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Prólogo

lunes, mayo 09, 2011

... Suffocate? - Capítulo 35: Y no despertará al final de septiembre.


(Ignoren el error del título)
-Siempre creí que yo iba a ser el primero de los tres en…
Callé. No me sentía capaz de continuar. Con una triste sonrisa, April me abrazó, estrechamente, infundiéndome apoyo.
-Todos lo veíamos venir, Tré –susurró, acariciándome la mejilla, suavemente.
Asentí. Era verdad.
Era el catorce de septiembre del 2009. Habían pasado seis maravillosos meses desde la cirugía, seis meses en los que yo y April habíamos comenzado a vivir juntos, seis meses en los que Ramona y Frankito la había conocido y aprobado… Seis fantásticos meses…
Pero, hacía exactamente cuatro días, algo había roto la burbuja de felicidad en la que April y yo habíamos estado sumergidos… Y ese algo había sido un suicidio.
-¿Crees que Mike ya esté por llegar? –me preguntó mi novia, un par de minutos después, aún abrazándome.
Asentí.
-Llamé a Britt antes de que nos viniéramos, dijo que estaban por salir –susurré-. Me dijo que a él le está costando bastante.
Y no era para menos. Habían sido uña y carne desde que tenían diez años... Y sí, este último año Billie se había ido distanciando de todos, pero un año no borraba los veintitantos que ya habían vivido.
-Lo superará con el tiempo –murmuró April.
-Sí…
Guiado por un impulso, me separé de ella, suavemente, para luego ponerme de pié. No me preguntó nada. Después de todo, nos entendíamos a la perfección, sin necesidad de palabras.
-No te demores mucho –fue lo único que me dijo, al ver que me alejaba un poco del asiento en el que estábamos del cementerio.
Una vez más, asentí.
Siguiendo a mi instinto, llegué a una tumba bastante alejada, una tumba antigua. En ella se leía (borrosamente por el pasar de los años) Andrew Marcicano Armstrong. Pero eso no me importaba. Lo importante era el adolescente sentado en el pasto, rodeándose las piernas y mirando la lápida.
-¿Qué tan mal estás, Joseph? –le pregunté, sentándome a su lado.
Él negó, aún mirando la tumba.
-No tan mal como debería, supongo que porque con papá estábamos más distanciados –musitó, tras lo que rió-. Tú y Mike tenían razón, él [i]sí[/i] planeaba todo, aún si no fuera conscientemente.
También reí, levemente.
-Así parece –musité.
Silencio.
-¿Algún día sabré cómo lo encontraron tú y Mike? –me preguntó, dignándose a mirarme a los ojos.
Hice una mueca.
-Tu madre no quiere que lo sepas.
Fue su turno de torcer su boca en una mueca.
-Mi madre tampoco quería que supiera que papá tuvo algo contigo, y que por eso andaba tan raro a principios de este año. –Lo miré sorprendido. ¿Quién se lo había contado?- Era marzo, mamá había salido con su novio, Jake estaba donde un amigo, yo estaba solo… Papá llegó ebrio a la casa…
Suspiré.
-La culpa me carcome –admití.
Joey negó.
-Él se metió en todo eso, él mismo lo dijo –musitó-. Creo que el haber discutido con mi madre por la custodia de nuevo y el recordar la muerte de su padre fue lo que hizo que acabara con todo esta semana.
Una triste sonrisa apareció en mi rostro.
-Y no despertará al final de septiembre –ironicé.
Joey rió, levemente.
-Ya, ¿cómo lo encontraron? ¿Drogado a más no poder o seguía vivo? –preguntó.
Negué.
