Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

jueves, mayo 05, 2011

Simple Twist of Fate - Chapter twenty-three: And I love him.


Un amor como el nuestro, nunca podría morir, siempre que te tenga cerca de mí.
AND I LOVE HER – THE BEATLES

Jenny aparcó el auto varias cuadras más allá. ¿Qué había hecho? ¿Por qué le había confesado sus verdaderos sentimientos a Billie Joe? Se había jurado nunca revelarlos, a nadie. De hecho, apenas sí se permitía “comentarlos” consigo misma.
Aunque también juré nunca engañar a mi esposo pensó, recordando la noche anterior.
Piensa que él te engañó primero, y más de una vez fue el pensamiento que tuvo otro lado de su cabeza.
Suspiró y sacó su celular, con la intención de ver qué hora era. Se sorprendió al encontrar trece llamadas perdidas: Once de Joey, una de la compañía de teléfonos y una última de Ally.
Aclaración: Después de todos esos años, Jenny seguía juntándose con sus verdaderos amigos del colegio. No muy seguido, pero se juntaba con ellos de todos modos. Así que, tras borrar las llamadas de Joey, llamó a su amiga, quien no tardó en contestar.
-¡Jenny! Gracias a Dios que estás viva –fue el saludo de su amiga -Llamé a tu casa, Joey dijo que no sabía dónde estabas, que no le contestabas el celular y me colgó –se explicó-. Sonaba mal, por lo que me preocupé.
-Ah, eso –musitó Jenny-. Tuvimos una pelea.
-¿Qué? ¿Por qué? –inquirió Ally, sorprendida. Después de todo, Jenny y Joey eran la pareja perfecta… O eso aparentaban.
Jennifer suspiró.
-No es algo para contarlo por teléfono –susurró la pelirroja.
-Entonces ven para acá, ¡mierda! –le ordenó Allison.
-Ok –musitó Jenny.
Colgaron. La mujer apoyó su cabeza en el volante por unos minutos, antes de volver a encender el motor, en dirección a la casa de su amiga, a la cual llegó a los pocos minutos.
Allison Livingstone vivía en una casa de dos pisos, mas no de gran tamaño. Tenía dos habitaciones y un baño en el segundo piso, mientras que en el primero tenía otro baño, la cocina y el living comedor. Vivía sola pero su actual novio (un sujeto, que había llegado al colegio poco después que Jenny se fuera, llamado Nick), solía pasar gran parte de la semana ahí. Rogando que él no estuviera ahí (después de todo, no le tenía mucha confianza), tocó el timbre.
Su amiga le abrió la puerta al instante. Se notaba que había quedado preocupada por la conversación que habían dejado inconclusa por teléfono. Se saludaron de un beso en la mejilla y entraron a la casa. Se dirigieron al living y se sentaron.
-Ya, cuenta –le ordenó Ally-. Sabes que terminarás por hacerlo, quieras o no.
Jenny suspiró.
-Joey me confesó que se acostaba con otra –dijo ella, en un tono amargo de voz-. Así que me enojé y me fui a un bar donde bebí un buen rato…
-¿Y luego te fuiste al departamento a dormir? –preguntó Ally, quien sabía que ese lugar era como un Santuario para su amiga.
-Bueno… no fue tan así –admitió Jenny.
La pelirroja sabía que lo mejor era no contarle nada de lo sucedido a nadie, pero no podía guardarse la terrible verdad de lo ocurrido la noche anterior por siempre. Además, Ally era de plena confianza, así que no había peligro alguno.
-¿Qué pasó? –preguntó Ally, mientras Jenny tenía todas esas cavilaciones.
-Es que… Billie también estaba en el bar –murmuró.
Su amiga abrió los ojos, desmesuradamente, tras lo cual se cubrió la boca con ambas manos.
-¿Tú y Billie…?
-¡Sí, mierda, me acosté con Billie Joe! –exclamó, sin reparar en lo que decía.
Y también le dije que aún lo amaba. Lástima que eso no se lo puedo contar a nadie, ya que prácticamente nadie sabe que lo amé alguna vez.
Por supuesto que Ally no supo lo que su amiga pensaba. Simplemente la miró, asombrada. Sabía que habían tenido algo en el pasado, pero también sabía que no habían llegado a eso. Además, sabía que Jenny amaba a Joey completamente… Bueno, suponía. En todo caso, la pelirroja sí amaba a Joey, aunque también amaba a Billie. Da igual, prosigamos:
-Pero… ¿Por qué? ¿Dónde? –Pausa.- ¿Estuvo bueno?
-¡Ally! –la regañó Jenny. Lo último que quería recordar era lo sucedido con Billie.
-¡Sólo responde! –insistió Ally.
Jenny suspiró.
-Bueno… Fue porque estábamos borrachos, fue en el departamento y… -Sonrió, sin contenerse.- Sí, estuvo bueno. –Otro suspiro.- ¿Qué voy a hacer?
-Perdona a Joey –sugirió su amiga.
-Oh, sí. “Joey, te perdono, porque me acosté con tu padre” –ironizó Jenny-. ¡No puedo!
-Bueno, vuelve a la casa y sé un tanto más suave con él –le aconsejó su amiga-. Así él se volverá loco viendo cómo pedirte disculpas, como la otra vez…
-Sí, quizás haga eso –sonrió levemente.- ¿Te conté que me cantó “And I love her” después de eso?
Ally negó, con una sonrisa.
-¿Ves? Mañana o pasado despertarás con unos extraños acordes de piano, irás a ver y será él pidiéndote disculpas.
Jenny sonrió.
-Espero que tengas razón –susurró-. Mejor vuelvo a casa.
-Eso –dijo Ally, con una sonrisa-. Mándales mis saludos a tus hijos.
-Siempre que le mandes los míos a Nick –dijo ella, poniéndose de pié.
Se despidieron de otro beso en la mejilla y la pelirroja se fue a su casa.

