¿Qué?
-Me fui. Voy por Sarah, si logro encontrarla. –Supe que Mike quería replicar algo, pero lo interrumpí.- Oye, ¿te interesa mi vieja planta de marihuana?
-¿Cómo que te fuiste de la casa?
-Mira, en otro momento te contaré todo, ahora sólo quiero llegar rápido a Rodeo para hablar con mi madre, y que me dé el número de Nadia, porque sospecho que allá puede estar. Pero necesito sacar esta planta de aquí, y creí que quizás te interese.
Al final, mi amigo terminó por acceder. Le dije que la dejaría en el estudio, ya que me quedaba de paso para llegar a Rodeo, y, tras sacar la llave de mi casa del llavero y dejarla en el velador de Adrienne, tomé mis cosas, la planta y subí todo al auto, para irme de ahí de una buena vez, quién sabe hasta cuando. Tras ello, pisé el acelerador, y me dirigí al estudio. Dejé la planta, con un “después explico todo” pegado en la maceta, y aproveché de llenar el auto en la gasolinera que había cerca. Tras ello, no me detuve hasta estar fuera de la casa de mi madre, a quien encontré saliendo, en dirección a su trabajo.
-¡Mamá! –grité, bajando del vehículo, para alcanzarla, antes de que acelerara el paso- ¡Espera!
Se volteó, sorprendida.
-¿Billie Joe? ¿Qué haces aquí?
Llegué junto a ella.
-Necesito el número de Nadia. Ahora mismo. Por favor.
Mi madre abrió mucho los ojos.
-¿Por qué?
Revoleé los ojos. Estaba totalmente seguro de que ella sabía perfectamente mis intenciones, pero que quería que se lo dijera yo mismo de todas formas.
-Quiero encontrar a Sarah.
Creo que mi madre hubiese saltado de la felicidad si no fuera porque se veían a otros vecinos saliendo en dirección a sus trabajos en ese mismo instante. No parecían importarle ni Addie ni los niños.
-¡Ahora mismo te doy el número! Billie, ¡me alegra tanto que vayas a ser feliz!
Alcé una ceja.
-Pareces muy segura de ello.
-Pues, ¡claro! ¡Es Sarah! –Sacó su celular, apretó unos cuantos botones y me lo pasó.- Ahí está el número, ¡guárdalo y llámala ahora!
La miré, con mi ceja alzándose más aún.
-Mamá, allá es aún más temprano...
-¡No importa, llama igual, quizás está despierta!
Pero no quería llamarla con mamá al lado.
-Mira, mejor iré al aeropuerto, y cuando la encuentre te aviso, ¿sí?
Con una notoria decepción en sus ojos, asintió, y, tras ello, me devolví a Oakland, pero no al centro, si no que a la periferia, para entrar al aeropuerto. No tenía idea dónde estaba Sarah, pero estaba seguro de que requeriría de un vuelo para alcanzarla. Estacioné el auto, saqué el bolso más liviano (que sólo tenía cambios de ropa para un par de días y todos mis documentos), y entré al aeropuerto. Me senté en el primer lugar apropiado que encontré y, finalmente, marqué el número de Nadia.
-¿Aló?
Ni siquiera me molesté en disculparme por despertarla, como deduje que había hecho por su somnolienta voz. Simplemente pedí:
-Dime que Sarah está ahí, por favor.
-¡BILLIE! –Nadie sonó más despierta al instante.- Por la mierda, ¿por qué no llamaste anoche? ¡Acaba de irse!
Se me hizo un nudo en la garganta. Si no hubiera dormido, la habría alcanzado.
-¿Y sabes a dónde?
-Dijo que iba a ver a papá. Dijo que tenía una idea bastante certera de donde estaba, pero no me dijo dónde. Simplemente armó un bolso liviano, se despidió y se fue. Dijo que volvería antes del fin de semana.
Eso me daba dos alternativas...
-Gracias, Nadia.
Ir a esperarla a casa de Nadia o...



