Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

lunes, mayo 21, 2012

Hold on - Capítulo 28: Rob.



-¿Green Day?
Este hombre no podía estar más fuera de lugar. De verdad. Andaba de traje. De traje en el Gilman. Y no como Mike, que solía usar un traje amarillo fosforescente, no, un traje de verdad. Tuve que contener la risa, y sabía que Mike estaba en una situación similar. Tré, sin embargo…
-¡¿VENDEN EL MISMO TRAJE EN MORADO?!
Como cualquiera que no estuviera acostumbrado al agudo y fuerte tono de voz de Tré, el hombre pegó un buen salto.
-No, no lo creo. En fin, ¿son Green Day o no?
Asentimos, Tré más fervientemente que Mike y yo
-¿Quién nos busca?
-Soy Thomas, de Epic Records. Estamos interesados en ustedes, ¿les gustaría que les leyera nuestras propuestas?
Ok, como grupo, habíamos llegado a un simple acuerdo: Escucharíamos todas las propuestas que nos dieran, sin excepción. Pero este tipo…. Dios, ¿íbamos a considerar poner nuestras vidas en sus manos? No obstante, Mike asintió, por lo que me vi obligado a imitarlo, junto a Tré.
-Voy por bebidas. ¿Coca-Cola? –murmuré.
El hombre asintió y yo me fui a la barra, prácticamente corriendo. No podía estar ahí, no podía. Este tipo era más falso que todos los falsos que había conocido en mi vida… Y eso incluía a mi escuela. A menos que nos ofreciera, además de treinta millones de dólares a cada miembro de nuestras familias, paz mundial y grabar con Paul McCartney, algún Ramone y Paul Westerberg, no pensaba firmar.
-Cuatro coca-colas –pedí, ya en la barra.
-¿Tienen compañía? –me preguntó. Nos conocía, claro está.
-Algo así –murmuré, torciendo una mueca. Rió.- Trae un vaso también.
Volvió a reír. Sólo suspiré. A mi lado, alguien también reía, levemente. Me volteé.

