Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

sábado, octubre 01, 2011

Wake me up when September ends - Capítulo 21: We're RUNNING OUT of TIME



-Billie Joe, es realmente excitante encontrarte aquí en el estudio, justo después de que hayas terminado tu primera grabación. ¿Cómo se siente?
Me encontraba sentado en medio del maldito campo de centeno de siempre. Los colores, como siempre, saturados. Y, frente a mí, una mujer, que se me hacía vagamente familiar. Tras un rato de mirarla aturdidamente, la reconocí como la mujer que me había entrevistado tras haber grabado mi primera canción, a los cinco años. Y ahora que lo pensaba, estábamos a la misma distancia, en los mismos asientos, y ella tenía la misma grabadora en su mano. La única diferencia, era que yo ya no tenía cinco años, y que nos encontrábamos en medio de mi ya odiado campo de centeno.
Y fue así que me di cuenta:
-Aún estoy vivo, ¿no?
-Sí, aún no termina todo, cariño.
La miré, esperanzado.
-¿Aún no termina? –Negó.- Pero ¿estoy a punto? ¿Esto es el final?
-Digamos que aún falta todo el juicio moral que viene por haberte matado –se explicó ella, con una sonrisa-. Suele adaptarse a la persona… En tu caso, una entrevista. Una larga entrevista.
Maldije.
-Me maté porque estoy harto de mi vida, ¿y ahora me harán recordarla? –Asintió.- ¿Si me mato aquí, me hacen hacerlo de nuevo?
-¿Y con qué piensas matarte aquí? –preguntó, irónicamente.
Miré a mí alrededor. Por primera vez, noté un riachuelo que corría a pocos pasos, en el cual se veían nadar a unos cuantos renacuajos. Consideré correr y ahogarme ahí, pero la profundidad era poca, y morir ahogado no era algo que me atrajera. Había elegido las píldoras (de una forma casi inconsciente) porque morir sería como quedarse dormido, y ahogarse requiere estar consciente durante toda la partida.
-¿Toda mi vida de nuevo? –pregunté, sintiendo cómo las lágrimas se agolpaban en mis ojos.
Negó.
-No toda tu vida, cariño. Sólo lo importante.
Suspiré, mirando a mí alrededor. Noté que el sol comenzaba a salir. Algo me decía que este “juicio” duraría hasta el anochecer. Pero bueno, sólo serían unas cuantas horas más de existencia, unas cuantas horas que simplemente transcurrirían en mi mente, ya que en la realidad no pasarían más de treinta minutos. Y parecían valer la pena.
-De acuerdo…
La mujer se sonrió.
-Entonces… Billie Joe, es realmente excitante encontrarte aquí en el estudio, justo después de que hayas terminado tu primera grabación. ¿Cómo se siente?
Recordé la entrevista real. Y pese a que habían pasado más de treinta años, la misma sensación de ese momento me embargó, y no me costó nada recordar la palabra que utilicé esa vez:
-Maravilloso.
Lo que siguió fue un fuerte viento, tras lo que escuché a la distancia el sonido de una batería. Intrigado, me puse de pié.
-¿Puedo? –le pregunté a la entrevistadora.
Se sonrió.
-Este lugar es tuyo, puedes hacer lo que quieras.
Así que me paré y me dirigí hacia la batería, donde me sorprendí de encontrarme a mí mismo, de unos ocho años, viendo como mi padre tocaba la batería. Contemplé maravillado a mi padre, mucho más vital que como se veía en los últimos recuerdos que recolectaba de él. Y vi en mi joven yo la misma expresión que tenía yo en ese instante al observar cada gesto y seguir cada movimiento: Felicidad.
-¿Listo para intentar? –me preguntó, parándose, para tomar en brazos al Billie Joe de ocho años, quien levantaba sus brazos de dicha gritando “sí”. Iba a ser la primera vez que tocara la batería de mi padre. Mi memoria, empañada por la alegría, me permitía recordar que se había sentido genial, pero ahora, escuchándome de un modo más objetivo y, en cierta forma, omnisciente, me daba cuenta de los motivos que tuvo mi padre para insistir tanto en la guitarra. No pude evitar reír como hacía tiempo que no reía, sin culpas, al contrario de todas las risas que había compartido con Sarah la semana pasada.