Phone Call by Jon Brion on Grooveshark

Nadia me había dicho el nombre de la ciudad en la que habían vivido durante su corta estadía en Ecuador, y, una vez allá, la guía turística de la aerolínea me había indicado dónde quedaba el cementerio, pero eso no evitó que me sintiera perdido mientras deambulaba, intentando hacerme entender. Bien, Armstrong, fuiste a un país donde no hablan inglés. Muy inteligente.
Pero mis regaños mentales se acallaron apenas divisé a la distancia una espalda muy familiar. Sobre la espalda, veía un cabello, que volvía a ser castaño, y en su mano se veía una única flor. Al acercarme, vi cómo se agachaba a dejar la flor, y luego volvía a incorporarse, ahora cruzada de brazos.
-Menos mal estabas aquí, o tendría que haberme quedado en el aeropuerto esperando a que volvieras al país –comenté, apenas estuve a su lado.
Sarah se volteó, sorprendida, con los ojos muy abiertos, incrédula, como si no creyera que yo fuera real, y que realmente estaba su lado, mirándola, con una sonrisa torciendo mis labios, y con mis cansados ojos mirándola fijamente.
-¿Billie?
Le tomé una mano, acariciándosela.
-¿Me extrañaste?
-Un poco, quizás -murmuró ella, aún mirándome fijamente-. ¿Qué haces aquí?
No pude evitar soltar una corta risa. Creo que jamás me había sentido tan feliz como en ese momento, y era un tanto irónico que fuera en un cementerio, junto a la tumba del hombre responsable de retrasar nuestra felicidad por tantos años...
-¿No es obvio?
... Aunque bueno, era el hombre responsable de que nos hubiéramos conocido en primer lugar. Si no se hubiera mudado a Rodeo, nunca habría siquiera pensado que alguien como Sarah pudiera existir, y, mucho menos, amarme.
-Me gustaría poder decirte que sí, que sé a qué viniste, pero tengo miedo de que esto no sea más que una decepción más. -Seguía mirándome, y parecía seguir sin saber si estar feliz o no.- ¿Tan obvia soy que me encontraste?
Volví a soltar una risa, esta vez irónica.
-¿Tienes alguna idea de lo intrincado que fue seguirle la pista a alguien que no dejó pistas? De no ser porque te conozco como te conozco, creo que nunca hubiera llegado aquí, y de no ser por una bondad divina que no conocía, no te habría encontrado aquí.
Ahora ella soltó una risa, un tanto más nerviosa.
-Bueno, me alcanzaste al final de la carrera: Llegué a mi meta, y ya no sé hacia dónde ir, ni qué hacer.
Le tomé la mano con más firmeza. Recién ahí, ella se atrevió a entrelazar sus dedos con los míos.
-¿Qué te parece si vamos a casa?
Por primera vez, sus ojos no se desviaban a cualquier detalle de mi rostro, si no que se dirigieron directamente a los míos, permitiéndome perderme en la contemplación de sus hermosos ojos azules.
-¿Y eso dónde es?
Su susurro me hizo respirar de la forma más natural que jamás había respirado. Encogiéndome de hombros, respondí:
-Preferiría que nos fuéramos a California, pero iré a dónde tú quieras. “Hogar es donde está el corazón”, ¿no? –Su expresión ahora era la más pura de las perplejidades.- Si hace falta que te siga a China, si hace falta que pasé los próximos cincuenta años de mi vida intentando conquistarte de nuevo, si hace falta que vivamos en un búnker, si hace falta cualquier cosa... Cualquier cosa, Sarah, cualquier cosa que tú quieras lo haré. Porque te amo. Y te prometo que nunca más te dejaré escapar.
Se sonrió, y pude ver que sus ojos estaban llorosos.
-¿Nunca?
-Nunca.
Me soltó la mano, para rodear mi cuello con sus dos brazos.
-Te amo –susurró, ahora con las lágrimas corriendo por su rostro. Pero no me preocupé: Sabía que eran las mismas lágrimas que se me escapaban en ese instante, y eran de la más pura de las felicidades.
-Yo a ti –respondí.
Acercó su rostro al mío y me besó, suavemente, para luego separarse y tomarme la mano izquierda, acariciándola, y sonriendo al darse cuenta que el anillo ya no ocupaba mi anular. Soltó una risita de felicidad. También riendo, le limpié las lágrimas con mi mano derecha. Sin más, sin soltarme la mano, empezó a guiarme a la salida del cementerio, dejando atrás el pasado, comenzando a fotografiar las imágenes de un presente y futuro juntos. La había encontrado, y antes del fin de septiembre, finalmente, estábamos juntos.


F I N.
HISTORIA TERMINADA A LAS 2:50AM DEL 27 DE FEBRERO DEL 2012.








(Tres finales escritos de antemano y no usaste ninguno... En fin, atentos a que en un rato o mañana puede que venga un epílogo)

21 comentarios:

  1. LO DEJASTE FELIZ!! i knew it! asnedi giuADEBKA SDG
    al fin! askdj i'm speechless! 
    lov u!! 

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  2. Hermoso, no puedo creer que haya terminado </3

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  3. Terminar de leer y saber que Billie finalmente es feliz ha sido algo realmente maravilloso! Armstrong se lo merecía! Además, Tré volvió con Ale... qué más podemos pedir?
    En fin, Amanda, siempre escribes estupendamente y haces que nos enganchemos demasiado con tus historias. Aunque no tengas la mínima idea de quien soy,  he leido cada una de ellas y puedo decir que cada vez son mejores.

