Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

domingo, junio 19, 2011

Dearly Beloved - Capítulo 5: En la oscuridad de la noche.

Febrero - 1988
            Juliet y Mike comenzaron a salir de inmediato y era sabido por toda la escuela. No me importaba, éramos sólo amigos. Sin embargo, ni Billie Joe ni nadie me creía.
-Admítelo, es extraño que seas su mejor amiga y no sientas nada de celos -insistía Billie Joe.
-¡Te digo que no siento nada por él! -exclamé, harta de la situación.
-¿Y quién dice que sí? Me refiero, a que como amiga, deberías sentir un poco de celos -dijo Billie, extrañado de mi reacción-. ¿Sientes algo por Mike?
-¡No! -le dije casi gritando.
            La verdad era que hacía un tiempo ponía en duda mi afirmación, que intentaba saliese sincera. Algo me impedía mirar a Mike con los mismos ojos de antes. Ahora se sentaba con Juliet, al otro lado del salón y, sin darme cuenta de lo que hacía, me encontraba a mí misma mirándolo embobadamente, cada vez que hablábamos me quedaba mirando fijamente el destello de sus ojos azules y la única forma de salir de ese trance era escuchando su voz, que funcionaba de “despertador”. ¿Qué me pasaba? ¿Me gustaba mi mejor amigo?
            De eso ni hablar, me repetía mentalmente una y otra vez. No podía permitirme eso. No podía permitir que un extraño impulso arruinase mi amistad con Mike.
            Comencé a dejar el asunto de lado, comencé a olvidarme de eso, pero debía admitir que había momentos en los que estaba segura que Mike me estaba mirando. Ahora estaba paranoica, genial. Estaba segura de que más del 50% de esas “miradas” que él me lanzaba eran producto de mi imaginación.

            Juliet ocupaba gran parte del tiempo de Mike, por lo que yo y Billie nos volvimos un tanto más cercanos. Ambos nos sentíamos un tanto abandonados y aburridos. Mike parecía querer estar con nosotros, pero Juliet era bastante exigente y celosa. Billie llegó a insinuarme que ella estaba celosa de mí, cosa que no creí posible.
            Una fría y oscura noche me encontré a mí misma sin poder dormir. Debían ser alrededor de las once de la noche y yo estaba tirada en el piso de mi alcoba, aún vestida y leyendo. Era bastante cómodo estar en esta posición.
            Algo golpeó mi ventana. Me reincorporé extrañada, mientras una segunda piedra golpeaba mi vidrio. Abrí la ventana y vi, iluminado por la luz de mi habitación, a Mike, que ya apuntaba con otra piedra a mi ventana. Se veía bastante alegre. Me indicó por señas que bajara y yo, aún sin comprender que ocurría, obedecí. Me puse una chaqueta y salí de mi habitación, sin hacer ruido. Mis padres y mi hermana mayor dormían y no quería despertarlos. Ellos realmente no aprobaban mi amistad con Mike, por lo que no creí que les gustara que saliese en medio de la noche con él.
            Bajé la escalera, con extremo cuidado de no pisar fuerte aquellos peldaños que crujían más que los otros. Afortunadamente, nada interrumpió los ronquidos de mi padre, lo que indicaba que arriba no se había oído nada.
            Llegué a la puerta principal y la abrí, saliendo a la fría, fresca, estrellada y oscura noche, que me despejaba realmente. Caminé hasta donde Mike se encontraba, quien me saludó tan animado como siempre.


            Billie Joe caminaba por la oscura noche. No tenía la menor idea de donde estaba, simplemente dejaba que sus pies lo guiasen. No le importaba ni le preocupaba. Tenía que pensar, debía ordenar en su cerebro lo que le contaron en cuanto llegó a su hogar.
            Hacía bastante tiempo que su madre tenía un novio. Ni a él ni a ninguno de sus hermanos le agradaba el sujeto. Todos creían que Ollie Armstrong sólo quería olvidarse de su padre y que eso era una traición hacia él. Sin embargo, Billie tuvo que salir corriendo de su casa en cuanto supo que iban a casarse. Nadie intentó detenerlo. Si fuesen menores, sus hermanos igual habrían corrido.
            Siguió caminando y divisó dos figuras a la distancia. Decidió acercarse un poco. La luna llena iluminaba el terreno y un extraño impulso le decía que debía ir a ver quienes eran. Sonrió. Denisse y Mike. Iba a saludarlos, pero algo más le decía que no debía, que debía mantenerse al margen ésta vez. Sólo se acercó lo suficiente como para oír lo que decían y se ocultó tras un solitario árbol
-¡Hola, Denisse! -saludó Mike. Lucía feliz.
-Hola, Mike... ¿qué te trae por aquí? -saludó ella, tan extrañada como Billie. Mike apenas podía salir últimamente. Juliet era demasiado posesiva.
-Nada, quería celebrar la libertad -dijo Mike, sonriendo. Ella lo miró más extrañada aún-. Terminé con Juliet, no me dejaba hacer nada -explicó.
-¿En serio? -preguntó Denisse. Algo le dijo a Billie que estaba igual de alegre que su amigo... y no sólo por la alegría de él. Más de una vez la había pillado mirando perdidamente a Mike en clases.
-Sí. Soy libre para lo que quiera -dijo él, con una sonrisa.
            Sucedió bastante rápido. Antes de que Denisse se diese cuenta, antes de que Billie lo notase, Mike la sujetó por la cintura y la besó. Billie se llevó las manos a la boca, conteniendo una exclamación de sorpresa. Después de todo, eran sus dos mejores amigos y los dos se la pasaban negando que sentían algo el uno por el otro. Al parecer, él no era el único sorprendido en la escena. Denisse lo miraba sorprendida.
-¿Qué...? -logró decir, con un hilo de voz, mientras retrocedía un paso o dos.
-Den... hace un tiempo dejé de verte como una amiga y has pasado a ser algo más para mí. Cuando estaba con Juliet, me encontraba pensando en ti. Cuando ella me besaba, esperaba que fueses tú. He tenido sueños en los que ambos volábamos de la mano y... entenderé si quieres que seamos sólo amigos o que quieras alejarte de mí, pero al menos tengo el alivio de que te lo dije -dijo Mike, rápidamente, apenas tomando aire.
            Billie miraba sorprendido desde donde estaba. Nunca se había imaginado ningún escenario en el que Mike dijese esas cosas, en especial por su política de “ahorrar palabras”. Y ahí lo tenía, Mike Dirnt declarándose, utilizando expresiones que Billie no había oído nunca y que habían quedado, extrañamente, grabadas en su mente. Denisse miraba a Mike igual de shockeada. Billie estaba seguro de que ella se negaría o algo, por lo cual casi se desmayó al oír su respuesta.
-Mike... creo que también siento algo por ti -dijo Denisse, un tanto avergonzada y con cierto tono de alivio en su voz.
-Entonces podríamos intentarlo -dijo Mike, acercándose un poco a ella. Billie no lo podía creer. Decidió irse, prefería enterarse de lo sucedido por Mike o Denisse que por espiarlos.