-¿Te arrepientes de que tu padre no te haya exigido más en la batería?
Negué, aún sonriendo, casi sin inmutarme por la súbita aparición de la entrevistadora a mi lado.
-Mejoré de grande. Y la guitarra era lo que de verdad era para mí. –Vi cómo mi padre me tomaba los brazos para que tocara un ritmo simple y continuo, y vi cómo yo intentaba emularlo, sin muchos resultados.- Papá eligió bien. ¿Te imaginas si yo le hubiese dicho a Mike que tocaba batería, en vez de guitarra? Habríamos creado nuestro grupo de inmediato, y habría apestado de verdad.
-Ah, ¿te refieres a este momento? –preguntó ella, señalando algún lugar tras ella por sobre su hombro.
Miré por sobre su hombro, para encontrarme con la cafetería de mi escuela, tal cual, sólo que sin techo y sin la pared que debería dar hacia mí. Con la entrevistadora a mi lado, caminé hacia allá, encontrándome con una fila de niños con bandejas, esperando que les dieran el almuerzo.
-Hey, ¡ahí estoy yo!
Me encontraba casi al final de la fila, que era mucho más corta de lo que recordaba. Y esta vez pude reconocer a Mike, unas cuantas personas más delante de mí. Fue entonces que me di cuenta de un pequeño detalle.
-¿Por qué algunos niños no tienen cara?
Mi acompañante revoleó los ojos.
-Porque no recuerdas sus rostros, obviamente. Te dije que sólo recordarías lo importante. Si no los recuerdas, no fueron importantes.
Alcé una ceja.
-Recuerdo cuántos lápices tenía en mi estuche del primer día de clases, pero no creo que eso sea importante –comenté.
-Pero para ti sí lo es, por eso lo recuerdas –me explicó, con una sonrisa que me hizo sentir levemente retardado. Pero no me importó, ya que me di cuenta que la fila había avanzado un montón en esos últimos segundos, y que yo me encontraba encabezándola, con la bandeja ya llena.
No me costó recordar lo que pasaba por mi cabeza en ese instante: ¿Dónde mierda me sentaba? Avancé un par de pasos hacia una de las mesas redondas, para detenerme y voltearme hacia otra mesa, intentando encontrar alguna vacía. Pero todas estaban ocupadas por dos o tres personas, por lo menos. La excepción era una mesa ubicada al centro de la cafetería, donde se encontraba sentado un niño flacucho con el pelo cortado como si la peluquera hubiese usado un tazón de molde: Era Mike.
Mi yo-niño miró a todos lados, para asegurarse que no hubiera ninguna otra mesa libre. Si bien Mike estaba en mi paralelo y yo hablaba con gente de ahí, jamás habíamos interactuado directamente, y no se me ocurría nada que pudiésemos tener en común. Así que el acercarme a su mesa fue algo que me costó, y bastante.
-¿Me puedo sentar? –le pregunté.
Mike me miró, y recién ahora me vine a dar cuenta que parecía estar tan nervioso como yo. En su momento, yo creí que estaba totalmente desinteresado de su entorno, que fue lo que me atrajo de él en un principio. Ahora veo que, al igual que yo, mi amigo era un neurótico de mierda. Me sonreí.
-Claro –respondió, sacando su mochila de encima de la mesa, permitiéndome sentarme a su lado, a cierta distancia, por supuesto. Pero, antes de que su mochila desapareciera debajo de la mesa, yo había logrado ver un rayado de esta.
-¿Te gusta Black Sabbath? –le pregunté, comenzando más a interesarme en esta persona que en mis nervios.
Y así empezamos a conversar. Me sonreí y me alejé por el centeno, ya que no necesitaba ver más: Recordaba a la perfección la conversación, junto a cada gesto de mi amigo y cada pensamiento que se había cruzado por mi cabeza.
-¿Ya sospechabas que sería tu mejor amigo?
Negué, sin detener mi andar.
-En un principio creí que simplemente había encontrado alguien con quien pasar mis almuerzos. Pero para el final de esa semana ya me había dado cuenta que teníamos algo… ¿Cómo le decía mi madre? “Especial”.
