Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

jueves, mayo 05, 2011

Simple Twist of Fate - Chapter thirty-five: (Hello, I love you) I want to tell you a thing.


-¿Qué quieres que te digamos, Tré? –masculló Billie, cansinamente, mientras que la pelirroja se sonrosaba rápidamente.
-¿Qué quiero que me digan? ¡Pues la verdad! ¿Por qué mierda estás con Joey si no lo amas? –La pregunta iba, obviamente, para Jennifer.
Jenny suspiró.
-Sí amo a Joey –musitó ella, en un hilo de voz, sorprendiendo al baterista-. Pero también amo a Billie.
Tré se dejó caer en uno de los sofás.
-¿Y por qué tú quieres tener relaciones con ella? Por lo que acabo de oír, deduzco que tú no la amas –farfulló el hombre.
No todo es tan blanco y negro como crees, Tré pensó Billie, entristecido, negando con la cabeza.
-No es algo que pueda controlar. –Fue su respuesta.
Tré suspiró.
-La otra vez les dije que daba igual si eran amantes... La verdad es que no da igual –masculló Tré-. Esto no es correcto. Billie, ¡ella es sólo dos años mayor que Joey!
-¿Crees que eso importa? –inquirió Jenny, alzando una ceja- Por Dios, Tré, ¡tengo veintisiete años!
-¿Y? ¡Cuando nosotros teníamos tu edad, tú tenías seis años! –exclamó él.
Billie sintió un retorcijón en el estómago.
-Mira, Tré, no es algo que planeemos. Si las circunstancias se dan, dejamos que pase, pero no es algo de todos los días. De hecho, sólo hemos tenido relaciones dos veces –se excusó Billie.
-Lo de que tengan relaciones es lo de menos, y lo sabes –masculló-. Eso es algo carnal, mientras que... Billie, acabo de verlos besándose, y no era para nada inexpresivo.
Billie sintió los ojos azules de su amigo posados en él mismo y, por primera vez, flaqueó ante la mirada del baterista. Porqué, se preguntarán ustedes. Muy simple: Tré estaba dándole a entender que sospechaba los sentimientos del guitarrista por la escritora.
Para su suerte, la puerta del sótano se abrió antes de que pudiera inventar alguna otra excusa. Jenny se secó rápidamente las pocas lágrimas que se le habían escapado en medio de la rabia, mientras que Tré fingía una risa y Billie lo imitaba.
-¿Desde cuándo yo soy el que llega tarde? –inquirió Mike, sorprendido de ya ver a Billie y a Jenny ahí.
-Desde que te quedas haciendo cositas con Britt en lugar de venirte directamente –le contestó Billie, con una sonrisa. Mike se sonrosó antes de sentarse, cosa que sacó risa de los demás presentes.
Pese a que el ambiente estaba tenso entre Billie, Jenny y Tré, disimularon todo ante Mike, quien no se dio por enterado. Después de todo, tras la primera media hora de tensión (y las primeras dos botellas de cervezas cada uno), los tres habían comenzado a reír auténticamente y estaban bastante más relajados.
-¿A qué hora dijiste que volvías, Jenny? –preguntó Mike, varias horas después.
-A las nueve. –Mike la miró sorprendido.- ¿Qué?
-¿Tan temprano? –inquirió Tré.
-Algunas personas tenemos que preparar a los niños para el colegio los martes por la mañana, ¿saben? –musitó Jenny. Billie hizo una mueca- ¿Tú también?
-Se lo prometí a Addie –masculló, ante lo que Tré rió.
-Agradezco que Brian y yo no tengamos hijos –musitó.
-¿Brian nunca ha querido hijos? –inquirió Mike, sorprendido.
-No, no aún al menos. Es un tanto convencional, querrá casarse primero –contestó el baterista, despreocupadamente. Mike alzó una ceja, ahora extrañado-. Sí, hay gays convencionales. Para la suerte de ustedes dos, yo quedé entre los gays extravagantemente no convencionales.
Los otros tres rieron.
-Ya, yo me voy –musito Jenny, poniéndose de pié.
Se despidió de todos con un beso en la mejilla, sonriendo al ver la expresión que ponía Billie al recordar que no podía besarla ni cerca de sus labios en presencia de sus amigos.
Para que aprendas de una puta vez a contenerte pensó la de la pelirroja, mientras se alejaba, sin saber que Billie miraba embobado el cómo se movía su cabello al caminar... Cosa de la que tanto Mike como Tré se percataron al instante.
-Ya, en serio, ¿qué mierda pasa por tu cabeza? –inquirió el baterista.
-Nada –respondió Billie, en un tono ido de voz, acomodándose en su asiento-. Absolutamente nada.
