Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

sábado, septiembre 01, 2012

Good Riddance (Ridding of you) - Chapter 18: If I fell...



-¿Esto lo dejamos aquí o nos lo llevamos? –preguntaba Mike, con la cinta de la canción en sus manos, intentando distraer a Billie y a Amelia nuevamente.
Pese a que lo intentara, Billie no podía evitar acercarse a la chica. Saber que ella no se molestaba al tomarle la mano era algo que conseguía que se sintiera más atraído aún. Sacudió la cabeza, logrando despejarse.
-Llevémoslo, hagamos como que es nuestra “cinta oculta” –musitó el guitarrista, con una improvisada sonrisa y recibiendo la cinta que le tendía el bajista.
-En fin, ¿alguien quiere ir a comer algo? –inquirió Tré, percatándose de que tanto Amy como Billie empezaban a mirar la mano del otro de reojo- Estoy hambriento.
-Ok –accedieron los demás al unísono.
El trayecto en el ascensor se les hizo bastante corto con las bromas que lanzaban Mike y Tré cada dos segundos, consiguiendo distraer a los otros dos. El corto viaje en el auto de Mike (los otros dos se habían ido con él) fue un tanto más difícil para ellos, ya que Billie y Amy terminaron sentados juntos en el asiento trasero.
Yo en un extremo y tú en el otro pensó ella, al ver que iban a irse juntos.
De acuerdo pensó él, sentándose en el extremo que le tocaba, cuidando de poner su mano entre ambos, con la esperanza de que ella se acercara.
Llegaron a una cafetería a los pocos minutos. Estacionaron el auto junto a la acerca y bajaron del vehículo para entrar a la cafetería de una vez.
-¿Qué van a pedir? –preguntó la adolescente, mientras se adentraban en el local.
Tré se arrinconó de inmediato en la mesa. Mike se sentó frente a él. Sin otra opción, Billie se sentó al lado del bajista y la adolescente junto al baterista.

-Un pastel de algo con café –respondió Tré, tras asegurarse de que Billie estaba lo suficientemente concentrado en el menú como para no mirar a la chica cada dos segundos-. Bueno, eso pediré yo, no sé estos otros dos...
-Lo mismo –dijeron Billie y Mike al unísono, sacándole una sonrisa a Amy-. Y tú igual –añadió el guitarrista, señalándola.
-No, gracias, no hace falta –comenzó ella, rápidamente.
¿Cuándo aprenderás que puedo sentir cuánta hambre tienes? pensó él, con una pícara sonrisa, a la vez que llamaba a una camarera.
-¿Qué necesitan? –preguntó ella, amablemente, ocultando la extrañeza que le causaba el ver a tres sujetos con gafas en un día nublado y a una adolescente con ellos.
-Cuatro pasteles de... ¿Chocolate? –preguntó Tré. Los demás asintieron- Y cuatro cafés: Un moka-frapuccino de naranja, un latte, un expresso y un... ¿Qué tomas tú? –lo último iba dirigido a Amy, quien lo pensó un poco.
-Mokaccino –contestó.
Mientras esperaban sus órdenes, comenzaron a conversar de lo primero que se les ocurriera, consiguiendo que, al menos momentáneamente, Billie y Amelia olvidaran el extraño impulso que hacía que quisieran tomarse la mano eternamente.
-¿Chris Martin o Bono? –preguntaba Mike, al mismo tiempo que llegaba la camarera con las órdenes.
-Bono, Martin se irá del negocio de la música a los treinta y tres –masculló Tré, recibiendo su café.
-¿Tú, Amy?
-Bono, Chris perdería contra él en una pelea –respondió, tras pensárselo unos cuantos segundos. Los chicos rieron.
-Yo voto por Bono, porque me cae mejor –contestó Billie, con tono de obviedad.
-Te cae bien porque te invitó los tragos –musitó Mike, comenzando a comer su pastel-. De no ser por eso, votarías por Chris, que es más bonito.
Billie lo miró molesto.
-Perdóname, tan superficial no soy –masculló, cruzándose de brazos-. Y no me dejes como alcohólico, gracias.
-Lo lamento –se disculpó Mike, con un fingido tono de disculpas. Amy y Tré rieron-. En fin, no nos has contado, ¿por qué fuiste tú a dejar a Joey y a Jake a la escuela, siendo que estaban con Addie?
La adolescente volvió a atar cabos.
-¿Por eso estabas tan feliz anoche? –preguntó, extrañada. Billie asintió- ¿Qué pasó?
Él sonrió levemente.
-¿Se acuerdan que Joey me llamó porque Jake había visto a Addie besándose con Brad? –inquirió él.
-No –respondieron Mike y Tré al unísono.
-Yo sí –susurró ella, recordando, repentinamente, lo cerca que habían estado de besarse-. ¿Qué pasó después?
Piensa en otra cosa, piensa en otra cosa se repitió ella mentalmente, varias veces, agradeciendo que Billie no estuviese pendiente.
-Llegué allá, hablé con Jake y decidió que quería irse a vivir conmigo. Así que me los llevé y le dejé una nota a Adrienne –explicó, mirando a Amy directamente a los ojos-. Por eso los tuve que llevar yo a la escuela, por eso llegué tan temprano y por eso la niñera que Tré contrató tiene que ir a buscarlos a ellos también.
-¡Felicidades! –exclamó Tré, recordándole que él y Mike también estaban ahí.
-Gracias, supongo –farfulló Billie, molesto consigo mismo. ¿Acaso no podía controlarse ni un poco?-. Aunque igual me da un poco de pena Addie… Es decir, también son sus hijos y ahora la odian…
-Les tomará un tiempo perdonarla, pero lo harán –lo cortó Mike, antes de que continuara- y podrán mantener una vida medianamente normal en cuanto a sus padres se refiera.
-Espero que tengas razón, Michael –dijo Billie, llamándolo por el nombre de pila en tono burlesco, demostrando que estaba bien.
Tras eso, la conversación se volvió más relajada. Sin embargo, pese a todo el esfuerzo que hicieron para evitarlo, Billie y Amelia solían quedarse conversando solos, ya fuese mental o verbalmente.
-Creo que es hora de irnos –musitó Mike, mirando la hora en el reloj que había en la pared contigua a ellos.
-Sí, sus hijos ya se han aprovechado demasiado de mi hospitalidad –bromeó Tré-. ¡A Mike le toca conducir!
El bajista revoleó los ojos.
-Tré, querido, aún si no me tocara, prefiero conducir yo a que conduzcas después de haber comido algo de chocolate y tomado café –comentó Mike, poniéndose de pie-. Queda demasiado hiperactivo como para ir al volante –añadió, al ver la cara de extrañeza de la quinceañera.
-¡No es verdad! –exclamó Tré, molesto, cruzándose de brazos.
-Hey, no es algo malo, es bastante útil en autopistas –lo consoló Billie, pidiendo la cuenta a la camarera mediante gestos-. Claro que ahora estamos en la ciudad y andar a esa velocidad aquí es sinónimo a suicidio y arresto.
Amelia y Mike rieron, causando que Tré se molestara más.
-Sólo por eso, cantarás en el auto, ricitos de oro –masculló el baterista, molesto.
-¿Por qué ricitos de oro? –inquirió la adolescente, extrañada.
-Ricitos porque tiene rizos si no le hace nada a su pelo, y de oro porque… Porque a veces anda rubio –se explicó, tras pensarlo unos segundos.
-¿Y por qué tengo que cantar? –preguntó Billie, curioso.
-Porque mi radio se echó a perder y esta mierda que se hace llamar iPod es para una sola persona –explicó-. Y si llegas a decir porque le digo mierda a mi iPod, Mike, sigues tú.
El bajista suspiró, apenado.
-Era una buena historia –murmuró.
¿Qué le pasó? preguntó Amy, mentalmente, a la vez que Billie pagaba la cuenta. Él sonrió levemente.
Tuvo la fantástica idea de empujarme a la piscina en el verano. No sólo no pudo, sino que cayó él, con el aparato en su bolsillo. El cómo sigue funcionando es un misterio respondió él, por el mismo sistema. No te rías o me hará cantar otra canción.
Sólo por ser tú pensó ella, con una discreta sonrisa en su rostro.
-Ahora... a dejarte con ese ogro y a buscar a nuestros hijos –dijo Mike, como si fuese una gran misión, poniéndose las gafas, mientras caminaban al auto.
-Al menos mi madre llega mañana. No tendré que salir a escondidas, pero tendré que ir a Washington por unos días –murmuró ella, ya fuera de la cafetería.
Billie, quien caminaba a su lado, se detuvo en seco.
-¿Qué? ¿Por qué? –preguntó él, apenado.
Qué bueno soy disimulando ironizó en su mente. Se concentró en un punto cualquiera en el suelo para que ella no escuchase sus pensamientos.
-Los papeles de la residencia y la nacionalidad –masculló ella, molesta-. Eso y ver unos parientes de mi padre.
Billie hizo una mueca, tras lo que entró al auto al cual ya habían llegado. Amy suspiró y entró, sentándose al lado del guitarrista.
-Ya, Armstrong, te toca cantar –le recordó Tré, sacando un iPod de su bolsillo-. Pondré el aleatorio y cantarás lo que salga, ¿oíste?
El cantante maldijo.
-¿Y si no me la sé? –preguntó, con algo de esperanza. No quería cantar. Mejor dicho, no quería quedar en vergüenza frente a la adolescente.
-Probaré de nuevo –respondió Tré. Apretó el botón y le mostró la pantalla del aparato-. A menos que tengas lagunas mentales, te sabes esta, así que canta.
Billie suspiró, tras lo que se apoyó en el asiento y cerró los ojos, recordando la letra.
-Si me enamorara de ti, ¿prometerías serme fiel y ayudarme a entender? Porque he estado enamorado antes y aprendí que el amor es más que sólo tomarse de las manos –cantó él, en un bajo tono de voz, logrando que Amelia quedara inmediatamente hipnotizada por la voz del hombre y la canción que cantaba. Era tan... Era como si fuera su canción-. Si te diera mi corazón, debo estar seguro desde un comienzo que me amarás más que ella. Si confío en ti, por favor, no corras ni te escondas. Si te amo también, por favor, no hieras mi orgullo como ella. Porque no podría aguantar el dolor y yo estaría triste si nuestro nuevo amor fuera en vano...
Sin darse cuenta de lo que hacía, Billie había abierto sus ojos y había comenzado a acercarse a Amy lentamente, quien no podía apartar la mirada de sus ojos.
-Así que espero que veas que amaría amarte y que ella llore cuando vea que somos dos, porque no podría aguantar el dolor y yo estaría triste si nuestro nuevo amor fuera en vano...
Se calló. Los ojos de Amy eran un imán para él... Al igual que sus labios. Sin importarle cómo los miraban Mike y Tré por el espejo retrovisor, él comenzó a acercarse más a ella...
Cuando Mike se dio cuenta de que un camión estaba a punto de chocarlos, por lo que dio un rápido giro, haciendo que Billie cayera sobre ella, dejando sus rostros a una distancia mínima. Amy parecía estar a punto de acortar la distancia...
-¿Están bien? –les preguntó Mike, volteándose y sacándolos del trance.
Billie miró a la chica a los ojos por unos momentos antes de volver a su posición inicial y contestar:
-Sí, estamos bien –respondió.
-Sí... –confirmó Amelia.
-Mierda –murmuraba Tré, aún mirando fijamente al frente, tras lo que continuó con groserías en diversos idiomas.
Silencio.
¿Billie...? preguntó Amy, mentalmente, al mismo tiempo que Billie se preguntaba a que se debía la presión que sentía en su mano izquierda.
¿Sí? preguntó él, aún extrañado, dándose cuenta del disfrute inexplicable que sentía en ese instante.
¿Podrías apretar mi mano izquierda un poco más despacio? Gracias pensó ella, sonrosada.
Recién ahí Billie se percató de que estaba sujetando a la pelinegra desde que había caído sobre ella, explicando el porqué de la presión y la “vibración”. Nervioso, el guitarrista la soltó.
-¿Qué canción era? –preguntó ella, en un susurro, intentando romper la tensión que había en el vehículo.
-If I fell –murmuró él. Amelia lo miró, como pidiéndole más información. Billie la miró sorprendido-. Wow, realmente sólo conocías Across the universe. Es de los Beatles.
Ella asintió, comprendiendo.
Nadie habló nada más en el resto del camino que quedaba hasta el edificio de la adolescente.
-Adiós, gracias por todo chicos –musitó ella, al detenerse el auto.
Se despidió de Mike y Tré primero, con un beso en la mejilla, tras lo que se despidió de Billie. Contuvo el estremecimiento lo más posible y bajó.
Apenas dejaron el edificio una cuadra atrás, Tré se volteó.
-¿Qué mierda fue eso? –inquirió.
Billie retiró su mano del punto exacto de la mejilla en que ella lo había besado, sobresaltado.
-¿Qué mierda fue qué? –inquirió él a su vez.
Tré revoleó a los ojos.
-¡Estuviste a punto de besarla recién! ¡Y en el estudio lo habrías hecho de no ser porque nos dimos cuenta que la estabas tomando de la mano y fuimos! ¡Y en la cafetería se notaba que querías acercarte! ¡Y...!