Me detuve, al darme cuenta que ya no quedaba centeno a mi alrededor, sino que había madera por piso. Extrañado, volví a levantar la mirada, para encontrarme a mí mismo en el interior de una iglesia, donde me vi llorando junto a un ataúd, con mi David y mi madre a mi lado. Sentí un retorcijón en mi estómago y la repentina sensación de estar encerrado en un lugar muy estrecho. Era, obviamente, el funeral de mi padre.
Y, tal como había querido hacer originalmente, eché a correr a la salida de la iglesia, para volver al campo de centeno, que, por primera vez, me daba seguridad y conforte. Me dejé caer de rodillas.
-Nunca superaste la muerte de tu padre.
No me lo estaba preguntando.
-Lo sé –murmuré-. Fue un golpe duro, tenía sólo diez años, y, de un día a otro, toda la dinámica familiar cambió.
Dejé que las lágrimas fluyeran libremente. Extrañaba a mi padre, más de lo que me gustaba admitir. Tras su muerte, mi modelo a seguir era Allan, quien estaba comenzando su propia familia en esa época. Por consiguiente, me quedé sin un guía de vida, arreglándomelas como podía…
Y ahora me encontraba ahí, recordando toda mi vida tras mi suicidio. Tal parecía que no lo había hecho bien.
Creo que hace falta aclarar que no estaba culpando a mi padre de todos mis males. Simplemente consideraba que su ausencia pudo haber influenciado un poco en las decisiones que había tomado a lo largo de mi desdichada vida. De partida, si él no hubiese muerto, quizás jamás hubiera conocido a mi Sarah, o, al menos, no habría llegado a conocerla tan bien, ya que no habría vivido en mi casa.
Tan idiota era: Aún después de muerto seguía diciéndole “mi Sarah”. Y ni siquiera era mía. Nunca más lo sería.
-Oh, al fin comienzas a arrepentirte.
Negué.
-No estoy arrepintiéndome. No me arrepiento de haberme matado. A lo más me arrepiento de no haber estado más tiempo junto a ella –murmuré.
-Como quieras. –El tono de la entrevistadora era bastante burlón, lo cual no me agradó: Yo le estaba hablando en serio.- No sé por qué te enojas tanto conmigo, si, al menos según tú, estoy en tu cabeza.
-Bueno, lo estás, qué quieres que te diga. Aún no creo que esté completamente muerto, creo que voy para ello y que luego veré la otra vida, o desapareceré en la nada –me expliqué-. Creo que me enojo porque estás mostrando ser la parte de mí que odio.
Se sonrió.
-No, Billie. La parte de ti que odias es la parte a la que mataste; la parte de ti que odias eres tú.
No me di el trabajo de contestar, simplemente me paré, me limpié un poco los pantalones (se me habían enterrado varios trocitos de centeno), y me dirigí hacia una dirección cualquiera. Todo a mi alrededor era igual, ya no veía el arroyo que había visto en un comienzo.
Y caminé. Y caminé más. No sé por cuánto rato. Me di cuenta que el sol ya estaba exactamente sobre mí, lo que indicaba que ya estaba en la mitad del día. Si mi teoría de que moriría cuando ya fuera de noche, me iba quedando menos tiempo en esta mierda de mundo. Al fin.
Sentí que el piso era diferente, por lo cual bajé la mirada. Ya no había centeno, sólo tierra. Extrañado, volví a levantar mi vista para ver lo que había al frente, y me encontré con que ya no estaba en mi campo de centeno, sino que estaba en una vieja plaza que reconocí como la plaza que estaba al lado de mi escuela. No tardé mucho en localizarme sentado en uno de los columpios, junto a una chica pelirroja. Se me aceleró un poco el pulso al recordar qué ocurrió esa vez.
-Billie, ¿estás bien? Andas raro…
-Jenny, tengo que decirte algo –soltó el yo adolescente, en un atropellado farfullo.
-¿Sí? –Asentí, rápidamente.- ¿Qué cosa?
Giré el columpio para quedar mirándola. Ella me imitó, causando que quedáramos cara a cara. Recuerdo que no era capaz de decir lo que quería, pero que no había importado, porque Jennifer me había entendido. Ambos acabábamos de cumplir los catorce años, pero no nos interesaba ser tan jóvenes. En un tímido movimiento me acerqué un poco hacia ella, para luego detenerme. El infierno mental era demasiado como para atreverme a seguir adelante. Pero ella tenía la mente despejada, y me conocía lo suficiente como para acortar la distancia y darme un corto beso. Mi primer beso.
Suspiré. No podía creer que algo tan mágico como eso se hubiese convertido en la mierda en la que terminó. Jennifer era manipuladora, y tardé un buen tiempo en darme cuenta. Bueno, tardé unos tres meses, pero para un adolescente con déficit atencional de catorce años, esos tres mese fueron larguísimos.
Pasó algo raro: Jennifer y el Billie joven desaparecieron con un suave “pop”, para ser reemplazados por otro Billie y otra Jennifer, que parecían ser de varios meses más adelante. Ahora sólo yo estaba sentado, y el lugar estaba más oscuro.
-Vamos, Billie, aún no me superas, ambos lo sabemos.
-Dios, Jennifer, entiende, ya no siento nada por ti –mascullé.
Recuerdo haber querido decirle que era una idiota, que no merecía estar con nadie, pero mi naturaleza de “niño bueno” me lo había impedido…
-¿Ah, no? ¿Y por qué no estás con nadie ahora?
-Pues porque no soy tan fácil como para meterme con cualquiera, habiendo terminado hace menos un mes contigo, cosa que a ti no parece importarte.
… Pero esa naturaleza no se aguantó la tentación de echarle en cara a mi ex novia el hecho de que yo sabía que ya se había metido con otro sujeto de mi clase. No obstante, no se notó para nada ofendida.
-No es ser fácil, es, simplemente, saber lo que se quiere.
Me reí. Analizándola con mi mentalidad actual, Jennifer era una idiota que veía mucha televisión. Pero en ese momento me asustó, y bastante, y luego recordé que era porque no sabía lo que quería.
Mi yo-joven se paró y se acercó a ella.
-Quiero ser feliz. Y eso es algo que nunca podré ser contigo –murmuré.
Y me fui, caminando enojado, lo cual no logré comprender hasta que recordé todos los acontecimientos que precedían y sucedían a esa conversación.
Esa tarde… Era una tarde de fines de agosto. Esa tarde, me encontraba de mal humor, porque sabía que el nuevo novio de mi madre iría a cenar. Llegué a la casa y  me encerré en mi habitación, sin bajar a cenar. Fue por ello que tardé un par de horas en enterarme que ese novio le había pedido matrimonio a mi madre después de la cena, lo cual causó que saliera furioso de la casa. Tras ello, caminé un par de cuadras…
Recién en ese instante de mi recuerdo noté que ya no estaba en la plaza, si no que en la calle que recordaba. Y me vi a mí mismo sentado en un borde de la vereda, frente a una chica, de cabellos castaños, quien parecía estar en una situación similar a la mía. Era Sarah. Esta era la noche que había conocido a Sarah.
No estoy seguro que pasaba por mi cabeza. Probablemente estaba necesitado de compañía y apoyo, de quien viniera, y ella me pareció una buena idea. Sólo sé que me senté a su lado y nos pusimos a hablar.
Y luego nos paramos, y caminamos juntos hasta el final de la calle. Ella dobló a la derecha, y yo a la izquierda.
Pero, por algún motivo, tras un par de pasos, sentí algo muy extraño. Era la primera vez que un impulso pujaba tanto por salir, y fue la primera vez que me dejé guiar ciegamente por éste: Di media vuelta y corrí hacia ella, para tomarla por el brazo y voltearla, y, antes de que lograra reaccionar, besarla.
-Bienvenida a Rodeo, Sarah –le había dicho-. Nos vemos en la escuela el lunes.
Y me vi a mí mismo alejándome corriendo, con una sonrisa en mi rostro.
-¿Por qué lo hiciste?
La entrevistadora acababa de materializarse a mi lado, y su voz demostraba la más pura de las curiosidades. Supe al instante que fue porque ni siquiera yo me había hecho esa pregunta alguna vez.
-Porque aún sin conocerla, aún apenas sabiendo su nombre, la encontré fantástica.
La respuesta salió de mis labios apenas ella terminó de hablar, lo que me indicó que era una respuesta honesta de mi corazón, que yo había sabido todos estos años, pero que nunca había tenido la necesidad de formular.
-¿Crees en el amor a primera vista?
Me sonreí, y cerré los ojos, recordando la sensación de ese beso robado una vez más, ese beso robado que repetí en mi cabeza tantas veces antes de idear el idiota plan de convertir a Sarah en mi novia falsa para espantar a Jenny.
-¿Sabes? Nunca lo vi así.
Volví a abrir los ojos, y volvía a estar en mi campo de centeno, pero el sol ya había avanzado más. Sonreí más ampliamente.
-¿Y cómo lo viste entonces?
-No lo sé. Me atrajo, sí, pero no lo vi como amor hasta que la separé de Jesus en el Gilman, varias semanas después.
Y esa respuesta también fue totalmente honesta. No sabía qué había sido lo que me había impulsado esa vez. Y ahora me moriría sin saberlo. Bueno, creo que podía decir que también me arrepentía de eso, de no haber descubierto en todos esos años que era lo que tenía Sarah que me hacía necesitarla y amarla tanto como lo hacía.
-No te entiendo –murmuró la entrevistadora-. Te arrepientes de no haber estado más con ella… Pero no piensas en tu familia en lo absoluto. Tenías todo. Tenías amigos, tenías a tu esposa, a tus hijos, a tu música, tu mayor pasión y que te proveía de un buen sustento, y de una vida con facilidades.
-Exacto, lo tenía todo. Ya no sé qué siento por Addie, creo que la quiero por mera costumbre. Mi música ya no me basta para llenar el vacío. Mike y Tré ya no confían en mí, y con razón. Y mis hijos… Uno no entiende nada, y estará mejor sin mí. Y el otro… El otro me está chantajeando para que me mantenga con mi esposa. Ya no podrá hacerlo.
-Todo eso pasó porque no supiste ser feliz con lo que tenías.
-Lo sé. El problema es que fui incapaz de ser feliz porque algo me faltaba.
Tuve un recuerdo repentino. Era una clase de filosofía. La clase era un caos, como de costumbre, pero Jesus estaba prestando atención, lo que no me dejaba otra opción que imitarlo, ya que era mi compañero de puesto
-Hay gente que tiene todo para ser feliz: Amigos, familia, trabajo… Pero, aún así, no son felices, y la gente no entiende el porqué. Y esa gente sufre de depresiones terribles, porque les falta algo, que no debería faltarles.
Tenía ganas de preguntar qué era ese algo. Pero me vi incapaz de procesar las palabras. Es decir, podía pensarlas perfectamente… Mas no podía decirlas. No podía coordinar lo que pensaba con mi voz.
Fue así que me di cuenta que el efecto de las pastillas finalmente llegaba a su punto máximo. Fue así que me di cuenta que todo estaba llegando a su inminente fin.
El salón de clases desapareció, y volví a encontrarme al borde del campo de centeno, junto al riachuelo. Finalmente era de noche, y la oscuridad era impenetrable. La entrevistadora no estaba, así que mi entrevista final ya había acabado. Gracias a las brillantes estrellas podía ver un poco, pero nada más allá de los dos metros. Pero no llegué a darme cuenta que no había luna. Escuché una pisada a mis espaldas, por lo cual me volteé, rápidamente.
Y la vi. Tan hermosa como siempre, más perfecta de lo que jamás imaginé. Y no pude evitar el quedarme embelesado mirándola, sin notar cómo uno de los renacuajos se convertía en sapo y se desvanecía en medio de su primer y único salto, sin notar cómo el centeno volvía al interior de la tierra, junto a los árboles, piedras y granos de arena al borde del riachuelo. Tampoco me di cuenta de cómo las aguas se recogían y desaparecían, y apenas sí vi como las estrellas se apagaban en el firmamento, tal como habían hecho mis estrellas de la suerte en algún tiempo pasado. Todo se estaba yendo, y lo único que quedaba era Sarah, mi Sarah, cuyos ojos azules me atravesaban. No tardaron nada en ser lo único que se veía en aquel paraje que ya hacía tiempo reconocía como mío. Mas no fue por mucho tiempo, ya que, más pronto que tarde, el resto de su cuerpo comenzaba a desaparecer, y sabía que no había nada que hacer para evitarlo.
Ese era mi arrepentimiento: No haberla devorado con mis ojos cada vez que tuve la oportunidad. Quizás sí lo había hecho, pero no había sido suficiente. Nunca sería suficiente, ya que sabía que jamás podría hastiarme de tanta belleza y perfección. Bueno, al menos ahora dejaría de preocuparme por esto y por todo lo demás. Después de todo, sabía que apenas sus zafiros se extinguieran, cesaría mi existencia.
Y pasó. Sus ojos fueron absorbidos por las penumbras de la nada. Y, con eso, todo se había ido. El dolor, la angustia, el sufrimiento, y el campo de centeno que era mi vida… Ya no quedaba nada…
Todo se había ido, en una sensación bastante similar al ser arrastrado sobre concreto, lo cual me parecía mucho mejor ahora, que durante las veces anteriores que tenía que ser Mike quien me arrastraba en medio de borracheras o similares. De hecho, ahora lo encontraba liberador. Sabía que apenas esto cesase, mi conciencia acabaría de extinguirse… O trascendería, si es que eso pasaba. Estaba básicamente muerto y no sabía si creía en la trascendencia del alma o no. Mejor dicho, no sabía si la quería. Pero creo que sí existía. Lástima, una eternidad entera para lamentarme por mi idiotez de mortal.
¿Y si ya era un ente abstracto? No tenía cómo saberlo. Me parecían sentir unos cuantos males de mi cuerpo, de aquel peso que me había contenido durante toda mi vida, y del cual recién me estaba liberando. Náuseas y arcadas, eran lo que más sentía. Probablemente era el efecto de las píldoras, lo que sentiría si estuviera consciente y totalmente ligado a mi cuerpo. Pero estaba desligándome, no debería aguantarlo por mucho más. Y luego…
Sentí una especie de arcada, que relacioné con la idea de que mi alma se salía de mi cuerpo, así que me dejé llevar.
Y tuve una súbita reconexión con mi cuerpo, en el que no sólo sentí las arcadas, sino que sentí cómo algo subía por mi garganta y salía. Sentía algo frío contra mis rodillas, y el fuerte olor de algo que reconocí como vómito.
Fue ahí que entendí que había cometido un grave error. Alguien estaba haciéndome vomitar. Esa arcada no era la ayuda necesaria para separar mi alma de mi cuerpo, si no que era lo que hacía falta para mantenerme atado a él. Esa arcada no iba a matarme. Esa arcada acababa de salvarme la vida.
¿Podría realmente tener tan mala suerte?
-¿POR QUÉ LO HICISTE?
-No pude. No pude más. No pude aguantar más todas las mentiras, ni los pensamientos, ni las ideas, ni los deseos, ni los sentimientos, ni mi cuerpo, ni mi casa, ni nada.
Bueno, eso es lo que quería haber dicho. Lo que en verdad dije fue alguna especie de farfullo incomprensible. Todo lo que sé, es que las lágrimas no tardaron en rodar por mis mejillas.
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Perdón la demora! si tan sólo supieran qué tan bloqueada estaba, se sorprenderían de saber que avancé las 2 páginas que me faltaban en tan poco rato hoy. Pero al fin, tras más de una semana sin ser capaz, pude escribir! Y va faltando menos para el final, que, por desgracia, no alcancé a subir al final de Septiembre. Pero subí cap al fin de Septiembre, así que yay (?) Bueno, tengo sueño, soliloquio, me arrepentiré mañana de haber publicado el cap así y sin haberle agregado las 2412380 ideas que quedaron en mente, pero que, lamentablemente, ahí tendrán que quedar.
Sting, sting!

