Rest One of these days Simple Twist of Fate I'm not tere Suffocate Rotting Suffocate? Dearly beloved Hold On Wake me up when September ends Good Riddance (Ridding of you) Cigarettes and Valentines
Prólogo

lunes, mayo 09, 2011

Suffocate. - Capítulo 28: Dispuesto a todo.


El camino a la callejuela nunca se me había hecho tan largo, ni siquiera cuando había estado extremadamente necesitado de alguna dosis. Desesperado, pocos metros más allá de mi casa, eché a correr, acentuando mi dolor de estómago al máximo… Y no me importaba. Necesitaba verla, necesitaba disculparme por juzgarla sin saber toda la historia, necesitaba pedirle que volviera conmigo… Estaba dispuesto a rogar por ello… No, estaba dispuesto a todo.
Fue con pensamientos similares que llegué a la callejuela, donde ella se encontraba sentada, sobre una caja de madera, con un cigarrillo en su mano. Su triste mirada estaba fija en la pared de ladrillos que había al frente, por lo que no había visto.
-Creí que no fumabas –musité, acercándome lentamente, revelando mi presencia.
Un extraño brillo apareció en sus verdes ojos, a la vez que se volteaba hacia mí, acelerando mi pulso de inmediato.
-Intenté fumarlo y no pude –respondió, mirándome fijamente, intentando de simular el horror de verme sucio, sin afeitar, despeinado y hediondo a alcohol-. ¿Qué te trae por aquí?
Sentí el impulso de acercarme a besarla y abrazarla, pero noté que estaba incómoda, por lo que preferí quedarme donde estaba.
-Yo… Éste… -Titubeé, tras lo que decidí decírselo de una vez por todas en vez de dar rodeos.- Billie me contó cómo pasó… Me dijo que te obligó y…
April alzó una ceja, sin comprender.
-¿Y quieres volver conmigo?
Asentí, sin sentirme avergonzado; era lo único que en verdad quería.
-No puedo estar sin ti. No tengo idea cuánto tiempo ha pasado desde que terminamos, pero… Mierda, sólo puedo beber y recordar el tiempo que estuvimos juntos.
Ella negó.
-Desde que te conozco, me pasan cosas malas –susurró.
Fue mi turno de negar.
-Mientes. Es decir, sí te han pasado cosas malas, pero no siempre.
Me miró, con la tristeza reflejada en sus ojos.
-No quiero salir mal de esto –susurró.
-¿Quién dijo que te dejaré ir? –susurré, mirándola fijamente.
No había ni terminado de decir eso, cuando sentí un FUERTE retorcijón en mi estómago. Sin lograr contenerlo, acabé por vomitar en el suelo que había a mi derecha. Me sentía como la mierda, y sentía un extraño sabor en la boca, por lo que miré lo que había vomitado, horrorizado.
-¿Eso es sangre? –me preguntó April, acercándose a mí, al mismo tiempo que yo caía al suelo de rodillas- Tré, ¡hay que ir al hospital!
Negué.
-Te amo –susurré, sin pensar.
Mi visión se nubló, haciendo que todo se viera borroso. Levanté la mirada y me encontré con sus ojos verdes y sus pequeñas pecas. Antes de comprender lo que ocurría, perdí el conocimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario