Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

domingo, abril 22, 2012

Hold on - Capítulo 12: Cierre.


-Michael Ryan Pritchard –llamó el director.
Mi amigo se paró, se acomodó el ridículo sombrero de licenciatura que tenía puesto y avanzó hasta el escenario, donde estaba el director y nuestra profesora jefe entregando los diplomas. Lo aceptó y se paró junto al resto de nuestros compañeros. Pensar que, de no haber sido expulsado, yo habría sido el primero en ser llamado por el director... Esto me deprimió, y el hecho de que Fran me tomara la mano en ese instante, pocos segundos antes de ser nombrada, no me ayudó.
-Francisca Olivia.
Al instante, me soltó, se paró y se dirigió hacia el escenario.
-¿Qué se siente? –me preguntó Tré, desde el asiento de adelante, volteándose.
-¿Ver a todos mis amigos y compañeros graduándose y yo no? –Tré asintió.- Terrible, estoy considerando seriamente irme.
Tré rió.
-Mira lo bueno del asunto: ¡Mañana Mike, John, ese Sean, El-Que-No-Sé-Cómo-Se-Llama y tú se van de gira! –exclamó. Alguien chitó, causando que mi amigo se volviera su asiento y se quedara callado, mientras yo me sonreía y le susurraba.
-Sí, eso es bueno…