-¿Qué es lo chistoso? –pregunté.
Se sonrió.
-¿Con quién estás que necesitas un vaso? –No pude evitar sonreír.- ¿Conoces a Green Day?
Me señalé.
-Guitarrista y vocalista –murmuré.
Asintió.
-¿Está el resto del grupo aún aquí? –Asentí.- ¿Puedo hablar con ustedes?
Alcé las cejas.
-¿Eres de una disquera? –Se sonrió.- ¿Epitaph? Si nos vamos de The Lookouts, no nos iremos a otra indie, ¿sabes?
Rió.
-¿Epitaph? ¿Yo? No, soy de Reprise. Me llamo Rob Cavallo, puedes decirme Rob.
Estrechamos manos.
-¿Reprise? –pregunté, recibiendo las botellas.
-Sucursal de Warner –se explicó-. Bien, ¿te interesa?
Tomó el vaso para ayudarme. Sonreí.
-Si logras que este tipo se vaya, te acompañamos a conocer el lugar si quieres –murmuré, con una pequeña sonrisa.
-Lo tendré en cuenta.
Tomó su botella de Canada Dry y me siguió a la mesa en la que Mike se cubría el rostro con ambas manos, Tré contaba una historia entusiasmadamente y Thomas lo miraba sorprendido, e, incluso, asustado.
-Entonces el doctor me dijo… “Frank, lo sentimos, no pudimos salvar tu testículo”. ¡Aún lo tengo guardado en mi pieza! –Recibió la botella que le pasé.- ¿Respondí con eso su pregunta?
Mike suspiró.
-Por última vez, Tré, ¡TE PREGUNTÓ QUÉ BATERÍA USAS!
Thomas recibió su botella, pero, al parecer, había quedado demasiado asqueado ante la idea de un testículo en un frasco (he de admitir que cuando lo encontré por accidente en la pieza de Tré, casi vomité), por lo que, tras darle un sorbo, la dejó ahí.
-¡Ah, verdad! Bueno, camino chueco desde entonces, así que mis baterías igual deben estar chuecas. Aunque las he ido enderezando de a poco. De aquí a diez años, ¡debería poder usarlas bien!
Mike sólo atinó a darse una fuerte palmada en la frente, que ya estaba enrojecida, por lo que asumí que ya se había golpeado su buen par de veces. Rob y yo tomamos asiento.
-Él es Rob Cavallo –lo presenté. Decidí no decir que era de una disquera frente a Thomas-. Rob, ellos son Mike y Tré… Y el que parece estar a punto de vomitar es Thomas.
Rob le dio un estrechón de mano a cada uno, menos a Thomas, quien, simplemente, se paró.
-Necesito un baño…
Mike suspiró.
-Al fin se fue…
-Gracias a mi testículo –dijo Tré, en un tono bastante orgulloso de voz. Mike volvió a golpearse.
-¿La historia es real? –preguntó Rob, extrañado.
Asentí.
-Así lo conocimos, llevándolo al hospital… En fin… Chicos, él es de Reprise, una sucursal de Warner.
Lo miraron, extrañados.
-¿Warner? ¿Tú, de Warner?
Rob rió.
-¿Conocen a The Muffs?
Asentimos. Habíamos escuchado el disco hacía poco.
-¿Qué hay con ellos? –Se sonrió.- ¿Tú los produjiste?
-Así es. Warner los echó de inmediato, pero…
-¡Pero el disco fue genial! –gritó Tré, dando un salto.
Mike y yo asentimos, más calmados que Tré, como de costumbre. Rob sonrió.
-Gracias. En fin, vine porque los jefes me pasaron una cinta de demos suyos y… Dios mío, ustedes son geniales. De verdad. Me encantaría trabajar con ustedes… ¿Cómo se les ocurrió esa línea de bajo para Longview?
Tré y yo reímos.
-Mike estaba drogado… Al día siguiente no podía recordar cómo era –me expliqué-. Fue una entretenidísima tarde viéndolo rebanarse los sesos para acordarse de la línea.
-Por primera vez, ¡no fue mi culpa! –exclamó Tré, saltando.
Mike suspiró, quitándole la coca-cola.
-No más cafeína para ti.
-Pero la cafeína me calma…
-No en coca-cola.
Reí. Rob igual. Realmente se llevaba bien con nosotros. No tardamos en comenzar a conversar de música, de cómo él mezclaría los audios para que nuestras canciones sonaran mejor, algunas sugerencias, y luego pasamos a conversar de nuestras vidas. Conversamos hasta que el Gilman iba a cerrar.
-Me deben una visita a los estudios –me dijo, cuando nos estrechábamos manos a la salida.
-Técnicamente, tú no echaste a Thomas. –Sonreí.- Tenemos que hablarlo. Nos pareces genial, pero… Bueno, es una gran decisión, tenemos que pensarlo.
Asintiendo, sacó una tarjeta del bolsillo de su pantalón, y me la pasó.
-Llámenme cuando se decidan.
Tras despedirse de Mike y Tré, Rob se fue, y nosotros iniciamos la caminata hacia nuestro hogar.
-Rob es genial –murmuró Mike, un par de cuadras después.
-Sí… -concordó Tré, bostezando- Mike, ¿puedo tomar coca-cola ahora?
-No, llegas, te lavas los dientes y a la cama –contestó Mike. Suspiró-. ¿Cuándo me convertí en tu padre?
-En realidad, suenas más como mi madre –farfulló Tré, bostezando de nuevo. Con una sonrisa, lo tomé por debajo del brazo-. ¿Creen que lo correcto sea firmar?
Mike y yo intercambiamos una mirada, que, decía, claramente:
-No lo sabemos, Tré –admití-. Mejor vayamos a la casa y dejémoslo así por hoy.
-Sí, hay que consultarlo con la almohada –añadió Mike, al tiempo que revisaba su reloj. Sí, él usaba un reloj-. Billie, son las once recién, hay posibilidades de que esté despierta.
Lo miré, sin comprender.
-¿De qué hablas? –pregunté, al tiempo que contaba las monedas de veinticinco centavos de mi bolsillo.
Sonrió.
-Yo consulto con la almohada… Tú quieres hablar con Addie.
También sonreí.
-Allá es pasado medianoche.
-¿Y? Vale la pena.
Mike tomó a Tré, y yo lo solté.
-Gracias.
Y corrí a la cabina telefónica que había un par de cuadras más allá, para encontrarme, varios minutos después, teniendo la siguiente conversación:
-Es genial, Addie, de verdad. Nos entiende, es un músico real, tiene una familia…
-¿Y no se traumó con Tré?
Reí, dando un leve salto en la cabina.
-Al contrario, ¡lo encuentra genial también! Es… Es….
-¿Perfecto?
-¡Sí! Es justo lo que buscamos.
-¿Así que firmarán?
Mi sonrisa se desvaneció, al igual que la alegre energía de mi voz.
-No lo sé. A The Muffs no les fue tan bien después de firmar. Si no vendemos más de cien mil copias, esto será más que un fiasco total –murmuré-. Y… No sé, imagina que nos va bien… ¡Todo el mundo sabrá del Gilman y la escena! ¡Igual que lo que pasa ahora en Seattle! Y agregarle eso que nunca volveremos a entrar al Gilman…
-¿Y? ¡El mundo merece saber que el punk aún existe, que hay una escena genial allá en la bahía, y si los del Gilman no pueden entenderlo…! –Reí.- ¿Qué?
-Nada… Sólo que me encanta que te informes tanto de mi vida.
Silencio.
-¿Billie? –Emití alguna afirmación.- El hecho de que él tenga una familia… ¿Influyó mucho en tu opinión de que es perfecto?
Volví a sonreírme.
-Quizás. Quiero verte.
Dije eso de golpe, y tuve que contenerme de regañarme. No quería decir eso. No quería ni debía decir…
-Yo a ti.
Bueno, decirlo había sido un buen error Freudiano, como solía decir Jesus.
Creo que no les he mencionado esto: Con Addie volvíamos hablar a lo menos una vez por semana… Pero no habíamos retomado la relación, ya que ninguno de los dos quería tocar el tema. Y yo sabía que no sería llegar, abrazarla y besarla, no, si no que tendría que conquistarla de nuevo.
-Apenas tengamos una gira…
-Te estaré esperando –me cortó. Supe que, al igual que yo, sonreía-. Firmen con Rob.
Ahora sonaba seria. Asentí.
-Gracias.
Nos despedimos y colgamos, tras lo que inicié la caminata a la okupa…
Donde me encontré a Mike besuqueándose con alguien. No me habían visto, así que decidí entrar sigilosamente, para ver la cara de quien fuera la mujer… Claro que no tenía en cuenta que, apenas la viera, la emoción sería mucho para contenerme de gritar:
-¡¿ANASTASIA?! –Mike y ella se separaron de inmediato, sonrojadísimos mas sonrientes.- Ya era hora, ¿no? ¿Por eso me mandaste a hablar por teléfono con Addie?
-Oh, cállate, también es tu hora de dormir –me regañó Mike.
Riendo, me fui a la cama.