            No lo podía creer. Mike realmente sentía lo mismo que yo por él. No podía ser cierto, pero lo era. Volvió a acortar la distancia y me volvió a besar. Ésta vez yo estaba preparada y le devolví el beso.
-Mike... ¿qué haremos con Billie y todos los demás? -dije yo, objetivamente, apoyando mi cabeza en su hombro, mientras él me abrazaba. Extrañaba esas sensaciones y estaba segura que no habían sido tan fuertes con Liam.
-¿Qué pasa con él? -preguntó Mike, intentando ocultar la preocupación en su voz.
-No sé... es sólo que...
-No quieres que cambie la amistad entre nosotros -dijo Mike, un tanto agobiado-. Sí, tienes razón... ¿Qué tal si lo dejamos en secreto?
            Se me encogió el corazón. Era lo único que podíamos hacer, sólo por miedo a la opinión de nuestros amigos. Me sorprendí al verme asintiendo.
-Sólo por un tiempo, hasta que estemos seguros de que lo nuestro irá bien -murmuré, sin alejarme de él. No quería hacerlo, nunca-. Pero necesito que me prometas una cosa.
            Él se separó un poco de mí para verme el rostro, mirándome con una sonrisa.
-Lo que quieras -me dijo, aún sonriendo.
-Que, pase lo que pase, seguiremos siendo amigos -dije, con una tímida sonrisa.
            Él acentuó su sonrisa. Me dio otro beso, más largo aún.
-Por supuesto -dijo él, besándome nuevamente.
            Nos tiramos en el pasto y nos quedamos hablando bajo la luz de las miles de estrellas y la luna hasta bien avanzada la noche, cuando nos quedamos dormidos abrazados. Desperté al rato después, mientras él seguía abrazado a mí. Vi la hora en mi reloj: Las dos cuarenta de la mañana.
-Mike... tengo que entrar -murmuré-. Y tú deberías irte igual, es tarde.
-No me quiero ir -dijo él, acomodándose más a mi lado-.
-Yo tampoco... pero debemos -dije.
            Sonrió y, con un gran esfuerzo, se paró. Me tendió una mano y ayudó a que me incorporase. Sin embargo, él me dio más impulso del necesario, por lo que terminé besándolo nuevamente.
-Ahora puedo irme -dijo en un tono bajo de voz.
            Se alejó del patio en el que estábamos, calle abajo. Yo suspiré y di un pequeño salto de emoción. Saqué la llave de la puerta de mi bolsillo y entré. Me saqué ahí mismo la chaqueta y comencé mi silencioso ascenso a mi habitación. Llegué, abrí la puerta y prendí la luz.
-¿Dónde andabas y con quién? -susurró mi hermana, sentada en mi cama. Casi me desmayé del susto.
-¿De qué hablas? -pregunté, también en un susurro, con fingida curiosidad.
-Vi que te despedías de alguien -dijo ella, suspicazmente-. Y parecían más que amigos.
-No tengo idea de que hablas -dije con un tono algo frío y nervioso. Si se enteraba, iría con el cuento donde papá, y era lo último que quería.
-De acuerdo -dijo ella, encogiéndose de hombros-. Buenas noches.
            Salió de mi habitación y yo suspiré de alivio. Estaba cansada. Ni siquiera me molesté en cambiarme de ropa. Me tiré encima de la cama y me dormí de inmediato.


            Billie seguía sin creer lo que acababa de hacer. Estaba intentando hacer una tarea, para distraerse. Acababa de llegar a su casa y había visto a su madre y a ese sujeto. No podía borrarse la maldita imagen de la cabeza y muchos pensamientos cruzaban por su mente. Quería descargarse, como fuese y empezó a escribir lo que sentía.
            Sin darse cuenta, acababa de escribir una canción. Miraba asombrado. Tenía todo en su mente, las notas, la melodía, el ritmo. Todo lo que faltaba era el título, que estaba poniendo. Acaba de tener una idea, una propuesta para Mike y esperaba que aceptase.
-Sólo nos falta una batería y voz -murmuró para sí.

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