Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

domingo, mayo 08, 2011

Suffocate. - Capítulo 10: ¿Es real?


Como lo que necesitaba en ese instante era pensar, decidí irme caminando; me sería más fácil ordenar ideas con aire fresco en mi rostro que en el interior de un auto que, probablemente, estaría pasado a marihuana.
Pocos minutos después, me encontraba en la callejuela donde me encontraba con la traficante. Me sorprendí el ver que parecía estar recién llegando. Fue ahí que me percaté que no tenía la menor idea de qué hora era.
-Vaya, qué temprano llegaste –comentó ella, al notar qué me acercaba. Me miró por unos instantes-. El de anoche, ¿era tu novio?
Abrí los ojos, desmesuradamente, sorprendido. ¿Nos había visto?
-¿Qué? –inquirí, extrañado.
-Tomaré eso como un “no recuerdo que pasó” –murmuró, con una pequeña y mordaz sonrisa en su rostro-. Anoche estaban bastante apasionados, ¿sabes?
Hice una mueca.
-Ah, eso… No, no, él está casado –murmuré-. Y sí, quiere algo conmigo, pero yo no sé qué quiero y…
Ella alzó las cejas, comprendiendo el porqué estaba ahí a esas horas.
-¿Viniste a pedirme consejo? ¿A ? –Su tono de voz demostraba lo sorprendida que estaba por este hecho, mas me limité a asentir.- Dude, necesitas más amigos.
-Ninguno será imparcial en este asunto –musité, con una irónica sonrisa-. Te pago si quieres, pero necesito un empujón en éste asunto.
Sí, estaba desesperado. No tenía la más mínima idea de qué hacer con esta situación. Mi decisión afectaría TODO mi futuro, no quería precipitarme en esto.
-Ni siquiera sabes mi nombre y me estás pidiendo ayuda… –murmuró, aún sorprendida- Eres todo un caso, Wright.
-Dime Tré o Frank, pero no me sigas llamando por mi apellido –musité-. Y sabría tu nombre si alguna vez me lo hubieras dicho…
-Te lo habría dicho si te vieras interesado en saberlo –murmuró. Alcé una ceja-. Como sea, me llamo April, y te lo digo porque me dejaste metida en tu dilema, así que empieza a cantar, Frank.
Reí, levemente. Al menos iba a contar con el consejo de alguien que no calificara esto como inmoral o algo parecido, aún si no se diera la molestia de llamarme Tré como todo el mundo.
-Bueno, él es un amigo mío desde hace muchos años y… bueno, tiene sus días bisexuales –comencé a explicar-. Y yo igual, ya que estamos… En fin, tuvimos algo de una noche harán ya unos quince años y eso fue todo, pero, al parecer, él quiere tener algo serio conmigo actualmente, aún teniendo esposa e hijos.
April asintió, pensativa.
-El punto de todo esto no es lo que él siente por ti, sino lo que tú sientes por él –murmuró, sabiamente, tras varios segundos de silencio, tras lo que levantó su mirada, para dirigirla directamente a la mía por primera vez. Sentí un escalofrío: Sus ojos eran de un azul tan claro que parecía hielo, o algo así-. ¿Te gusta o algo?
Torcí una amarga sonrisa.
-Ese es el problema… A un lado de mí le gustaría bastante probar…
-¿Pero? –inquirió ella, al ver que no era capaz de seguir.
Suspiré.
-Pero me da miedo –admití, sonrosándome; me sentía como un niño de tres años-. ¿Qué pasa si no es lo que busco, lo hiero y pierdo todo de todas maneras?
Ella negó con la cabeza.
-No pierdes nada intentando. Además… No sé porqué, pero creo que necesitas confiar en alguien, alguien con quien puedas hablar… Digo, estás sincerándote con tu traficante, porque “no podías encontrar a alguien más imparcial”. Ok, eso puede ser verdad, pero siempre hay alguien a quien hablar, ¿no?
Asentí, pensativo. Tenía razón. Estaba demasiado aislado, necesitaba a alguien a mi lado, alguien que me entendiera. Alguien que estuviera para mí, y ese alguien podría ser Billie Joe.
-Gracias –susurré, con un amago de sonrisa. Esto de tener emociones reales nuevamente era bastante complicado.
-De nada –murmuró ella-. Ahora, ándate que espantas a los clientes, deben creer que estás aquí por algo más.
Sonreí y di media vuelta, caminando lentamente.
-¿Es real? –le pregunté, un par de pasos después, deteniéndome.
-¿Qué cosa? –preguntó ella a su vez.
-Tu nombre… ¿Es el real o me diste un nombre falso sólo para que te contara qué me pasaba?
-Créeme si quieres, si no, jódete –respondió. Pese a estar de espaldas, sabía que sonreía-. ¿Algo más?
Negué y me fui sin más, apresurado. Ahora era yo el ansioso.

No hay comentarios:

Publicar un comentario