Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

sábado, mayo 07, 2011

Simple Twist of Fate - Chapter sixty-one: From me to you.


Tengo todo lo que quieres, como un corazón que es, oh, tan fiel. Sólo llama por mí y te responderé con amor de mí para ti. Tengo brazos que ansían abrazarte y mantenerte a mi lado. Tengo labios que ansían besarte y mantenerte satisfecha…
FROM ME TO YOU – THE BEATLES

La semana se les hizo larga, pero no lo suficiente como para descifrar el lío en el que estaban metidos. Para empezar, no podían ir al departamento muy seguido, ya que sería sospechoso para Hal y volvería a poner las cámaras y micrófonos en el lugar, además de que tanto Addie como Joey sabían que no tenían TANTAS cosas como para demorarse tantos días en ordenar. Su excusa principal era que no sabían con qué quedarse y con qué no. Debido a ello, sentían que el tiempo no les alcanzaba.
Pero, cuando no estaban en el departamento, tanto a Billie como a Jenny los días se le hacían eternos. El lunes se iban de gira, pero, para su desgracia, los días pasaban lentos. Y, cuando estaban juntos, pasaban demasiado rápido, ya que desperdiciaban varias horas intentando descifrar aquellos encriptados documentos, encriptados documentos que no sólo estaban en anagramas o en tinta invisible, si no que escritos al revés o escondidos en imágenes, las que tenían que escanear, poner en algún computador y separar los canales de color. En fin, era bastante complicado, y usaban todo el tiempo que tenían juntos en eso, sólo para averiguar que habían más de treinta personas pendientes de todo lo que hacían, que la casa de Jenny tenía menos cámaras que la de Billie y la fórmula química de alguno de los venenos. Les era imposible saber cuál (después de todo, Billie apestaba en ciencias y Jenny dejó el colegio antes de llegar a pasar eso), pero la tenían en su poder y, al igual que todas las cosas útiles que encontraban, Billie la metió a la carpeta que llevaba en el bolso que cuidaba con su vida.
Y, justo cuando comenzaban a desesperarse por completo, el lunes trece de julio llegó.

-¿No puedes quedarte un poco más? –le preguntaba la niña a la mujer.
-Lo siento, Jess –musitó Jenny-. ¡Alégrate! Volveré a fines de agosto y no me iré de nuevo hasta después de noviembre.
-¿Lo prometes? –inquirió la niña, abrazando a su madre más estrechamente.
-Sí, lo prometo… Ahora, vuelve al auto que tu papá te está mirando enojado –murmuró la pelirroja, a sabiendas de que la mirada de Joey no era de enojo, sino que de tristeza-. ¡Anda!
La niña le dio un beso en la mejilla y se volteó, para correr al vehículo de su padre, donde también estaba Jack. Suspirando, Jennifer abordó el avión, en el que los chicos ya la esperaban.
-Próxima parada: Bangladesh –anunció Tré desde su asiento, alicaído; Brian no había podido ir. Finalmente, había comenzado su propia empresa de diseño de vestuario y tenía que estar en el local que había arrendado supervisando todo.
-Deberíamos dejar de ir a lugares que quedan tan a la mierda del mundo –sugirió Mike, quien iba sentado junto a Tré y delante de Billie y Jenny.
-A mí no me molestan mucho las giras –comentó Billie, apoyando su cabeza en el hombro de la pelirroja, haciendo que ella se sonrosara.
Mike suspiró.
-Tienen que hacer algo respecto a esto, ¿saben? –musitó.
-Después de que pase todo –susurró Jenny, acariciándole la mejilla a Billie.
-¿Todo qué? –inquirió el bajista.
Fue ahí cuando Jenny y Billie recordaron que Mike no tenía la más remota idea de que eran perseguidos por una corporación de psicópatas, por lo que empalidecieron levemente. Sin embargo, Billie logró disimularlo.
-Todo esto de las giras. Cuando acaben podremos hablar con Addie y Joey, o pensar bien qué hacer –se explicó, en el tono más sincero que pudo hacer, el cual bastó para convencer a su amigo.
El viaje a Bangladesh se les hizo bastante corto… En especial porque lo durmieron casi por completo y lo que no lo conversaron.
Así llegaron a Bangladesh, donde hicieron todo lo que tenían que hacer, para luego irse a Japón, China, Rusia, Corea, Tailandia y muchos, muchos, muchos, muchos países más. Jenny y Billie solían compartir la habitación de la mujer (después de todo, así tenían más privacidad) y Mike y Tré habían decidido que lo mejor era dejarlos tranquilos y que ellos se las arreglaran después.
Julio acabó, dándole paso a un agosto más caluroso aún, agosto que la escritora y los músicos pasaron separados. Ellos seguían recorriendo Asia, mientras que ella tenía que volver a Inglaterra, a hablar con Todd Haynes respecto a los últimos detalles de la película, además que debía firmar libros en Italia, Grecia y Alemania, para luego encontrarse con los muchachos en Holanda, para recorrer varios países más y luego volver a Estados Unidos.
Fue recién el veintidós de agosto cuando Jennifer y los demás se encontraron. Mejor dicho, fue ese día cuando Billie y Jenny se encontraron.
Sin que ella lo supiera, el guitarrista había abordado un vuelo que lo dejaría en Alemania, tras lo que se iría a Holanda con Jenny. Pero su idea era estar con ella a solas, aunque fuera por un par de horas.
Así que, tras averiguar la dirección del hotel y el número de cuarto de Jenny con Rob (quien lo había averiguado con Paul), Billie se separó de sus amigos y se dirigió al hotel. Entró al lugar y se dirigió a la habitación de la mujer. Con una sonrisa, golpeó la puerta.
-¡Voy! –exclamó Jenny, desde el interior.
En menos de medio minuto, ella abría la puerta del hotel. Lo miró, asombrada.
-¿Billie? –inquirió, aún mirándolo.
-¡Sorpresa! –exclamó él, pasándole la rosa roja que había comprado en el camino- De mí para ti. Me dejé caer por aquí antes de irme a Holanda, ¿te molesta?
Ella recibió la rosa, la olió y lo abrazó.
-Por supuesto que no. Pasa –le contestó, separándose de él.
Apenas cerraron la puerta, Billie la besó, dulcemente, como hacía tiempo que no la besaba. Jenny le devolvió el beso.
-Tengo todo lo que buscas, como un corazón que es fiel. Sólo llámame y te lo mandaré con amor de mí para ti –canturreó él, recostándola en la cama, a la vez que ella dejaba la rosa en el velador-. Tengo brazos que ansían sujetarte y mantenerte a mi lado –se acomodó sobre ella, rozando sus labios-. Tengo labios que ansían besarte y mantenerte satisfecha…
Fue ahí que ella lo besó, percatándose en el proceso de un hecho un tanto preocupante, hecho que ignoró desde ese beso hasta que llegaron a Holanda al día siguiente y se encontraron con los demás.
-Aquí estaba el desaparecido… Anda a hablar con Mike, necesita “compañía masculina” o lo más cercano, o sea, tú –fue el saludo de Tré, ya en el hotel que iban a compartir-. Por mientras, ¿cómo estás, Jenny?
Ella intentó sonreír, mas no lo logró.
-Necesito que me hipnotices –susurró, cabizbaja.
Tré la miró extrañado.
-¿Por qué? –inquirió.
-Porque… necesito… No, debo… Debo saber… -Suspiró.- Necesito saber si realmente amo más a Billie que a Joey.

No hay comentarios:

Publicar un comentario