Ok, oficialmente no sabes qué estás pensando. No has hecho nada, no ha hecho nada, nada ha cambiado, pero sientes las cosas diferentes, como si te hubieras equivocado en algo, pero no recuerdas haberlo hecho. ¿Acaso esta sensación no acabará? Ayer estabas feliz, hoy lo estuviste por un rato. De hecho, lo seguirías estando si no te pusieras a pensar idioteces, si te concentraras en lo tangible, en lo real, o, por último, en alguna realidad ficticia de las que tienes abandonadas por ahí.
Admítelo, tener sentimientos es algo nuevo, algo a lo que jamás te acostumbraste, porque jamás tuviste la necesidad. Jamás necesitaste tanto estar cerca de alguien, y jamás compartiste tanto con una persona. Simplemente admítelo, a ver si así algo cambia.
Pero no, no lo harás, porque sabes que admitirlo no ayudará, simplemente te hará consciente de tu condición, y, sin una posible solución, ¿qué sentido tiene? Ninguno, claro está.
Y no eres capaz de juntar el coraje de acercarte y hablarle.
_____________
Creo que esta historia será un simple compilado de fragmentos, ordenados de alguna manera coherente, claro está :)
Me gusta, me identifiqué mucho con ello...
ResponderEliminarConcuerdo con el comentario anterior... me llegó :)
ResponderEliminar