11 comentarios:

  1. ''Miré a mí alrededor. Por primera vez, noté un riachuelo que corría a pocos pasos, en el cual se veían nadar a unos cuantos renacuajos.''
    JAJAJA, aparición estelar(?

    ''-Pero para ti sí lo es, por eso lo recuerdas –me explicó, con una sonrisa que me hizo sentir levemente retardado. ''
    plaff xd
    ''sin notar cómo uno de los renacuajos se convertía en sapo y se desvanecía en medio de su primer y único salto''
    Dios, JAJAJ xD

    Tenía que citar eso(?, una de dos, o no lloré cuando parecía que moría porque tengo mucho sueño como para reaccionar, o porque estaba convencida de que no moría porque no era el último cap... creo que ambas(?), pero ¿¡QUIÉN LO SALVÓ!?, fue Sarah? :eyerbrows: (así es el icono? xd)

    sajksj, quiero cap :c

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  2. aksdjaksdj asd pobrecito, ni matarse le resulta bien :(
    Qién lo habrá encontrado? :O asd ojalá su super experiencia con el más allá (aunqe fuera solo su mente, whatevah xd) le sirva para darse cuenta qe DEBE estar con Sarah y pico con el resto, total... si estuvo dispuesto a matarse sin pensar en su "familia" igual podría intentar ser feliz 8) poco egoista... xD adsads qiero qe terminen juntos 8( xD! y eso, no estés tan bloqeada ): :D
    (L)

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  3. eres una genio es grandioso es como si pudieras entrar en la mente de muchos!!! No me lo pierdo x nada del mundo "Ataque Ezcrisofenico" genial todo mundo deberia tener uno de vez en cuando :)
    espero qe se qede con Addie!!
    No tardes mucho en subir!!! PORFAAAS!!!

    victoria Concha

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  4. oh my god!
    no lo creo.. me paltee, ya que bueno...
    el ultimo capq ue lei decia que el se tomsaba las pastillas de su hijoq ue estaban masl compradas jajajaja

    y todo se habia descubierto no?¿?
    tambien tengo blog, pero no lo uso... me ayudas con eso?
    aun nos e nada ad esto!


    buen cap, ahora lo leo... bye!

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  5. Esta es la mejor jodida historia que he leido en toda mi vida *-*
    Realmente creo que deberias dedicarte a escribir - no simplemente a cosas de green day, sino cualquier cosa - dios mio, esta mierda es akshannakahsnaakjdjjabaa GENIAL *.*
    Just saying :)

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  6. ¿¿¿¿¿¿¿¿¿QUIEN LO ENCONTRÓ??????????
    NECESITAMOS EL PRÓXIMO CAPITULO AHORA!!!!

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  7. OMFG!!!!!!! QUIEN LO HABRA ENCONTRADO????
    Me encanta tu fic!la vengo leyendo desde mitad del año pasado, pero por a o por b, nunca habia comentado :(
    Me muero de la intriga...please sube cap pronto!!! te juro q pense q se nos iba BJ!!!!

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  8. AMANDA TE ESTOY ESPERANDO XDDD naaah sabes que apenas subas leo pero como maniática wn xD y eso


    DEJA A BILLIE Y SARAH JUNTOS Y POR FAVOR QUE BJA SEA FELIZ ALGUNA VEZ EN ESTA HISTORIA XDD

    soy la yess xD

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  9. OH MY GOD!!!!!! CREO QUE ME VOY A MORIR SI NO SUBES PRONTO!!!!!!!! DEJa a Billie y a Sarah juntos!!! please!!!. Yo me pongo en el lugar de Sarah, como habra sufrido viendo a BJ seguir adelante, formar una familia y ella mas sola que un arbol! Bueno espero que subas pronto. Besos

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  10. CuandoElProximoCapitulo?

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  11. ajjaja em encato tu nuevo cap, pobre billie te juro que me da una re pena y cada vez que alguien toca el tema de su padre me pone mal a mi es horrible perder a un padre a esa edad. tambien sonrei recordando el momento de que el y mike se conocieron eran tan chiqitos y hoy en dia siguen asi de amigos jajajaj no se por que se quiere sucidar tiene una familia hermosa y tiene a sarah yo quiero que terminen juntos aun que ya tu vieron su noche de accion y quiero que se repita que de una vez esten junto como antes cuando tenian 15 años. dios amo tu fic ajjaja ya hace bastante tiempo que la tienes y la verdad la amo es genial ademas no te olvidas de ningun detale de la vida de billie joe jajjaaj bueno espero que el proximo sea mejor, ya que billie no le hace efecto las pastilla y puede vivir otro vez, como decearis que joey apoyara a su padre igual lo entiendo por que quiere seguir con su familia unida.y ya uiero prox cap!!!!!!!!

    Pd: enidio tus imagenes cm las editas. me puedes decir que programa usas? espero turespuesta

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