-Agujas, porros, polvos –enumeré, recordando, por enésima vez el estado en que encontramos su cuarto de hotel-. Aún respiraba, pero… Murió en el camino al hospital. La… La carta de despedida fue difícil de leer, pero lo logramos… Addie ya te la mostró a ti y a Jake.
Él asintió.
-¿Por qué quieres saber eso? –le pregunté.
Se encogió de hombros.
-Para ver si fue premeditado o no. Tal parece que así fue –murmuró.
Silencio.
-¿Cómo está Jake?
Hizo una mueca.
-Deprimido como la mierda… Es decir… ¿Cómo se le ocurre matarse dos días antes de su cumpleaños? –musitó. Suspiró- Ahora está con mamá… Ella se siente culpable.
Suspiré.
-Tengo que hablar con ella. Si es la culpa de alguien, es la mía.
Joey negó, con una amarga sonrisa.
-En realidad, el mes pasado conoció a alguien más… -susurró. Abrí mucho los ojos.- Resultó ser homofóbico…
Volví a suspirar.
-Pobre Billie Joe –musité.
-Pobre –concordó él, desviando su mirada al horizonte, donde se veía un auto-. Mike llegó.
Asintiendo, me puse en pié y, sin decir nada más, me puse de pié, dirigiéndome hacia el lugar al que mi amigo había llegado.
Tal como supuse, estaba devastado. Britt lo ayudaba a caminar y lo abrazaba, estrechamente, mas él parecía estar a punto de quebrarse en cualquier instante. Apenas me vio, se quedó mirándome en silencio, por varios minutos.
-Las cosas van a ser muy raras ahora –comenté, consiguiendo que el bajista tuviera una reacción: Sus comisuras temblaron-. Ven acá.
Britt lo soltó y yo le di un abrazo, demostrándole mi apoyo. Mi amigo soltó un par de lágrimas.
-Mierda que voy a extrañarlo –murmuró, aún sin soltarme.
-Todos –musité yo, separándome-. Ya, vamos.
Así nos dirigimos a nuestros asientos, donde April aún me esperaba. Ahora, junto a ella, se encontraban Adrienne, su novio y Jakob. La primera era abrazada por su novio… Y el segundo era confortado por mi novia.
-¿Has visto a Joey? –me preguntó el niño, al ver cómo me sentaba al lado de April.
-Sí, está en la tumba de tu abuelo –musité.
Sin decir nada, él se paró y se fue hacia allá, a la vez que yo me apoyaba en el hombro de April, quien sólo atinó a darme un beso en la cabeza.
-No me dejes –pedí.
Ella sonrió.
-No lo haré.
Me separé, para quedar mirándola a sus ojos.
-¿Casémonos? –Me miró sorprendida.- ¿Por qué no?
-Oh, Dios mío, hablas en serio –susurró, al ver y oír la honestidad en mis ojos y mis labios, respectivamente.
-Por supuesto. ¿Qué me dices?
Me dio un beso.
-Que sí –respondió.
Bueno, la vida de Billie había acabado. ¿Lo extrañaría? Sí, había sido mi amigo y, últimamente, habíamos vuelto a llevarnos bien (ahora sé que porque ya no sentía cosas por mí, sino que por alguien más). Pero había que seguir adelante. Después de todo, la muerte no era el fin… Sólo el comienzo de algo nuevo. ¿Y qué mejor forma para honrar eso que casándome con April? Sería nuestra forma de honrar la muerte del guitarrista.
***

¿Qué más les puedo contar? Nunca más volví a beber, fumar, drogarme, ni nada. Lo sucedido ese año me había hecho ver el mundo desde una nueva perspectiva. Las drogas, mi relación con Billie, mi relación con April, mi casi muerte… La muerte de Billie. Todo eso me llevó a querer ser consciente de todo lo que ocurre y a apreciar la vida como nunca.
¿Sofocado? No… Ya no quería autodestruirme; volvía a sentirme vivo. Sabía que el sofoco nunca volvería… Y no podía estar más agradecido.

FIN.
(HISTORIA TERMINADA A LAS 23:36 PM DEL DOMINGO 14 DE JUNIO DE 2009)

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