Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

domingo, mayo 01, 2011

One of these days - Chapter three.


Estaba sentada en la escalera, disfrutando el silencio. Muchas emociones en un solo día, cuando todo lo que quería era irse a su casa a dormir. Pero no podía irse aún... No sabía cómo, pero estaba segura de que su lugar era en ese peldaño del hospital.
-Gracias por tu ayuda –dijo alguien, un par de minutos después, sentándose a su lado.
Ella se volteó y se encontró cara a cara con Billie Joe.
Toda su vida había pensado que, si eso llegaba a pasarle, estaría tan nerviosa que no podría ni hablar. Mas ahí estaba ella, relajada, sentada al lado de su ídolo.
-Cuando quieras –contestó la chica, con una sonrisa.
-Algo me dice que sabes mi nombre –ella lo miró, sin comprender-. Noté como me miraste en el autobús, antes de chocar. Nadie me había mirado así en mucho tiempo. Así que... ¿Cómo te llamas?
-Jennifer –respondió-. ¿Qué hacías tocando guitarra en un autobús?
Billie sonrió, amargamente.
-Las cosas no andan muy bien para mí –fue todo lo que dijo-. No te conozco lo suficiente como para contarte más. ¿A dónde ibas tú?
-Donde mi editor... Tampoco puedo contarte más –él rió-. ¿Qué?
-Creí que estabas haciendo un diario de vida, o una canción. Nunca se me pasó la idea de que fueses escritora por mi cabeza –ella se sonrojó, levemente-. Vamos, es algo de lo que enorgullecerse. Ahora... Te debo una, sin ti, nadie me habría librado de esos idiotas que me preguntarían el porqué ando tocando en un autobús. Así que... ¿te acompaño a tu casa?
Ella sonrió.
-No pienso subirme a un autobús, ¿sabes? –dijo ella, alzando las cejas.
-¿De dónde eres? –inquirió él.
-Oakland –Billie rió-. ¿Qué?
-¿Sabes que estamos en el otro lado de Berkeley? –preguntó, riendo.
-Sip. Soy capaz de cruzar toda esta ciudad con tal de no subirme a un autobús –aseguró Jennifer, mientras él volvía a reír.
-Ok... Yo igual soy de Oakland y tampoco pienso subirme a un autobús... Vamos juntos.
Fueron conversando en el camino, evitando, a toda costa, hablar respecto a Green Day y a sus familias. En un punto, comenzaron a hablar de música, una conversación que duró buena parte del largo trayecto.
-Tienes los mismos gustos que... –comenzó Billie, pero se interrumpió al ver a un hombre.
“Oh, oh” pensó ella, al ver a su padre.
-Ven acá –susurró ella, interrumpiendo y tirando a Billie a un estrecho callejón que había entre su casa y la vecina.
-¿Esta es tu casa? –inquirió él. Ella asintió- ¿Eres hija de Al Sobrante?
Ella hizo una mueca.
-Realmente, no me enorgullezco de ello. Es un total imbécil –explicó-. Odia a mi madre, y por eso, ella me odia a mí. No tengo idea como es que están juntos.
Billie la miraba a los ojos.
-¿Y por qué me escondiste?
Jenny se sonrojó.
-Les tiene un poco de rencor... Bueno, bastante. Insiste en que es mejor que Tré Cool.
Billie sonrió, amargamente.
-Tu padre siempre creyó eso... Aun sabiendo que Tré le enseñó a él. Será mejor que te deje aquí entonces.
-Gracias –musitó.
Le dio un beso en la mejilla y salió corriendo a su casa, sin notar como Billie la miraba sorprendido. El parecido era tal... No se parecería en nada a John, pero se parecía tanto a...
-No, no puede ser ella –murmuró-. Han pasado muchos años.
¿Y la hija?
Rió de sólo pensarlo. Jenny nunca habría tenido una hija con Al Sobrante. Era más que sabido que se odiaban, y mucho... Además, ella no quería hijos.
-Bueno, Billie, has de seguir observando... Tan complicado no es.
Sin decirse nada más a sí mismo, se fue a su departamento, que, extrañamente, quedaba sólo a un par de cuadras. Las coincidencias eran muchas... Demasiadas.
-O quizás, no son coincidencias –se susurró, ya en el pórtico de su edificio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario