Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

sábado, septiembre 01, 2012

Good Riddance (Ridding of you) - Chapter 15: No logic.



Amelia lo miró extrañado.
-¿Te leí la mente, aún estando como a más de un kilómetro de distancia?
Billie asintió, aún sorprendido.
-Esto tiene menos sentido cada vez, ¿sabes? –musitó él.
Silencio.
Las tripas del hombre sonaron repentinamente, sacándole una sonrisa a la adolescente. Ella también tenía hambre, pero había preferido no emitir ningún comentario al respecto.
-¿Qué tanta hambre tienes? –preguntó ella, aún con risa.
-Me comería un campo –confesó él.
Ella lo miró, alzando una ceja.
-¿No era una vaca? –inquirió.
-Sí, pero soy vegetariano, así que decir que me comería una vaca sería ir contra mis principios –se justificó él, haciendo que la muchacha soltara una carcajada.
-Ok, veré si hay alimento en este lugar.

Se dirigió a la cocina, seguida por Billie, quien seguía mirando todo el departamento con interés. Era entretenido intentar descifrar la personalidad de la gente según el orden o los muebles que tuvieran.
-Genial, mi padre es fanático de la carne –ironizó Amy, mirando el refrigerador-. Lo único comestible que queda es medio tomate… de hace más de una semana… negro.
Tomó una servilleta de la mesada que había entre el refrigerador y la cocina, con la cual tomó el tomate y lo botó a la basura.
-¿Y los estantes? –preguntó el guitarrista, señalando los muebles que habían sobre su amiga.
Amelia se estiró y comenzó a revisarlos.
-Mierdas varias, azúcar, té, café, harina… Ok, tendremos que comer arroz solo –masculló, molesta-. Mamá es la única en el mundo que sale sin haber hecho las compras, sabiendo que mi padre no las comprará ni me dejará ir a comprarlas tampoco.
Billie suspiró, pensativo.
-Creo que es hora de ir de compras –musitó.
-¿Qué? –inquirió ella, sin comprender.
-Vamos a comprar algo de alimento que sirva con el arroz –se explicó-. Yo pago –agregó.
Ella negó con la cabeza.
-De acuerdo, vamos –accedió-. Pero yo pago lo mío.
Fue el turno de que él negara.
-Soy un músico con suficiente dinero como para pagar un poco de comida, ¿sabes? –dijo él, con una pequeña sonrisa.
-Sí, pero yo soy una adolescente que no quiere cargos de conciencia futuros –se excusó, mirando a su amigo, quien puso una cara que convencería a cualquiera de hacer cualquier cosa-. Ok, pago sólo la mitad.
El hombre dio un saltito de alegría, el cual le sacó otra risa a la joven.
Mientras Billie limpiaba sus gafas y se las ponía, Amelia iba a su cuarto a ponerse las zapatillas y a buscar su bolso. Volvió casi de inmediato y juntos salieron del departamento, tras lo que bajaron al estacionamiento, para subir al BMW de Billie.
Tras unos cinco minutos de viaje (cinco minutos llenos de conversación, bromas y risas), el guitarrista estacionó el auto frente a una tienda no muy grande. Ambos se bajaron y se dirigieron a la puerta, la cual Billie abrió “caballerosamente”, invitando a la chica a entrar primero, quien quedó sorprendida.
La tienda tenía un fuerte olor a incienso, pero, por lo demás, pasaba por un supermercado… Sin contar que sólo tenía comida naturista, vegetariana, krishna y, por alguna extraña razón, china.
-¿Qué te parece, Amy? –preguntó Billie, con una sonrisa al notar la cara de asombro de su amiga.
-Me encanta –musitó ella.
Con una sonrisa, sacaron un carrito y comenzaron a recorrer el local. Compraron verduras chinas, carnes de soya, más arroz, más verduras de las normales y un paquete de galletas. Billie pagó todo, negándose rotundamente a recibir el dinero de su amiga quien optó por dejárselo en el auto.
No hace falta pensó él, al “escuchar” la decisión de su amiga.
Sí, sí hace. Me consolaste, me escuchaste y me mostraste este lugar con comida de verdad. Lo menos que puedo hacer, es pagarte la mitad de todo esto pensó ella.
Diez minutos después, se encontraban en la cocina del departamento nuevamente. Billie picaba unas verduras para ponerlas a saltear, a la vez que Amelia preparaba el arroz.
-Hemos hablado mucho de mi vida hoy –comentó ella-. ¿Cómo va lo del divorcio?
Billie puso las verduras en una sartén y comenzó a saltearlas.
-Hoy día nos juntamos en la casa de Adrienne con el abogado –comenzó él-. Fue un latoso de mierda, dio un discurso gigantesco y luego se le ocurrió explicarnos de un modo entendible y resumido.
-Es su trabajo, tiene que asegurarse de que sepan todos los detalles para que no lo demanden –musitó ella, sacando dos platos, dos servicios y un mantel, dirigiéndose al comedor.
-Me da igual, sigo molesto porque Addie no me dejó usar a mi abogado, que sí habla inglés –masculló, lo suficientemente fuerte como para que su amiga lo escuchase mientras ponía la mesa.
-Calma, que a la larga será mejor; no pelearán por la opinión del abogado y todo eso –decía ella, volviendo a la cocina-. ¿Crees que el arroz esté listo? –preguntó.
-Sí, pero falta echarle las verduras… ¿Puedes picar tú la carne para ponerla a saltear también?
-Por supuesto.
Se cambiaron de lugares y ella comenzó a picar la carne rápidamente, cuidando de no herirse con el cuchillo.
