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Prólogo

domingo, enero 02, 2011

Wake me up when September ends - Prólogo

(Aclaro que esto fue subido el 2012, respetando las fechas originales de los capítulos, más que nada por motivos del orden de las entradas en el tag WMUWSE)


-Sabía que se lo iba a tomar mal, pero nunca pensé que tan mal –comentaba Mike, acercándose al desmayado, para tomarle el pulso-. Bueno, al menos su pulso está normal.
         Sarah no logró reprimir un suspiro de alivio, el cual causó que Mike la mirara, curioso. Ella sonrió, levemente.
         -¿Qué habríamos hecho si se infartaba por saber que era tu novia? ¡Imagina lo que hubiera pasado si nos casáramos o algo! –se explicó.
         Mike también se sonrió.
         -Va a odiarme. Lo sé.
         -No puede odiarte. Si llega a odiar a alguien, va a ser a mí… ¡Y ni se te ocurra negarlo, a menos que tengas un muy buen argumento!
         Un par de segundos de silencio...
         -Te tiene más que idealizada. Por años ha creído que, de llegar a encontrarte, su vida será perfecta de nuevo, ya que finalmente estarán juntos. Así que, como tú eres la perfección con piernas –Sarah rió.- y yo soy el mejor amigo que está enamorado de ti desde que salías con él… -El hombre torció una mueca.- Yo me odiaría, en su lugar.
         Con una sonrisa un tanto más triste, la mujer se le acercó, para acuclillarse a su lado y tomarle la mano.
         -No has hecho nada mal. De verdad que no. Yo pude haberte dicho que no, que no quería nada contigo, o pude haber ido a buscarlo yo misma… Pero te preferí a ti. Así que no es tu culpa, ¿entendiste? En especial porque no deberías sentirte culpable por tu propia felicidad, ¿no?
         Mike acercó su rostro al de ella, para darle un corto beso.
         -Te amo –susurró.
         -Y yo te amo a ti.
         En un rápido movimiento, Mike se separó de ella y se incorporó, para ir a la cocina. Sarah pensó en seguirlo, pero, por algún motivo, decidió quedarse y, finalmente, dignarse a mirar bien al guitarrista.
         Habían pasado unos ocho años desde la última vez que lo vio, y, para su extrañeza, Billie no se veía igual, si no que más joven. Sí, podía notar una arruga en su frente, y varias más en los bordes de sus ojos, pero nada muy notorio… Y su pelo, totalmente negro, lo rejuvenecía un poco más. Tuvo que reprimir el impulso de acercar su mano a las mejillas del hombre y apretarlas, como también tuvo que reprimir el impulso de sacudirlo, para ver si abría los ojos de una vez, que eran lo que más anhelaba ver.
         Y justo cuando comenzaba a pensar que tenía a la persona más perfecta del mundo a su lado, recordó todo lo que había sufrido por él. Escapar de Ecuador era lo más difícil que había hecho en su vida, y encontrarse con que Él ya la había superado, y estaba con alguien más, fue lo más doloroso que había vivido. Y el dolor sólo siguió creciendo con el pasar de los años: Ver canciones de amor, que no eran compuestas para ella; verlo casándose, y siendo exitoso al fin… Verlo feliz, y sin ella…
         Pero nada de eso importaba ahora. Ella estaba con Mike, quien la amaba profundamente, se lo demostraba, y la hacía feliz, mientras que Él estaba con Adrienne, quien también lo hacía feliz. Ambos eran felices sin el otro, lo que sólo demostraba su teoría de que no hay un único amor en la vida, y que, de haberlo, Billie Joe no era el de ella. Amaba a Mike, y eso era lo que importaba.
         Aunque… Sabiendo todo eso y más… ¿Por qué, por qué aún quería que Él abriera los ojos de una vez, sólo para verlos brillar, una vez más?
         Fue entonces que el guitarrista empezó a removerse. Su respiración cambió de lenta a normal, y ella alcanzó a ver cómo los párpados se apretaban, dispuestos a abrirse en cualquier momento. Sin saber qué hacer, ella se paró y retrocedió un par de pasos, al mismo tiempo que Mike volvía de la cocina con un vaso de agua en su mano.
         -Tarde para eso –susurró Sarah, señalando a Billie, quien, finalmente, había abierto sus ojos. Y ella no pudo evitar sonreírse al verlos una vez más, aun si no la miraran a ella, aun si estuviesen opacos… Aun si nunca más brillarían al mirarla.


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