Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

domingo, junio 19, 2011

Dearly Beloved - Capítulo 13: Lo que ocurrió a los diecisiete.

Junio - 1989
            Junio había llegado y Denisse Petrelli se hallaba aún sin tomar una decisión. ¿Qué hacer? ¿Seguir sus sueños o al amor de su vida? Intentaba no pensar en ello, intentaba poder quedarse con Mike sin que esa decisión se colase por su mente, pero no era posible. Había momentos en los que ella tenía una decisión clara, pero ésta cambiaba a cada instante.
            Mike no podía dejar de notar el estado en que estaba su novia. Ella no le había dicho nada a nadie, ni a Mike ni a Billie ni a Catherine ni a su familia. Todo el mundo se preguntaba que le ocurría a Den, que le ocurría a esa chica que solía ser tan risueña, esa chica que sólo se mostraba tal como era con una persona, con Mike Dirnt.
            Un jueves, poco antes de salir de vacaciones de verano, Denisse y Mike se encontraban paseando por los terrenos de la escuela.
-¿Qué te pasa? -le preguntó Mike, por enésima vez.
-Nada -dijo Denisse, apresurando el paso.
            Mike la tomó de la mano y la volteó, quedando cara a cara.
-Denisse, te conozco hace bastante tiempo, más que nadie diría yo, y sé que algo te pasa -le dijo Mike, mirándola fijamente con sus ojos azules.
-No me pasa nada, Mike -le dijo Denisse. No quería decírselo, la obligaría a ir y, si no lo hacía, sería un egoísta y no podría quedarse con él-. Y no me pongas tan cerca, nos van a ver.
            Seguían ocultándose. Llevaban un año y medio juntos y aún no rompían ese extraño pacto que habían hecho. No le iban a contar nada a nadie. O eso creía Denisse.

-¿Sabes? Lo he estado pensando y quizás deberíamos... no sé, dejar de ocultarnos -dijo Mike, tentativamente. El rostro de Denisse se iluminó.
-¿Lo dices en serio? -le preguntó, alegre.
            Mike asintió y, sin soltarla de la mano, continuó.
-Mira, llevamos mucho tiempo saliendo y ya vimos que lo nuestro funciona. Por lo que no veo ninguna razón para ocultarnos más... ¿qué dices? -dijo Mike, en un tono muy bajo de voz.
            Los verdes ojos de Denisse brillaron de alegría y le dio un corto beso.
-Claro que sí -dijo ella. Tomó su decisión, quedarse.

            Esa misma tarde, Mike decidió salir a caminar a solas. Denisse también, pero su novio no lo sabía. Mientras Mike caminaba, se encontró con su ex novia, Juliet.
-Hola, Mike -le dijo la adolescente.
-Hola, Juliet -le contestó él, un tanto incómodo. Sabía que ella no había quedado nada alegre luego de haber terminado.
-¿Cómo has estado? -le preguntó ella.
-Bien, todo igual, ¿y tú?
-Bien -dijo Juliet-. Ahora mejor.
            Mike la miró extrañado.
-¿Cómo que “ahora mejor”? -preguntó.
-Porque estoy junto a ti -le dijo ella.
            Lentamente, se acercó a Mike, quien realmente no pudo controlar la situación. Se dejó llevar y se besaron, de una forma bastante intensa. Estaban en un rincón nada transitado de la ciudad, en un callejón detrás de unos basureros. Juliet lo besaba en el cuello, y él hacía lo mismo. Un lado de Mike, aquel que reaccionaba, le decía que se alejase, pero otro, que desgraciadamente era más fuerte, le decía que siguiese.
            Al mismo tiempo, Denisse pasaba por ahí, aún pensando en si había tomado la decisión correcta. En todo caso, amaba a Mike y siempre lo haría y sabía que lo más probable era que estuviesen juntos por siempre, a menos que algo muy impredecible e improbable ocurriese. El problema era que eso algo impredecible e improbable estaba ocurriendo frente a ella: Mike besaba a Juliet descontroladamente. Lágrimas brotaron de sus ojos, mientras se volteaba y echaba a correr.
            Mike sólo vio una rubia melena alejándose junto al viento. Se separó rápidamente de Juliet, quien lo miraba con una sonrisa. Mike empalideció y, sin decir una palabra, echó a correr, en dirección a la casa okupa. No tenía el valor suficiente como para hablar con ella, no en ese momento. Llegó y se tiró a la cama, a pensar. Nada se le ocurría, por lo que prendió un porro, en un intento de despejar su mente. Pero bueno... no sabía porque se complicaba tanto. Había estado mal, sí, y se arrepentía... decidió ir al día siguiente a ver como estaban las cosas y arreglarían todo. No podía ser tan difícil.
           