Mientras, en el departamento, Billie seguía atónito. No podía creer que, después de amarla en secreto por tantos años, ella aún le correspondiera.
Y no puedes decírselo pensó un lado de su cabeza. Maldijo. ¿Por qué había hablado con Adrienne de nuevo?
Porque la amabas con todo tu corazón respondió el otro lado. Se cubrió el rostro.
Lo que aún no lograba explicar, era cómo no le había dicho que él también la amaba, que estaba dispuesto a soportar todo con tal de estar con ella el resto de su vida. No lograba entender cómo era que no la había besado tiernamente, cómo era que no habían vuelto a la cama a conversar de sus sentimientos.
Suspiró, se puso de pié y se dirigió a su habitación, de donde recogió su camisa. Se la puso (para su suerte, el botón roto era el primero, por lo que su ausencia pasaría desapercibida), se puso sus zapatillas, se colocó una chaqueta que tenía en el armario y salió de ahí, en dirección a… ¿Su casa? Sí, eso tenía sentido. Claro que tendría que irse caminando, ya que la noche anterior Mike y Tré lo habían ido a buscar y se habían ido directamente al bar…

Jenny detuvo su auto. Finalmente había llegado a casa. Suspiró, bajó del auto, lo aseguró y entró a la casa.
Se sorprendió al encontrar a Joey dormido, rodeado de botellas de cerveza, en el living. Ella se le acercó y lo zarandeó.
-¡Joseph! –susurró- ¡Joseph! –le gritó.
-¿Eh? –preguntó él, despertando- ¿Amor?
-Nada de amor, ¿dónde están los niños? –inquirió, asustándose. No quería que vieran a su padre en semejante estado.
-Los fui a dejar con mamá. Le dije que tenía que ensayar y que tú estabas ocupada con tu libro –masculló él-. ¿Me perdonaste? –añadió, con un esperanzado tono de voz.
Ella negó, lentamente.
-Lo siento, no puedo perdonarte –susurró.
Una lágrima se le escapó al hombre.
-Un amor como el nuestro no podrá morir, no mientras te tenga cerca de mí. –Canturreó.- ¿No lo recuerdas?
Una leve sonrisa apareció en el rostro de Jenny.
-Claro que sí –susurró-. Pero no puedo perdonarte por lo que hiciste. No puedo. No aún al menos.
Otra lágrima se le escapó al hombre, seguida de varias más.
-Soy un idiota –masculló-. Te amo, demasiado, ni siquiera sé porqué lo hice.
Y lo amo pensó Jenny.
Nunca había logrado comprender lo que sentía. Amaba a Joey, pero igual amaba a Billie. No sabía a quién amaba más, pero, como lo suyo con Joey era más realizable, prefería quedarse con él. Además, Joey sí la amaba.
No como Billie.
La pelirroja no dijo nada más. Simplemente se dirigió al baño de su habitación, donde intentaría relajarse y olvidar lo ocurrido, sin saber que su marido sufría en el living, sin saber que él comprendía a todo aquel que hubiese sufrido por amor, sin saber que él, en medio de su desesperación, se dirigía al teléfono, en búsqueda de quién nunca esperaría llamar por asuntos amorosos: Su padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario