Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

domingo, junio 19, 2011

Dearly Beloved - Capítulo 8: Conozco a tus ídolos.

El lunes tuve que volver a la asquerosa rutina del trabajo. No tenía ningún caso en el que trabajar, por lo que me pasé el día haciendo técnicamente nada. El martes esto se repitió. Yo quería trabajar, quería ocupar mi mente para dejar de pensar en Mike. Sí, no podía sacármelo de la cabeza, debía admitirlo. Toda mi vida estaré arrepentida de haber accedido a bajar esa oscura noche.
            El miércoles mi hermana me pidió que por favor cuidase a Samanta, cosa a la que no me rehusé en lo más mínimo. Apenas saliera del trabajo, a las siete, tendría que ir a casa de mi hermana, donde me quedaría a dormir. Estaba más que acostumbrada, ella y su esposo solían salir juntos a comidas o cosas así. Esposo... Steven...
            Me contuve nuevamente de golpear mi escritorio. El día continuó sin nada interesante y a las siete un cuarto llegué a casa de mi hermana, en autobús. Conseguí escabullirme antes de la hora.
-¡Tía Denisse! -me gritó Sam, en cuanto me vio.
-Hola, Sam -la saludé con un abrazo. Mi hermana llegó con su esposo-. Hola Katrina... Kevin...
-Hola, Denisse -me dijeron al unísono-.
            Diez minutos después se fueron, tras dejarme cientos de indicaciones que yo ya sabía de memoria. Comenzamos a jugar cartas, nuestro pasatiempo, mientras conversábamos tranquilamente.
-Me preguntó si Green Day tocaría en mi cumpleaños... -dijo ella. La miré fijamente-. ¿Qué?
-¿Green Day? -le pregunté. Ella me miró desesperada.
-Tía, son mi banda favorita, ¿recuerdas? -me dijo, con tono de obviedad.

-A decir verdad... no... -me miró enojada. No me importó mucho, tenía preguntas que hacerle-. ¿Cuánto sabes de ellos?
            Me miró con curiosidad.
-¿Por qué tan interesada en el tema de pronto? -me preguntó Samanta, suspicazmente.
-Porque...
            No era capaz. Le podía mentir a todo el mundo, a mi hermana, a mis padres, a Billie, a todos menos a Sam. No podía mirarla a los ojos y decirle una mentira tan descarada como esa. Suspiré.
-Porque yo... Sam, tú sabes que crecí aquí, ¿cierto? -le pregunté. Asintió-. Bueno... yo... yo los conocía.
            Ella miró con los ojos muy abiertos, sorprendida.
-Conocía a Billie Joe y a Mike Dirnt... pero perdí el contacto hace años, cuando tenía diecisiete y me fui de Oakland -dije yo-. Me encontré con Billie el sábado y el domingo me invitó a su casa. Recién ahí supe que ellos eran Green Day, antes eran...
-Sweet Children -dijo ella-. Y tía Denisse... ¿Por qué te fuiste?
-Yo... es una larga historia. Quizás te la cuente algún día... -dije yo, un tanto inexpresiva, pensando.
            Samanta no insistió, sabía que no había forma alguna de hacer que yo hablara respecto al tema. Sin embargo, no logró contener una sola de las miles de preguntas que debía haber en su mente.
-¿Estuviste con ellos en el primer concierto de Sweet Children? -me preguntó.
            Sonreí y asentí.

Marzo - 1988
-Feliz aniversario -me dijo Mike, un lunes de marzo, dándome un beso.
-Gracias -le dije al separarnos, con una sonrisa.
            Llevábamos exactamente un mes de novios y nadie nos había pillado hasta el momento. Realmente sentía algo muy fuerte por él. Aún así, nos sentíamos incapaces de contarle todo a Billie.
-¿Podrías salir el viernes por la noche? -me preguntó un rato después-. Conseguimos tocar en el local donde trabaja la madre de Billie
-Por supuesto -le dije, con una sonrisa.
            Finalmente, habían cumplido su sueño: Hacer una banda. Sólo tenían una canción y, cuando leí la letra por primera vez, no podía creer que Billie la hubiese hecho, era demasiado bella. Hacía días que querían un lugar donde tocar y lo habían conseguido.
            Por desgracia, esto significaba que tendrían que ensayar más de lo usual, por lo que yo me veía obligada a pasar el día con Catherine, quien, pese a ser mi mejor amiga mujer, no se comparaba con una tarde junto a Mike.
            Sin embargo, Billie y Mike se esforzaban para que yo pudiese estar en sus ensayos. Lo único que se los impedía eran mis padres con sus estrictos horarios.
            El viernes llegó y los chicos no podían estar más nerviosos. Iban a tocar terceros... y penúltimos. Esperaban que los otros grupos no fuesen tan malos, para que el público no se fuera. Yo me senté en el público, junto a Catherine, quien acababa de llegar. Claro que antes le di a Mike un beso, sin que nadie se diese cuenta.
            Tocó el primer grupo. No eran muy buenos. Varias personas comentaron en voz baja y unos cuantos, bastante pocos, se fueron. Rogué por que no les pasase eso. Después de todo, malos no eran. Pasó el segundo grupo. La guitarra apestaba, al igual que la voz. No había bajo, sólo otra guitarra. Lo único que despertó mi atención, fue la batería. Terminó el grupo y bajaron del improvisado escenario. Ahí me di cuenta que el baterista era John. Apagados aplausos y otro reducido grupo de personas se fue. Catherine y yo mirábamos impacientes: Les tocaba a ellos.
            Billie subió con su guitarra, Blue, seguido por Mike, que iba con su bajo colgado. Billie tomó el micrófono.
-Hola, somos Sweet Children y tocaremos un par de covers y una canción nuestra -dijo él, nervioso.
            Ollie Armstrong le dirigió una extrañada mirada. Al parecer, según lo que Mike me había dicho, ella no tenía idea respecto a esa canción. De hecho, se suponía que ni siquiera iba a estar trabajando ese viernes, pero la llamaron a cubrir un turno.
            Tocaron un par de covers. Eran asombrosos. Tocaban de maravillas. Hasta el momento, eran quienes habían recibido más aplausos. Luego, llegó la hora de tocar la canción de Billie Joe, “Why do you want him?” Causó sensación. No hubo ningún alma que no aplaudió en ese lugar. La canción tenía verdadera emoción y la tocaron con mayor fuerza e intensidad que nunca. Me vi a mí misma aplaudiendo junto a Catherine. Terminaron y salieron del escenario, emocionadísimos. Se dirigieron a la parte trasera de la cafetería y los seguí. Mi amiga se quedó donde estaba, mientras un grupo llamado “The Lookouts!” subía al escenario.
-¡Tocaron de maravillas! -les dije, dándole un abrazo a Billie Joe.
-Gracias -dijo él, sonriendo, recuperando un poco del perdido color.
            Le di un abrazo a Mike, que salió un poco más... ¿Cómo decirlo? Cálido. Provenía directamente de mi corazón.
            Ollie apareció por la puerta principal. Mike y yo intercambiamos una mirada.
-Mejor te dejamos... -le susurró Mike a Billie, quien sólo asintió.
            Salimos por la puerta trasera del local hacia un parque bajo la bóveda de estrellas que se cernía sobre nosotros. Nos sentamos bajo el árbol de siempre, a charlar.
-¿En serio lo hicimos bien? -me preguntó él, aún emocionado por todas las emociones de la noche.
-¿Qué si lo hicieron bien? ¡Tocaron mejor que todos! -dije, casi gritando-. ¡Viste como aplaudían! Y si no te hubieses drogado antes...
-No empieces...
-Mike...
            Siempre ocurría esto. Yo convenciéndolo a él y a Billie Joe de que dejasen la marihuana. No era posible por el momento. Tenía que admitir que tocaban mejor drogados, pero no. Algún día tendrían una familia, lo sabía, y no podían estar drogándose cada vez que tuvieran una presentación.
            Lentamente, como pidiendo disculpas, Mike se me acercó y me besó, de un modo que nunca había hecho. Me quitó el aliento completamente y no se detuvo hasta unos cinco minutos después. Lo miré sorprendida.
-Perdóname -me dijo, con sus azules ojos brillando.
-Sabes perfectamente que no puedo enojarme contigo -dije, sonriendo. Mis ojos verdes debían estar tan o más brillantes que los suyos.
            Nos pusimos de pie, luego de otro de sus larguísimos e intensos besos. Dios, que bien besaba. Nos encaminamos nuevamente a la cafetería. Esta vez, entramos por la puerta principal, donde Mike fue llovido a elogios. Nos sentamos en una esquina, al lado de Billie y Catherine.


-Al fin, ¿dónde andaban? -nos preguntó a mí y a Denisse, sospechosamente.
-Por ahí, esperando a que tú y tu madre terminaran -dije yo, encogiéndome de hombros. Nuevamente tenía la duda de si Billie sabía lo que ocurría o no. Denisse me miraba, comprendiendo lo que sentía.
-En todo caso Mike, tengo algo que recordarte -me murmuró Billie. Yo asentí nervioso-. ¿Recuerdas que dijiste que tú conseguirías algún baterista?
            Sabía lo que insinuaba mi amigo, pero quería asegurarme de que fuese él.
-¿Estás pensando en...?
-Así es -dijo Billie, mirando por la ventana a un muchacho de nuestra edad que caminaba junto a lo que fue el segundo grupo. Vimos su rápida separación antes de que nos tocase-. Al Sobrante.


Noviembre - 2007
-¿Y qué hicieron tú y Mike y en el parque? -me preguntó mi sobrina.
-Nada, sólo hablar -dije yo, encogiéndome de hombros.
            Le conté todo... a excepción, obviamente, de los momentos en los que Mike y yo empezábamos a besarnos. De hecho, sólo le conté el “concierto”.
-¿Y los puedo conocer? -me preguntó.
            La miré con una sonrisa.
-Hablaré con Billie Joe -dije-. ¿Algo más?
-Sí... ¿Tú y Mike eran algo más? -me preguntó. Pareció pensarlo un poco antes de hacerlo.
-No, no fuimos nada -le mentí, sin mirarla directamente a la cara, sintiendo una puñalada en el corazón.

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