Intenté pensar en lo bueno de la gira y dejar de lado lo malo… Siendo lo malo que no tenía idea qué iba a pasar con Fran. No podía prometerle que no iba a pasar nada por esos lados, y no podía pedirle que me esperara. Además, cuando volviera, el verano estaría terminando y faltaría muy poco para que ella (junto a todos los demás) se fueran a la universidad, y era más que obvio que esta relación no sobreviviría esto. Pero no quería ser yo el que le dijera que debíamos terminar. Realmente, era una gallina.
Tardé un rato en percatarme que Sharon, la encargada de dar el discurso de despedida, había hablado por varios minutos. Traté de seguir el hilo del discurso, pero lo único que logré retener fue que esta tipa era una falsa de mierda. En su vida había tenido una conversación con los freaks que éramos yo y mis amigos, pero llevaba horas hablando de lo mucho que nos iba a extrañar y de lo importantes que todos habíamos sido para ella. Falsa de mierda.
Entonces, el director exclamó….
-¡Felicidades clase de 1990!
… y me devolvió a la realidad, en la que todos tiraban los ridículos sombreros al aire, mientras que la típica música de graduación sonaba desde algún parlante.
Rápidamente, todos los padres que habían ido se acercaban a abrazar a sus hijos y felicitarlos, y demás… A dónde mirara, había gente llorando… Con Tré decidimos que lo mejor era irnos de ahí a esperar que toda la emoción terminara de una vez.
-Esto se siente peor que “mi” graduación –comentó Tré, tirando una piedra-. Apenas sí hablaba con la gente de allá, acá es terrible.
Me sonreí, levemente.
-Mi madre estará deprimida en el trabajo; lleva semanas oyendo a todos los padres comentando los planes de graduación de sus hijos en la cafetería… Y lo único que ella tiene es un tarado que prefiere recorrer el país en una camioneta para tocar mierda, sin dinero, comida, ni hospedaje…
Tré me miró.
-Mierda que me das envidia –comentó, con una sonrisa en su rostro-. Larry está considerando seriamente acabar con The Lookouts! La disquera requiere de mucho tiempo y con Kain en la universidad… Ninguna posibilidad de gira.
Hice una mueca.
-Mira, en cuanto John muera arrollado por la camioneta cuando yo conduzca, te llamamos para que lo reemplaces –le aseguré, causando que Tré riera.
-Me parece.
Nos quedamos mirando a todos con sus padres por un buen rato, hasta que vimos a Mike emerger de dónde fuera que estaba. En una de sus mejillas, había un par de labios marcado con lápiz labial rojo. A lo lejos, distinguimos a su madre, quien llevaba el mismo color en sus labios y se iba del lugar; por lo que sabíamos, había escapado del miserable trabajo que tenía por un par de horas para poder presenciar la licenciatura de su hijo.
-¿Y? ¿Qué se siente? –le pregunté a Mike, con una sonrisa un tanto forzada.
Se encogió de hombros.
-Aburrido. ¿Nadie tiene alcohol?
Tré y yo negamos.
-Ya no hay nadie que le coquetee a la tipa de la licorería –musitó mi amigo.
Por enésima vez, sentí una fuerte punzada de tristeza por la partida de los gemelos. La historia oficial era que Jimmy y Jesus, aburridos de la mierda de pueblo, se habían ido a New York, a probar suerte con la nada misma de dinero que Jimmy había ganado trabajando en el correo y lo que Jesus había ganado traficando lo de su hermano y repartiendo pizzas, trabajo que Mike había tomado tiempo atrás para juntar algo de dinero para la gira… Así que yo era el único que sabía que Jesus se había ido para escapar de sus sentimientos y Jimmy sólo lo había seguido, con la intención de evitar que su hermano hiciera alguna idiotez.
-Maldición… -musitó Mike, devolviéndome a la realidad- Entonces tendremos que esperar a la despedida de la noche, ¿no?
Tré asintió. Yo quería hacerlo, pero me vi interrumpido por un abrazo de Fran, quien, finalmente, había escapado de los brazos de su madre.
-Felicidades –le dije, en el tono más honesto que pude encontrar.
-Gracias –musitó ella.
Tras asegurarme que su padre no estuviera muy cerca, le di un corto beso.
-¿Qué harás hoy? –le pregunté.
Torció una mueca.
-Pasarlo con mis padres y los millones de familiares que vinieron a celebrar –se explicó-. ¿Tú?
Me encogí de hombros.
-Terminar de empacar… Y pasar un rato con mi tío antes de la despedida que organiza Tré, no hemos tenido ninguna conversación decente desde que llegó el otro día –respondí, pensativo; odiaba que me preguntaran qué haría en el día, ya que me obligaban a planear algo en el momento. ¿Contradictorio, yo? Obviamente.
En fin, unos quince minutos después, me encontré a mí mismo revisando lo que planeaba llevar en la gira: Dos pantalones en la mochila, más los que tuviese puestos, mucha ropa interior y cuatro poleras más la que tuviera puesta. Metí una toalla como pude y estaba preguntándome cómo podía meter mi cuaderno de un modo en el que no me costara sacarlo, pero que no fuese fácil de leer para alguien más, cuando la puerta de mi habitación se abrió, dándole paso a Stonewall.
-¿Te vas mañana? –preguntó, al tiempo que yo forcejeaba para meter el cuaderno en el interior de la mochila.
-Yep –musité, dándole el golpe final-. Vuelvo en agosto.
-¿Pasarás por Oklahoma?
Me encogí de hombros.
-No tengo idea. Es probable. De ser así, te aviso.
-Me parece… Cambiando el tema, supe que tienes novia.
Hice una mueca.
-Algo así –murmuré-. Tengo que terminarlo, pero no me da.
Mi tío alzó una ceja.
-¿Así que no has vuelto a estar con ningún tipo desde Jesus?
Negué.
-Después de Jesus, estuve con Sarah, y después Sarah se fue… Y ahora estoy con Fran… Aunque… -Volví a negar.- Jesus me besó el otro día, y sentí más cosas con él que lo que siento con Fran. ¿Qué quiere decir?
Stonewall se sonrió.
-Quiere decir que por Jesus sentiste más cosas que las que sientes por ella...
Justo en ese instante, el teléfono comenzó a sonar. Tras soltar una suave maldición, dejé la mochila sobre la cama y corrí hacia la habitación de mi madre, que era el lugar más cercano con un teléfono, y contesté.
-¿Aló?
-¿Billie?
-Sí, ¿quién habla?
-Soy yo, Fran… Escucha, tengo que decirte algo.
Alcé una ceja, extrañado.
-¿Qué ocurre?
Suspiró.
-No podré ir a la despedida esta noche, así que no podremos hablar ahí –se explicó-. Así que te lo diré por teléfono, por muy mal que quede…
Se quedó en silencio, como si no quisiese hablar. Mi turno de suspirar.
-¿Qué pasó? –le pregunté, empezando a preocuparme. ¿Le habría pasado algo?
-Creo que… Que lo mejor que podemos hacer es… -Suspiró.- Creo que debemos terminar, al menos por mientras que tú estés de gira, no sé.
Me sonreí, e, intentando no sonar muy entusiasmado ni relajado, dije:
-Ah, eso. Bueno, estoy de acuerdo contigo. Un gusto haber estado contigo.
-Igualmente.
Y me cortó.
-¡Ahora soy soltero! –le grité a mi tío, mientras salía de la habitación, para encontrármelo en el pasillo- Y terminé de empacar, así que iré donde Tré a la despedida.
-¿A qué hora se van mañana?
Hice memoria.
-A mediodía. Estaré de vuelta para entonces, para despedirme de todos –me expliqué-. En fin, adiós.
-Adiós, yo le aviso a tu madre.
Sin más, bajé al primer piso y me dirigí al garaje, donde me encontré con todo extremadamente ordenado y en cajas. Miré a Mike, quien se hallaba de espaldas, extrañado.
-¿Te vas a algún lado? –le pregunté, sobresaltándolo- O sea, aparte de la gira.
Se volteó, cabizbajo.
-De hecho, sí. Planeaba hacerlo hace tiempo, pero con la ida de Sarah… -Negó.- ¿No te molesta?
Descarté esto con mi mano.
-Está bien que te vayas por tu cuenta. De hecho, yo estaba pensando hacerlo igual –mentí. Ok, en parte era verdad, pero nunca lo había considerado seriamente-. ¿Has visto lugares ya?
Negó.
-Haré eso cuando vuelva. Sólo dejé todo listo –respondió-. En fin, ¿vamos?
Era más que obvio que se sentía incómodo, así que no seguí hablando del tema y me limité a contestar:
-Vamos.
Varias cuadras más allá, nos encontramos con Lau e Iris, quienes, obviamente, iban a nuestra despedida. Nos fuimos con ellas, consiguiendo, finalmente, relajar el ambiente.
Para cuando llegamos, Tré ya tenía el patio lleno de gente. Todos conocidos, obviamente, aunque no todos cercanos. De inmediato, nos dirigimos a saludar a Larry, Tim y John, quienes conversaban junto a la mesa en la que estaban todos los tragos.
La pasé bastante bien. De verdad. Pero he de admitir que, cuando la gente comenzaba a irse, una triste realidad cayó sobre mí: Era, probablemente, la última vez que vería a muchas de esas personas. O, al menos, la última vez que las vería así. Varios se irían de la ciudad a estudiar antes que yo volviera, para prepararse bien, muchos comenzarían nuevas vidas, lejos de casa… Muchos harían nuevos amigos, muchos perderían el contacto para siempre. Y no importaba cuantas veces nos hubiéramos jurado el volver a vernos, sabía que, a veces, el destino no jugaba a nuestro favor. Sarah era la prueba más concreta que había de ello.
Y con eso me percaté que la gira no era una aventura más: Era un cierre. El cierre oficial de la secundaria, el cierre de muchas amistades… El cierre de mi adolescencia y el inicio de mi adultez.

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