-¿Y cómo se lo están llevando Joey y Jake? –preguntó Amelia.
-Jakob acaba de entender que lo que hizo Addie está mal, pero no sabe qué hacer… Y Joseph está atrapado con ellos hasta que Jake cambie de decisión, porque no lo quiere dejar solo con Addie, Brad y Brad Jr.
-¿Brad Jr.? –inquirió ella, confusa.
¿Qué mierda? pensó.
Había olvidado contarte eso… pensó él, volteándose para conversar con ella mirándola a la cara.
-Es que… Bueno, la razón principal por la que me fui al departamento tan rápido fue porque encontramos a Addie desmayada con una prueba de embarazo positiva en su mano.
-¡¿Qué?! –exclamó ella- ¿Y no es tuyo?
-No…
Algo de la tristeza que había sentido cuando vio la prueba con sus propios ojos volvió a él, con toda su fuerza, como hacía días que no la sentía.
-Lo siento –susurró ella, sin saber qué decir.
-No importa –musitó él.
Iba a suceder algún día de todos modos pensó él, dándose cuenta de ello por primera vez.
Si hay algo que pueda hacer… comenzó ella.
-Ya lo estás haciendo: Acompañarme. Es lo mejor que puedes hacer –susurró él, mirándola a los ojos con una sonrisa.
Amelia también sonrió, algo incómoda: Acaba de darse cuenta de lo cerca que estaban, cercanía de la que él se percató al percibir algo de los pensamientos de la pelinegra.
-V… Voy a poner a saltear la carne –musitó él, tomando la bandeja de carne, cuidando de no tocar a la adolescente.
-Yo voy a poner los vasos… -farfulló ella.
Se miraron y se rieron.
No pasa nada pensó Billie, ignorando lo incómodo que había sido. Pero ¿por qué no me di cuenta?
Para su suerte, Amelia estaba lo suficientemente distraída como para escuchar sus pensamientos… O simplemente no dijo ni pensó nada al respecto.
-¿Hay algo que no puedas hacer? –le preguntaba ella a Billie, unos minutos después, ya en la mesa.
-¿A qué te refieres? –El hombre lucía extrañado.
-Eres músico, padre y cocinero –se explicó ella, con simpleza.
No pude terminar los estudios pensó él, sintiéndose, por primera vez en su vida, verdaderamente avergonzado de ello.
Eso no cuenta, ya estabas en último año lo excusó ella, sacándole una leve sonrisa al guitarrista.
-Bueno, ¿qué quieres ser tú cuando termines el colegio? –preguntó él.
-Quiero ser doctora –respondió ella, sin dudarlo-. Me gusta ayudar a la gente y ahí me pagarán por ello, así que la carrera me atrae. –Él rió.- En fin, ¿qué hubieras hecho tú si no hubiese existido Green Day?
Algo en ella le demostraba a Billie que quería hacerle esa pregunta hacía un buen tiempo, quizás antes de conocerlo. Fue por eso que se pensó bien la respuesta.
-Probablemente habría creado otro grupo con Mike –contestó Billie-. Mismas canciones, misma familia, mismos amigos… Sería todo igual, sólo que con otro nombre.
Ella asintió, conforme, tras lo que la conversación prosiguió durante todo el almuerzo, el cual no pudieron terminar; habían cocinado de más, por lo que mucha comida sobró. Decidieron guardar todo en el refrigerador, tras lo que se dirigieron al living, donde comenzaron a conversar acerca de otro tema de importancia: La conexión.
-Esto no tiene ninguna explicación lógica –musitó Billie, luego de varias teorías.
-¿Cómo va a haber una explicación lógica a algo que no tiene lógica alguna? –preguntó ella, con una irónica sonrisa.
-Ya, en eso tienes razón, pero debe haber algo que explique el por qué sólo me pasa contigo… Mejor dicho, debe haber algo que explique el por qué pasa esto…
Ella asintió, pensativa.
-Lo que no entiendo es lo de los acordes. ¿Quiere decir que podemos leernos la mente desde lejos? –susurró ella.
Un escalofrío recorrió la espalda de Billie. No le gustaba la idea de que alguien pudiera entrar a su mente y hurgar en ella a su antojo. No era que ocultase mucho en ese momento, pero había cosas de su pasado que prefería no recordar y que prefería que no se supieran.
-Si es así… No me gustaría que empezaras a intrusear, ¿sabes? –intentó bromear él.
-Lo mismo digo –musitó ella.
Silencio.
-¿Por qué no probamos el alcance de esto? –preguntó ella. Él la miró extrañado- Yo voy a ir alejándome de acá pensando en alguna melodía que no conozcas y tú la tararearás lo suficientemente fuerte como para que yo te escuche. Cuando no “escuches” más, me avisas de algún modo, ya que ese sería el límite.
Él sonrió.
-Ok, probemos.
Billie se dirigió a la entrada del departamento, mientras que ella se dirigía al fondo de su hogar, pensando en la melodía que se le había ocurrido la noche anterior. El hombre comenzó a tararear casi de inmediato, sin saber qué melodía era. Le gustaba, bastante, y se sentía molesto consigo mismo por no haber pensado él en eso. Estaba bastante buena para una canción.
¿Sabes? Llegué al balcón y aún estás tarareando escuchó él en su cabeza. Necesitamos un lugar más grande.
Él suspiró.
Probaremos otro día pensó él, mientras ella volvía al living comedor.
-Amy, ¿qué canción era? –preguntó él, cuando ella ya estaba frente a él.
-No lo sé, es la melodía que pensé anoche. ¿Por qué? –contestó y preguntó ella.
Billie sonrió.
-Porque esa es Whatsername.

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