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  4. tengo unas ganas de patearte y de abrazarte al mismo tiempo.
    Te das cuenta que estoy leyendo esta historia desde 8vo Básico? desde el viaje en bus a Santiago? y recien ahora termino. Se me fue la infancia y tengo demasiadas cosas en la cabeza.
    Sabia como iba a terminar pero no sabia donde. ahh. me da pena. Ahora cuando voy a putear a Billie y odiarlo y quererlo al mismo tiempo? quiero pegarle (lo que no es una sorpresa) y hacerle un altar a Addie y abrazar a Sarah por el resto de la eternidad y ogfhdjg!
    no se que mas decir. tengo pena y tengo alegria :) :( :) :(

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  5. No me podía acordar si era 7mo u 8vo... y AH, CSM, NO SÉ QUÉ HACER DE MI VIDA D: He tenido ataques de bipolaridad todo el día al respecto y aún no me decido si estoy feliz o no ._.
    TEAM SARAH Y TEAM ADDIE ♥

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  6. Gracias, de verdad, y te tengo ubicada, aún si nunca hayamos tenido una conversación real xD

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  7. Ya era hora xD! y yo había comentado algo, blogger del mal ._. igual estoy speechless y LOVE YA <3

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  8. No puedo creer  que haya terminado :'| ! Eres simplemente MARAVILLOSA. Por donde mire la historia el final me dejó contenta :) Es que no puedo creer que Billie & Sarah al fin sean felices *-* Amé como desarrollaste la personalidad de los personajes & déjame decirte que con esta novela me hiciste sentir mil emociones distintas. Eres una gran escritora. Saludos de una fiel lectora (:

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  9. Dios amanda esto es cierto?? estas terminando conmigo? ja okno èro me ciento asi no puedo creer que allas terminado tu fic!! yo te he seguido desde el fotolog desde la segunda temporada hold on! y me acuerdo que me volvi adicta hasta el dia de hoy!! dios en vdd no me cae la ficha!
    por suerte tuviemos el final que queriamos!! ash pobre billie cuando joey le pego, pero le tenia que decir la vdd no le quedaba toda!!! me sorprendiste mucho con el regreso de ale! yo te habia preguntado una vez si ellos volverian juntos! y que bueno que lo hicieron ademaas por su hijo tayler! solo falto que mike volviera con laura! pero bueno se quedo con brit! te aseguro que casi llore con addie te juro que pude sentir su dolor! por dios billie por que lo hiciste? ok ahora esta todo bien! solo falta que jake sepa la vdd!!!! al fin billie encuentra  a sarah ash me tenias super nerviosa te juro pense que jamas la encontraria jaja pero causo que billie insistiera en la puerta de su departamente! oh por cierto la aparecion de iris fue genial! y en esta cap estuvieron todos! hasta jesus y el padre de sarah!!! fue genial! entonces billie encontro a sarah en un cementerio? wow eso no me lo esperaba si que era raro! pero fue genial! se declararon su amor despues de tanto tiempo! son la pareja perfecta son tan para cual! nunca los tuviste que habre separado! ajja mato eso de ue faltaba la argolla! aja ahora billie es libre! ojala addie pueda ser feliz con otro hombre que la ame de vdd y que no tenga qque sufir mas!!!
    aiii amanda te juro por dios que cuando lei ue terminaba se me hizo todo un nudo en la garganta! despues de ciento de cap no puedo creer te lo juro!!! espero que tengas un buen prologo! quiero que todos tengan su final feliz!! grax por compartir esta fic tan maravillosa conmigo (y las demas lectoras) es ue eres una de las mejores fic ue he leido, por ue tu eres una grax escritora....

