Dearly Beloved - Capítulo 11: ¡Feliz cumpleaños!

Agosto - 1988

            El diecisiete de agosto desperté muy temprano. Eran las vacaciones de verano y yo no podía tener más calor. Me miré al espejo y vi que mi camisón estaba completamente sudado. Fui al baño donde me di una corta ducha de agua helada y volví a mi habitación, donde elegí una corta falda y una polera de tirantes un tanto escotada. Me amarré mi largo cabello y bajé. Como lo supuse: Nadie en casa. Suspiré. Fuese mi cumpleaños o no, ellos saldrían de todos modos. Mi hermana estaba de viaje con un “amigo” en algún lugar cercano de California, mi padre estaba de viaje de negocios y mi madre estaba trabajando o algo así. Llegaría a eso de las diez.

            Fui a la cocina, me preparé un café y un pan. Acabé mi desayuno y lo deje en el lavaplatos. Ya lavaría la loza después. Planeaba tirarme en mi cama y mirar el techo; Mike probablemente estaría ensayando con Billie y John.

            Tocaron el timbre. ¿Quién sería? Me paré y me dirigí a la puerta. Abrí y casi me desmayé al encontrarme con Mike, llevándome una pequeña caja azul, con alguna joya dentro.

-Feliz Cumpleaños, Denisse -me dijo, dándome un abrazo.

            Sin separarnos, entramos y cerramos la puerta tras nosotros, para darnos un largo beso.

-Lo recordaste -murmuré, sonriente.

-Por supuesto -dijo con tono de obviedad. Me pasó la caja-. Espero que te guste

            Tomé la cajita y la abrí, ansiosa. Dentro había un collar del que colgaba un corazón alado de plata o similar. Me daba igual, era hermoso. Besé a Mike, en forma de agradecimiento.

-Gracias -le dije, con una sonrisa.

-Cuando quieras -contestó él.

            Comenzó a besarme, con más intensidad de lo usual. Sabía lo que venía y no me resistiría, quería que lo hiciese desde hacía bastante tiempo. Comenzamos a subir los peldaños y llegamos a mi habitación, sin dejar de besarnos en ningún instante. Mike deslizó sus manos por mi falda, mientras que yo le besaba el cuello. No queríamos detenernos... y nadie nos haría hacerlo.

            Billie Joe caminaba tranquilamente por las calles. Mike había pedido que por favor no hubiera ensayo ese día y Billie había aceptado. Tenía mucho que pensar respecto a Jennifer... ¿Era ella la indicada? ¿Valía la pena tanto sufrimiento? Salían juntos, terminaban, volvían a salir, pero nada duraba más de un par de semanas. Estaba harto de la situación, harto de que ella jugase con su corazón como quisiese. Como le gustaría sostener una relación como la que Mike tenía con Denisse. Sí, sabía de ellos. Los había visto varias veces besándose o caminando juntos, cuando creían que nadie pasaba por ahí. De no ser por Billie, mucha gente ya los habría visto. Aún así, se sentía triste, abandonado e invisible. Mike no confiaba en él y tampoco Den. Se supone que los tres eran amigos y resultaba que no se contaban nada. Era realmente como si nadie supiese de su existencia. Hacía un mes o quizás más que no tocaban en ninguna parte, por lo que nadie lo reconocía como antes y, extrañamente, le gustaba más estar a solas. Nadie sabía de sus pasos, nadie sabía donde andaba.

            Ideas flotaban por su cabeza. Eso de crear canciones parecía ser superior a él. Podía estar caminando por la calle y una idea aparecía y tenía que seguirla, si no, no estaría en paz.

            Pasó por fuera de la casa de Denisse. Pensó en pasar a saludarla por su cumpleaños, pero lo más probable era que estuviese ocupada con Mike. Suspiró, tendría que saludarla más tarde.

            Esa tarde Billie Joe dio muchas vueltas por Oakland... y esa tarde, dos de sus amigos perdieron algo para siempre.

Noviembre - 2007

El jueves fue igual que todos los otros días. La rutina me tenía harta... todos los días me levantaba temprano, desayunaba, iba al trabajo, salía y llegaba a casa donde no hacía nada hasta el momento en que me daba sueño y me iba a dormir. No tenía a nadie ni nada. Mi única razón para vivir eran mi sobrina y mi trabajo.

Sin embargo, el viernes algo cambió. Mi celular comenzó a sonar poco antes de llegar a casa... ¿Quién sería? ¿Quién querría llamarme? El número era desconocido, debía estar equivocado. Contesté para aclarar el asunto y me encontré con una voz conocida.

-¿Denisse? ¿Tienes algo que hacer hoy? -preguntó la voz, que reconocí de inmediato como la de Billie Joe. Claro, aún no había guardado el número.

-No realmente. ¿Sugieres algo? -le pregunté, un tanto más entusiasmada. Algo me decía que no estaríamos con Mike.

-Sí, me preguntaba si quisieras salir a caminar o algo para hablar -me propuso.

-Sí, seguro -dije, aceptando de inmediato. Realmente estaba aburrida. Haría lo que fuese por tener un panorama.

-Genial, estoy allá en un rato... Es la misma casa, ¿no? -preguntó.

-Sí -contesté.

            Nos despedimos y yo apuré el paso. Quería llegar a mi casa antes que Billie o mis padres lo recibirían y no sería muy cómodo que digamos. Llegué, dejé mis cosas en mi habitación, me puse algo más cómodo y tocaron el timbre. Bajé y, tal como me lo esperaba, me encontré con Billie Joe.

-Hola, Den -me saludó, con un beso en la mejilla.

-Hola, Billie -dije, con una sonrisa. Mi amigo siempre podía alegrarle el día a cualquiera.

-¿Vamos? -me dijo y asentí, tomando mi chaqueta.

            Salimos por las calles de Oakland y conseguimos establecer una conversación un tanto más activa. Participé plenamente y accedí a contarle la historia de mi ex esposo y todo eso. Él me contó un poco más de Adrienne, Joseph y Jakob.

            Seguimos caminando y llegamos al viejo parque que me traía tantos recuerdos. Solía pasar mucho tiempo con Mike ahí. Billie miraba todo a su alrededor y, súbitamente, aflojó su sonrisa y me miró seriamente.

-Denisse, hay algo que necesito saber y es algo que tú has, de todos los modos posibles, intentado no responder -me dijo él, sin apartar sus verdes ojos de los míos. Lo insté a continuar-. ¿Por qué te fuiste de Oakland en primer lugar?

            Me helé y lo miré entre asustada y nerviosa.

-Billie, no quiero hablar de...

-No saldrás con la misma historia otra vez, Denisse -me dijo, mirándome seriamente aún-. Durante un par de años ni tú ni Mike confiaron en mí...

-Billie, de que...

-No me dijeron varias cosas y me tiene harto -dijo Billie.

-Billie, ¿de qué mierda estás hablando? -pregunté, asustada.

-¡Sé lo que tuviste con Mike, así que o me dices porqué terminaron o me dices el porqué te fuiste! -me exclamó Billie.

            Sólo lo miré asombrada.

-Lo...

-Lo sé desde que todo empezó. Dios, ¿cómo crees que nunca los descubrían? Yo distraía a todos -dijo Billie, sonaba un tanto frustrado-. Ahora, me vas a contar todo ahora o créeme que no respondo por los medios que utilice para averiguarlo.

            Bajé la vista. Volví a mirar a Billie fijamente.

-De acuerdo -acepté, sorprendiéndolo. Parecía que no esperaba realmente que confesase-. Te contaré todo.