Mike suspiró.
-Billie siente algo por Jenny –musitó el bajista, decidiendo que lo mejor era decir un poco de lo que sabía.
Tré abrió los ojos como platos.
-Lo sospechaba, pero... ¿Cómo? ¿Por qué? –farfulló.
-¿Cómo? Tré, amas a Brian, ya sabes el cómo. El porqué vendría a ser porque no aguanto estar sin ella –masculló Billie-. ¿Saben? Me aburrí de esto, voy a decírselo.
-¡¿QUÉ?! –inquirieron Mike y Tré al unísono, atónitos.
-Que voy a decírselo. Ella me ama y yo la amo a ella. No me parece justo que no podamos estar juntos siendo que nos amamos –dijo el guitarrista, con simpleza, mientras se ponía de pié-. Así que mejor se lo voy a decir.
Sin esperar la reacción de sus amigos, Billie Joe salió del sótano, apresurado. Si corría, quizás la alcanzaba...
Y así fue. Llegó hasta ella justo cuando ella abría la puerta de su auto. Con una sonrisa, Billie le cubrió los ojos con sus manos.
-¡Hey! ¿Quién es? –preguntó ella, con algo de risa, pese a saber perfectamente quién era.
-Holden Caulfield –contestó él, destapándole los ojos y volteándola. Sin embargo, en lugar de encontrarla riendo cuando quedaron cara a cara, la encontró con la expresión que pondría alguien al darse cuenta de algo MUY importante-. ¿Qué ocurre?
Ella se separó de él al instante.
Sigue enojada pensó él, de inmediato.
-Bueno, mientras piensas, tengo algo que decirte...
-Billie, ¿Lennon estaba en la lista? –lo interrumpió ella. Él la miró, confuso- En la lista de músicos muertos.
-Ah, eso –musitó Billie, molesto de que su declaración se hubiese visto interrumpido de esa manera-. Bueno, sí, ¿por qué?
Jenny se cubrió la boca con ambas manos.
-Billie, ¿qué leyó Mark Chapman después de dispararle? –preguntó ella.
El hombre abrió mucho los ojos, comprendiendo.
-El guardián en el centeno –susurró, sorprendido-. ¿Estás diciéndome que...?
-Que creo que deberíamos hablar con Chapman –dijo ella, con una pensativa sonrisa en su rostro- Esto va a ser difícil.
-¿Difícil? Jenny, ¿tienes idea de dónde está Attica? –inquirió Billie, demasiado sorprendido por la idea de su amiga.
-Sí, en New York –respondió ella, con tono de obviedad-. No debe ser tan difícil. Después de todo, tú empezarás tus giras en dos semanas y yo empezaré las mías. Con algo de suerte, coincidiremos en una a la gran manzana.
Billie negó.
-¿Y qué le preguntarás? “¿Te contrató una asociación de psicópatas para que mataras a John Lennon?” –ironizó él.
-Sí, ¿por qué no?
-Porque, como todo fan, vas a golpearlo y dejarlo inconsciente apenas lo veas –dijo él, con tono de obviedad.
-Al contrario de ti, no soy tan impulsiva –dijo ella, acercándose a él y dejándolo apoyado en el auto y quedando ella frente a él. Lo más disimuladamente posible, el hombre tragó saliva-. ¿Ves? Podría besarte ahora mismo y no lo he hecho.
Se separó de él.
-Ok, tienes razón –masculló él, extrañamente sonrosado.
-Como siempre –dijo ella, con aires de grandeza. Rió-. En fin, ¿qué querías decirme antes de que recordara a Chapman?
Él volvió a tragar saliva.
-Lo que quiero decirte es que yo, hace un buen tiempo...
-Billie, ¡se te quedó la billetera! –gritó Mike, desde la puerta, corriendo hacia allá.
Era más que obvio para Billie que, después de recobrar el sentido, Mike y Tré iban a detenerlo. Lo que no le resultó tan obvio, era que tan rápido se iban a recobrar.
-Oh, gracias –musitó el Billie, fingidamente agradecido. Su oportunidad estaba arruinada. No podía declarársele a Jenny con sus otros dos amigos ahí. Aparte de que no era romántico, ellos no le dejarían hablar-. Jenny, será mejor que te vayas.
-Pero Billie, ¿qué querías decirme? –preguntó ella, curiosa.
-Nada, no tiene importancia –musitó él-. Quizás te lo diga más adelante, si me acuerdo.
Claro que se iba a acordar. Lo iba a recordar toda su vida. Después de todo, ¿quién puede olvidarse que ama a alguien con todo su corazón?
Sin decir nada más, la pelirroja se subió al auto y se marchó, ignorando por completo que Billie se dejaba caer en el suelo del patio de la mansión de Tré, mientras que Mike y el baterista intercambiaban una triste mirada.

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