    xoxo

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  10. eS la segunda ves ue escribo este puto comentario! dios este internet anda super mal! debe ser culpa de F.B.I
    okok pasando a tu fic... no puedo creer que termines asi! estasr terminando conmigo!! ajaj okno eso no pero te juro ue cuando lei que este er el ultimo cap me agarro un nudo en la garganta no me cae la ficha!
    es genial tu final! es genial la parte de que joey le pega a billie pobre y eso que joey le saca como una cabeza, pero se lo tenia merecido! como va a intentar matarce? estaba loco por dios!! por suerte se arreglo rapido! asi podian seguir fingiando ser una familia feliz! aunque no duro mucho tiempo mas! 
    grax por poner a ale de nueva en la fic! me aucerdo cuando hiciste esa seccion de preguntas en el fotolog y pregunte por ella y por su hijo!! aii dios ahora van a ser una gran familia los 5 y que se casen es mejor todavia! creo que en este cap no falto nadie! estaban todos! bueno en si solo falto ue mike terminara con laura, pero o aparecio, pero la aparecio de iris fue genial!! aiii dios
    como ves te sigo desde la segunda temporada hold on! era genial! y despues lei la primera! 
    me dolio mucho como sufria addie hasta yo lo senti! es que ella lo amo demaciado y no se pudo dar cuenta que a su lado no era feliz! pero con ese "lo siento" de billie me mori de ternura! es tan genio! saben las palabras perfecta para todo! y la valentia ue tuvo de decirle a addie la verdad pobre estaba ue no podia mas sosteniendo todo una mentira
    dios lo hiciste sufrir demaciado a mi enano no lo crees? bueno le consto conseguir a sarah con esto de qque estuvo golpiando la puerta un buen rato a los gritos! y despues lllego ese veciono! jaja era genial! y hasta tuvo que ir a su trabajo! aii por que no quiso decir donde se fue? grax a la cafeteria que le hizo razonar a quien recurrir ue fue a nadia! ja la felicidad de su madre era enorme! te juro que de ella no me lo esperaba! jaja
    grax a nadie tejuro ue hasta yo le agradeci ajaj! ecuador? wow billie es capaz de todo por esa chica de ojos azules!!! en un cementerio? fue ahi donde la encontro no? bueno es un poco raro pero cualquier lugar es perfecto para ese momento! ademas junto a la tumba del hombre que los separo y el mismo que por cosas de la vida los junto!! aii estan lindo ademas se declararon todo su amor!! ahoran seran mas que felices lose!! ademas billie es libre sin su anillo! creo ue ya lo estaba torturando!! 
    aii amanda te juro que no podia creer que termines la fic! pero todo tiene su final! y eso que esta fic parecia interminable con tus sientos de cap! te juro que es unas de las mejores fic ue he leido! estan genial! por que tueres una gran escritora...

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  11. Dios! no puedo creer que ya terminó, en serio, hasta tuve que releer el "FIN" para que mi cerebro lo asimile. De verdad me encantó, asi como todas tus historias, escribes genial! (He leido todas tus historias pero creo que tu no tienes ni idea quien soy) 
    Al fin Armstrong fue feliz, tenía que serlo. En parte, me dan ganas de ahorcarte por casi matarlo pero al final le diste su "vivieron felices para siempre" así que te perdono (? Aunque igual me quedé con un nudo en la garganta por Addie, admito que me dio pena.  
    En fin, tienes en mente otra fic? Ojalá que si porque son las mejores que he leído. 
    Bueno, cuidate Amanda! y sé escritora (? :3

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  12. Gracias :D y yay, logré desarrollo de personajes xD Saludos :3

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  13. wow, medio comentario, en el correo que me llegó estaba cortado ._. xD GRACIAS :D y sí, traté de cerrar todos los cabos posibles... ahora debería subir el epílogo + comentario final, para atar lo poco que falta, y estamos xD y pensé en traer a Laura, pero ella ya no está leyendo, así que mejor traje a Iris, a quien no sé si sigue leyendo, pero le prometí un retorno, y se lo cumplí, aún si no lo sepa jamás. Igual que Belén es otra amiga, a quien le dije que la iba a poner en algún fic estudiando, para que se fuera a estudiar, y tará, acá la nombran xD En fin, muchas gracias, siga pasando por aquí :)

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  14. A ti te tengo en facebook, y he interactuado contigo, así que no digas que no tengo idea quién eres! xD y aún no me entra que no tengo que llegar a abrir y contemplar el word todo el día ._.
    Y en cuanto a otro fic, no lo sé... Debería terminar I'm not there, Cigarettes & Valentines y terminar la reescritura de Good Riddance, pero, aparte de eso, no tengo muchas ganas de escribir otro fic. Quisiera escribir algo más, pero bueno, hay que ver como va la cosa. Me puede dar la estupidez y terminar escribiendo un megafic de veinte temporadas xD

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  15. Wow!!!ya termino!!!! :'(   estoy como bipolar queria que terminara, pero a la vez no queria!!!! jajaja Te felicito Amanda es increible como escribis, aunque nunca te lo dije antes xq no sabia q podia comentar si no tenia blog o fotolog :p !!No puedo creer que ya haya terminado!! Y lo hiciste feliz!!!! wiiii. habra epilogo???

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  16. Te acompaño en lo de bipolar xD y bueno, como muchos no cachaban que se podía comentar sólo con el nombre, decidí activar el Diqus, que además permite comentar con fotolog, twitter y una diversidad de cuentas increíble ._. y gracias :3 Habrá un epílogo, muchísimo más corto que los últimos capítulos, más que nada para despedirme del Billie que he tenido en mi mente durante los últimos 5 años :) saludos

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  17. ¿Cuando va a haber un epilogo?, Me encanto el final... Besos 

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  18. me ncanto! puedes creerlo... yo no
    el mundo ya noe s el mismo... ahora nos e, me quede como y ahoraq ue leo?¡??¡
    pero bueno, me alegra mucho que por una aprte halla a cabado, no soportaba el suspenso jejej

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  19. osea se quedo con sarah y al diablo con su familia....¡?¡¡?¡?¡

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