En fin, pasamos tanto el día siguiente como el siguiente a ese preguntándonos si debíamos firmar o no. Y, para comienzos de abril, nos encontrábamos los tres en una oficina de Reprise. Habíamos llamado a Rob hacía un par de días, y ahora estábamos junto a él y dos ejecutivos más.
-Está todo aclarado aquí –nos decía el que se veía mayor de los ejecutivos, pasándome el contrato para que lo firmara-. No hay nada que no les haya dicho Rob, esto simplemente está en un lenguaje más formal y para que podamos pasarles el cheque de adelanto.
Lo tomé y lo miré, atentamente. Un lado de mí quería firmarlo de inmediato, sin pensar, mientras que otro lado sólo pensaba en romperlo y salir corriendo. ¿Qué estaba haciendo? ¿Dejaba todo atrás, sólo para ganar un poco de dinero con mi música?
No seas tonto, Billie Joe. Este poco de dinero es el que te permitirá formar una familia y demás con Addie.
¿Acaso eso era lo que quería? Parecía que sí. Enfoqué mi mirada… No, no iba a ser capaz de leer esto. Tomé el lápiz y escribí, justo debajo del contrato, “¿alguien leyó esto?”, y, tras respirar profundamente, firmé en mi espacio asignado, para luego pasarle el lápiz y el papel a Tré. Él, simplemente, rió ante mi comentario y firmó, para entregarle el papel a Mike, quien fue el que se tomó más tiempo. Al fin al cabo, él era la razón del grupo, ¿no? Lo que él decidiera estaba bien, ¿no?
-Sí, Billie, yo leí algo –comentó, con una sonrisa.
Firmó y le pasó los papeles al mismo ejecutivo, tras lo que estrechamos manos con ellos y Rob. Y fue desde ese momento que Green Day pasó a formar parte de Reprise, una sucursal más de Warner Music.

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