Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

viernes, septiembre 16, 2011

El auto ambicioso.


Al igual que tantos otros martes anteriores, aquella casa roja con anticuadas ventanas era lo más entretenido a la vista, a menos que el profesor o los compañeros o el facsímil ya terminado llamen más la atención de una persona con la capacidad de concentración de un mosquito cuando está aburrida, como era mi caso. Había que hacer menos de quince míseros ejercicios. Menos de quince. Y aún no terminaban. Ni que fuera matemáticas.
Una mujer pasa al otro lado de la calle, a paso rápido, sin disfrutar del brillante sol que llevaba semanas sin anunciarse con tanta intensidad como aquel día. Envidia era lo único capaz de describir lo que sentía. Para colmo, el sueño amenazaba con querer ganar la batalla. Sumarle a ello el humor cambiante de los últimos días, causaba que lo único que quisiera fuera irme de ahí, y rápido.
Fijé la mirada en el facsímil, aquel conjunto de papeles que tenía sobre la mesa, junto a la ya vacía tacita de café. Tomé más firmemente aquel lápiz, y, junto al "1" que se encontraba al pie de la primera página, me puse a escribir versos de canciones que empezaran con la palabra "one". "One of these days I bet your heart will be broken", "One light, one mind, flashing in the dark", "One, twenty one guns", y varias más.
Esa era la situación la primera vez que lo vi. No fue una visión clara, pero sí fue repentina. Partió con una distraída línea diagonal en otro extremo de la hoja. Luego otra línea, y otra. Se le agregó una ventana, y dos grandes focos redondos. Se le hizo un camino, algo angosto, y un signo "STOP" a la izquierda. Montañas en el lejano horizonte, estrellas en el cielo, lluvia que caía de la nada, nubes que parecían cualquier cosa, más estrellas, limpiaparabrisas para la lluvia, un humeante tubo de escape, que formaba un espacio en el cual se escribió un trozo de una canción de The Smiths: To die by your side is such a heavenly way to die.
Miré a la creación. Remarqué las líneas del auto. Mi mirada volvió a desviarse a la ventana, y me puse a dibujar otra cosa.
A la noche siguiente, intentaba dormir, cosa difícil, ya que no había nada en lo que quisiese pensar. Ningún escrito inconcluso me atraía, y no había nadie ni nada que quisiera robar mis pensamientos durante la media hora que tardaría en dormirme.
Y ahí volvió a aparecer. Ahora estaba en una pared, pintado, parecía querer salir del plano. Se parecía más a un Ford Anglia, como el de Harry Potter y la Cámara Secreta, que en el dibujo original. Pero era el mismo auto, con sus mismos focos, y sus mismos limpiaparabrisas. Y lo supe: Ese auto sería importante. Ese auto formaría parte de algo nuevo, de algo nuevo que terminaría siendo algo genial.
Creo que vuelvo a ser yo, y me agrada.

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