            El viernes en la tarde Mike se apareció en la casa de Denisse. No llevaba flores ni nada, sólo una gran disculpa en su mente y corazón. Tocó el timbre y la señora Petrelli abrió la puerta.
-Hola, ¿Está Deni...? -empezó, pero no pudo terminar.
-Denisse no está -dijo la señora, cortantemente, interrumpiéndolo.
            Mike la miró extrañado.
-¿A qué hora vuelve? -preguntó.
-Ella no vuelve -dijo la señora y le entregó un sobre a Mike. Inmediatamente, cerró la puerta.
            Mike miró extrañado. Tomó el sobre y se dirigió a la casa okupa, donde se tiró nuevamente en la cama y empezó a leer la carta, escrita en la esmerada letra de Denisse.

Querido Mike:
            Si lees esto, me he ido. No, no he muerto, pero no volveré a Oakland si puedo evitarlo. Probablemente te estarás preguntando el porqué, pero opino que tú y Juliet estarán mejor sin mí. Sí, los vi. Ahora entiendo que todo fue una mentira, que sólo me querías por un tiempo, para sacarle celos a Juliet o algo, no lo sé, pero si tú no me amas, tampoco lo hago yo. Mike, me voy a finalizar mis estudios y créeme que no volveré. La única forma de que nos volvamos a encontrar sería que tú y Billie se hagan famosos y nos viéramos en algún lado, cosa que dudo.
            Siento mucho lo que te hice sufrir al no permitirte ir con Juliet. Extrañaré mucho a Billie Joe y a Catherine, pero da igual, reanudaré mi vida y todo será mejor.
            Adiós para siempre
Denisse Petrelli
PS: No me he despedido de Billie Joe. Te ahorro la molestia de tener que contarle todo. O quizás ya lo sepa, no sé si tú has respetado nuestro “pacto” pero yo sí y siempre lo haré.

Noviembre - 2007
            Me sabía la carta que me había escrito de memoria, no tengo la menor idea de porque la leía nuevamente. Ese día había sido el más triste de mi vida.
            Me encontraba en un oscuro callejón con un poco de cocaína en mi mano, aspirándola a grandes cantidades. Acababa de recordar toda mi vida con ella y ahora me drogaba en el vano intento de olvidarla. Cuantas veces durante los últimos años había hecho eso mismo, encerrarme u ocultarme para intentar borrarla de mi memoria, pero no, no era posible.
            Aunque... algo no andaba bien... no había espejo ni nada, pero yo me veía a mí mismo... y éste yo era más oscuro...
-¿Tú otra vez? -le pregunté. Estaba claro que era mi “conciencia” otra vez.
-Silencio, tengo algo que mostrarte -me dijo.
            Fue extraño: se me acercó y me tomó del hombro. De inmediato el lugar desapareció y aparecí en un lugar completamente en llamas. ¿Dónde estaba? ¿Era el infierno? Al instante noté que había dos cuerpos tirados en el suelo, inconscientes. Me acerqué a ver...
-Mierda -murmuré.
            Eran Billie y Denisse, ambos inconscientes. Las llamas abrazaban el lugar. Mi “conciencia” se puso a mi lado.
-Por ahí hay una entrada, pero sólo hay tiempo y espacio para dos de ustedes. Nadie aparte de ti encontrará la entrada... -explicó él.
-Pero si sólo hay tiempo y espacio para dos de nosotros...
-Sólo puedes salvar a uno de ellos.

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