-¿Qué pasó ayer antes de que Jake llamara? Porque ella se puso nerviosa y tú igual –interrumpió Mike, rescatando ese detalle.
Billie maldijo en su mente.
-Casi... Nosotros... –Suspiró.- Casi nos besamos.
Tré maldijo.
-¿Y por qué hoy día le tomaste la mano y se la besaste? Porque supongo que lo de ayer fue un impulso... –comenzó Mike.
-Quiero besarla –soltó Billie.
Mike frenó bruscamente, para voltearse, al mismo tiempo que Tré.
-Rebobinemos... ¿QUÉ? –exclamó el baterista.
Billie suspiró.
-Que quiero besarla –repitió-. Es que... ustedes no lo entienden...
-¿Qué no entendemos? –preguntó Mike, haciendo avanzar el vehículo.
El guitarrista volvió a suspirar.
-Cada vez que nos tocamos... Es... Sentimos una vibración demasiado fuerte y demasiado... Adictiva –susurró, cubriéndose el rostro con ambas manos-. Y eso es cuando nos rozamos, así que ayer nos vimos tentados a probar un beso y mi estúpido celular me interrumpió. Así que hoy día nos contentamos con tomarnos de la mano...
-... y besársela –concluyó Mike. Negó-. ¿Sabes que es ilegal?
Billie hizo una mueca.
-Desgraciadamente, sí –murmuró.
Silencio.
-Exactamente, ¿qué es lo que sientes por ella? –preguntó Tré, curioso.
El guitarrista negó.
-Creo que me atrae bastante. Nada más.
-¿Crees? Billie, cuando te pones a hablar con ella, nosotros desaparecemos para ti –masculló Mike-. Dios, tengo un amigo pedófilo.
-No exactamente –musitó él-. Lo mío no es algo “carnal”. No me atrae su cuerpo, me atraen ella y su forma de ser y…
-Aún así, sigue siendo ilegal –lo interrumpió Tré.
-Pues no debería –murmuró el guitarrista-. No debería serlo.
Silencio.
-¿Ella sabe que tienes intenciones de besarla un día de estos? –preguntó Mike, varios minutos después. Sonrojado, Billie asintió- ¿Qué opina al respecto?
Suspiró.
-Que no es lo correcto. Que no debería pasar. Que le gustaría ver qué se siente, pero que no puede ser –respondió, cabizbajo.
Al encontrarse tan cerca de la casa de Tré, no continuaron ahondando en el tema, dándole tiempo a Billie para pensar.
En el último par de días la relación con Amy estaba volviéndose demasiado complicada. Quería besarla, le encantaba tomarle la mano… ¿Por qué sentía todas esas cosas? ¿Era el “trozo de alma que compartían” o realmente estaba sintiendo cosas por ella? ¿Acaso estaba empezando a enamorarse?
¿Enamorarme, yo? Imposible intentó convencerse.
Pero cuando cantó If I fell… Sentía que la canción describía todo lo que sentía en ese instante.
No puede ocurrir, es ilegal.
¿Cuándo eso había sido un verdadero impedimento para él? Había ido preso por exponerse mucho y seguía haciéndolo. Había ido detenido por conducir borracho y seguía emborrachándose. Las drogas eran ilegales y las consumía igualmente en momentos de crisis. ¿Cuándo había sido algo ilegal un verdadero impedimento para él?
Mike detuvo el auto y apagó el motor, haciendo que el guitarrista se percatara que ya estaban en el interior de la residencia del baterista. Aún algo confuso por todos sus pensamientos, entró a buscar a sus hijos.

Al mismo tiempo, Amelia entraba a su departamento, entre pensativa y aturdida.
Quiere besarme… Billie Joe quiere besarme…
Era el único pensamiento que le cabía en la cabeza. ¿En qué clase de universo paralelo estaba? Primero conocía al guitarrista, luego se hacían amigos, tras lo que descubrían que compartían sus emociones…
-Esto no tiene sentido –susurró para sí misma.
Y lo peor de todo, era que lo único que ella quería era besarlo de vuelta. Le bastaba con besarlo una única vez, podría descansar en paz… Pero si alguien llegaba a enterarse de ello…
Negó. Sin más se dirigió a su habitación, preguntándose si su madre tendría el disco de The Beatles que tenía la canción, para así poder imaginar que el guitarrista se la cantaba nuevamente, intentando disipar la última pregunta de su mente: ¿Estaba enamorándose de él?

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